lunes, abril 21, 2014

Optimismo fariseo

Embate pro ley Telecom
Morena: y votaron felices...
PRI va por victoria holgada

Julio Hernández López / Astillero

El fatigoso retorno multitudinario a casa luego de vacaciones (tan poco santas) marca también la reinstalación de las maniobras de crucifixión nacional mediante los clavos de las leyes secundarias, sobre todo en cuanto a telecomunicaciones (y su moneda de cambio, lo político-electoral) y, más delante, a lo energético. Fariseos con ropaje partidista de distintos colores se alistan para negociar a las puertas de los templos legislativos para que luego en sesiones plenarias, con tableros electrónicos para las votaciones, los rebaños con fuero aprueben o rechacen, modifiquen o confirmen, según los entendimientos que se vayan dando entre mercaderes.

Por ejemplo, el jefe de la bancada priísta en el Senado, el incombustible Emilio Gamboa Patrón, emitió un idílico boletín dominical de prensa lleno de conmovedoras autocomplacencias respecto al serio y patriótico trabajo que se realiza en esa cámara y a las muy razonadas expectativas de que la nación se siga beneficiando de tales faenas. Entre referencias a las mayorías democráticas, el sano debate y otras linduras, el mismo Gamboa, gran representante de los intereses de lo que ha dado en llamarse el duopolio televisivo, y de los grandes empresarios de la radiodifusión, afirmó que él y sus compañeros (y no necesariamente habla sólo de los priístas) están seguros de que llegaremos a los acuerdos con la finalidad de que en tiempo y forma, sin presiones y privilegiando la política, podemos dar a los mexicanos las leyes que mejoraran sus condiciones de vida.

XHGamboa sabe que es poco el tiempo que le queda al actual periodo ordinario de sesiones en el Senado, pero siempre estará el recurso de la aceitada convocatoria a reuniones extraordinarias. Lo importante para esos legisladores negociados será sacar adelante lo más pronto posible el asunto de las telecomunicaciones para que los jefes actuales (Azcárraga y Salinas Pliego) y los aspirantes a beneficiarse del nuevo reparto acotado de pastel televisivo sientan seguridad técnica, jurídica y política que les permita apoyar las siguientes fases del proceso de rediseño nacional (sobre todo, será muy importante el apoyo de las televisoras para sostener el pasmo nacional o para desacreditar e ignorar las eventuales protestas sociales venideras, sobre todo en el tema de los energéticos).

Para dar ese patriótico paso adelante, el de aprobar la ley reglamentaria llamada Peña-Televisa, bastará el bando confesamente oficialista (PRI, PVEM y el recuperado Panal), más algunos votos izquierdistas de leva y algunos derechistas congruentes, en caso de que los pleitos internos, las voracidades no complacidas o las conveniencias electorales de PAN y PRD les impidan en esta ocasión sumarse a los reajustes hechos en Los Pinos para sostener el poder del duopolio, abrir puertas a competidores desde ahora bajo amago y control, concentrar el poder de las definiciones de contenidos en la henchida secretaría de Gobernación, cerrar las puertas a opciones comunitarias y de interés social, y establecer formas de control político en las comunicaciones por Internet. Gulp.

Martí Batres Guadarrama, el presidente del comité nacional del Movimiento Regeneración Nacional, en vías de convertirse en partido institucional, estará hoy a la espera de que ese mismo Senado cumpla con una de sus fases de entreguismo. Es decir, que entregue los formatos mediante los cuales Morena se sumará a los desunidos esfuerzos que desde la izquierda electoral se hacen con la esperanza de que una hipotética consulta popular obligue en 2015 a dar reversa al entreguismo de los energéticos nacionales. Ya el PRD, los Chuchos, Cuauhtémoc Cárdenas y el descarrilado Marcelo Ebrard han apostado por la famosa consulta popular que entre otras características en favor de Los Pinos tiene la de posdatar la protesta social contra el asalto petrolero hasta un 2015 en el que los grupos de izquierda tendrán por objetivo entre ceja y ceja el reparto de posiciones electorales concretas y no la defensa de principios nacionalistas que no signifiquen cobro de dietas plurinominales.

Batres dijo ayer que con los tales formatos en la mano Morena se lanzará durante 10 meses a la consecución de un millón 600 mil firmas en demanda de la consulta popular (recuérdese que el sol azteca realizará una tarea similar de recolección). Luego, el Senado recibirá esos formatos y los enviará al confiabilísimo Instituto del Fraude Electoral que ahora se hace llamar Instituto Nacional Electoral (INE: mismas caras, mismas mañas, mismos resultados), para que coteje los datos morenos con los padrones oficiales. Superado este trámite (if), otro ente de gran credibilidad y confianza, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, decidirá si la pregunta que propone el alto mando moreno está dentro de los parámetros constitucionalmente aceptables y, si todo es aprobado, los votantes de 2015 recibirán junto con otras boletas para elecciones federales la correspondiente a la consulta popular. Y se contarán los votos, se respetarán los resultados y todos vivirán democráticamente felices.

Hablando de millones, el secretario de organización del comité nacional priísta, el sonorense José Encarnación Alfaro, anunciaba ayer mismo que el padrón presentado al mencionado INE es de seis millones de militantes, pero que realizarán nuevas jornadas de afiliación con la expectativa de que en noviembre próximo el ejército que dará la batalla en los comicios de 2015 esté conformado por 10 millones de priístas. Alfaro aseguró que su partido trabaja en busca de una victoria holgada en los comicios intermedios del año venidero y que los candidatos provendrán de ejercicios de democracia plena, pues “para el PRI ya no hay vuelta, para el tricolor los procesos se plantean como procesos democráticos o no los acepta la militancia; no hay otro camino, no hay otra ruta”.

Y, mientras AMLO tuiteaba en Semana Santa: “‘Creo en Cristo como Dios y la única realidad importante en la historia. Todo lo demás es accesorio, secundario y anecdótico’: Pellicer”, ¡hasta mañana!

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