EPN y la señora de la casa
Videgaray: beca de 205 mil
Carlos Fernández-Vega / México SA
Chantaje y miedo matan protesta, lucubran en Los Pinos y dependencias afines, y en un abrir y cerrar de ojos brota un vandalismo perfectamente organizado, impulsado y remunerado. Es el chupacabras revivido, un mecanismo adaptable a las necesidades del gobierno en turno. Así, el mandarriazo gasolinero ha pasado a un lejano segundo plano y se privilegian rumores y advertencias sobre bandolerismo con máscara de mega pantalla.
La otra pinza es el chantaje, y el coordinador de la bancada priísta en San Lázaro, César Camacho Quiroz (gobernador mexiquense en tiempos zedillistas, los del primer chupacabras) levanta la mano y dice presente: nos hacemos cargo de las expresiones de descontento, que no solo son entendibles sino respetables, pero sin el mega gasolinazo se hubiera decidido por desaparecer programas como Prospera, las campañas de vacunación, la pensión para adultos mayores y el seguro popular, entre otros.
Así, y parafraseando al inenarrable Vicente Fox, lo que el pastor de la borregada tricolor exige a los mexicanos es que sin chistar paguen el megagasolinazo, porque al final de cuentas el gobierno federal se los regresará copeteado, por medio de todos los programas sociales que los priístas gloriosamente defendieron.