Santiago Igartúa / Apro
Señalados desde el mismo 1° de diciembre por el todavía jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, y su procurador de justicia, Jesús Rodríguez Almeida, como responsables de los “actos vandálicos” de ese día, así como de “atacar” a los cuerpos policiales en las inmediaciones del Congreso de la Unión y del Centro Histórico de la ciudad, dirigentes de organizaciones “anarquistas” acusaron a las autoridades capitalinas de utilizarlos como “chivos expiatorios” para justificar “la brutalidad” policíaca contra las manifestaciones realizadas por la toma de protesta de Enrique Peña Nieto.