Conmemoración sin brío
Fallida Revolución Democrática
Borge: represión en Q. Roo
Julio Hernández López / Astillero
La plaza emblemática de sus avances históricos no escuchó como especialísimos acordes celebratorios las nostalgias de la trova o el canto de protesta, alguna producción musical propia que fuera resultado natural de los 25 años de presuntas batallas populares o alguna forma de vigoroso acercamiento tecnológico, electrónico o rapero, por dar ejemplos, a los gustos de las nuevas generaciones de mexicanos.
La programación anunciada para conmemorar un cuarto de siglo de existencia del principal partido de izquierda en el país tenía como santo y seña, delación y confesión, a estrellas del espectáculo acrítico, a músicos y cantores comprometidos legítimamente con la facturación, proveedores de diversión tan volátil como la ideología y práctica de sus contratantes enfiestados. Helos allí, en una Plaza de la Constitución que a la hora de teclear esta columna se veía ínfimamente concurrida: Sonora Dinamita, K-Paz de la Sierra y Banda Recoditos, en lista de espera, mientras otros grupos, Merenglass y Segregados, trataban de calentar el ambiente.