domingo, noviembre 14, 2010

"Vamos 4 a 1..."

Francisco Garfias

La Marina utiliza una cuarta parte de sus gastos de operación en la lucha contra el narcotráfico. Los datos son oficiales. Estos recursos estaban destinados a otras tareas, pero la incapacidad de las policías ministerial, estatal y municipal –y muchas veces hasta su complicidad- obligó al gobierno a echar mano de las Fuerzas Armadas para combatir el crimen organizado.

En la Semar requieren de mayor presupuesto. El Ejecutivo propuso otorgarles 17 mil millones de pesos para el 2011. Los marinos dicen que con 21 mil millones resuelven su problema. La respuesta de los diputados fue positiva, pero la SHCP brincó.

Los marinos saben que son los que mejores resultados han dado en esta violenta lucha, que ya ha dejado 30 mil muertos. A la armada se deben las caídas de Arturo Beltrán Leyva, de Tony Tormenta, de El Grande, de El Gonzo. Unos están muertos; otros detenidos.

El Ejército puso fuera de combate a Nacho Coronel. La SSP Federal, que tiene mucho más presupuesto, capturó a la Barbie. “Vamos 4 a 1”, presumió un oficial de la Marina.

La guerra al narco es cara. Armas, municiones, desplazamientos, por aire y por tierra; manutención de los infantes en misión. Todo cuesta. Solo en la batalla que los marinos libraron en Matamoros, en la que cayó Ezequiel Cárdenas Guillén, capo del Cártel del Golfo, fueron lanzadas 3 mil granadas. La mitad eran de la Armada. Cada granada cuesta 500 pesos. Saque usted la cuenta.

En ese operativo, 150 infantes de marina participaron en el primer círculo. Pero no fueron los únicos. Otros 510 se movilizaron en la retaguardia. Eso también cuesta una lana, y no hay una partida especial que les compense esos gastos.

Fuentes de la marina aseguran también que en Matamoros, donde se enfrentaron al Cártel del Golfo, lograron asegurar armas, municiones y una computadora en la que hay información que comprometedora para algunas autoridades, y medios de comunicación.

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Guillermo Ortiz Mayagoitia acusó recibo del estudio elaborado por investigadores del CIDE, que en sus conclusiones dice: “tenemos una corte muy cara, con una burocracia amplia, con sueldos y prestaciones excesivas para los altos cargos.”

El Presidente de la Suprema Corte de Justicia aseguró que en el máximo tribunal del país están comprometidos con la transparencia y la rendición de cuentas. “Hemos avanzado mucho en estos años, y hoy, la sociedad conoce perfectamente lo que hace la Corte y en lo que gasta la Corte”.

El ministro, quien habló en el marco de la Asamblea Mexicana de Impartidores de Justicia, que se celebra en la mexiquense localidad de Ixtapan de la Sal, aseguró que la SCJN ha hecho un gran esfuerzo para hacer más con menos y mejorar todos los días los servicios de justicia que demanda la sociedad.

El estudio, elaborado por Ana Laura Magaloni y Carlos Elizondo Mayer-Serra, publica una serie de datos coparativos que dejan claro que es significativamente más cara que algunos de los tribunales más prestigiados del mundo.

En el 2009 gastó 3 mil 224 millones de pesos, contra 1,192 de la Suprema Corte estadounidense; 491 de la canadiense o 411 del Tribunal Constitucional de España. “A diferencia de lo que pasa en otros países, la Corte realiza un gran trabajo en materia de cultura jurídica”, juistificó Mayagoitia.

Dijo más: “Estamos comprometidos con la austeridad y el uso eficiente de recursos. Sabemos que México necesita ahorrar recursos, pero también sabemos que México necesita más y mejor justicia.”

Lo que no dijo es que cada uno de los 11 ministros ganan mensualmente 347 mil pesos netos. Más del doble que el presidente Calderón; más del triple que sus homólogos peruanos, y un 35 por ciento más que los españoles. Tampoco mencionó que los ministros, una vez retirados, reciben una pensión vitalicia que va de los 155 mil a los 255 mil pesos mensuales.
Ello no impide a los ministros retirados volver a ejercer su profesion de abogado en el sector público, o litigando. Pueden ahcerlo sin perder sun pensión. Fuentes al interior de la Corte dijeron a los investigadores del CIDE que hay incluso una oficina de atención a las necesidades de los ministros, “donde hasta les consiguen boletos para el Superbowl.”

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Azules y amarrillos se pararon ayer de la mesa de negociaciones sobre el presupuesto para el 2011. Acusan al PRI de un “agandalle” de último minuto en la partida destinada a la construcción de carreteras. Pero no se preocupe. Son los amagues de todos los años para sacar un poquito más. Habrá presupuesto en tiempo y forma. Ya lo verá.

La cara de la muerte

Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal

Francisco Saynez fue incorporado al gabinete de seguridad del presidente Felipe Calderón a escasos 60 minutos de que se anunciara ese paquete de secretarios del gobierno entrante como responsable de la Marina. Un golpe de destino provocó que el elegido originalmente perdiera el cargo, y alterara el futuro. Como secretario de la Marina, Saynez se ha convertido en ese sello apocalíptico del Presidente, como el que abrió el camino a la guerra sucia que ronda ominosamente sobre el gobierno.

Dos operaciones de alto impacto realizadas por comandos especiales de la Marina en el último año proyectan la visión pesadilla en lo que se convertirá la guerra contra las drogas en México. Las caídas de Arturo Beltrán Leyva y de Ezequiel Cárdenas Guillén. Dieron un campanazo tan sonoro que pasaron desapercibidos los detalles que colocan a las autoridades bajo sospecha si el objetivo final de su acción era realmente ejecutarlos: el cuerpo de Beltrán Leyva con disparos en la cabeza a corta distancia en una pasillo donde no había habido fuego cruzado; y la pared de la bodega donde se encontraba Cárdenas Guillén, que fue totalmente derruida con fusiles de asalto y granadas.

El cuerpo de Beltrán Leyva tapizado con billetes, fue mostrado por los marinos a la prensa, transportada por ellos mismos a Cuernavaca para que dieran fe de su golpe mortal. Esa exhibición morbosa que utilizó el mismo recurso propagandístico de los cárteles de las drogas, les generó críticas y bajas: la ejecución de la familia de uno de los comandos que participaron. Pero aprendieron rápido. El cuerpo de Cárdenas Guillén nunca lo mostraron, al disponer un apagón mediático que impidió que nadie viera su cuerpo. En este caso, lo único que recibieron fueron loas.

Nadie puede regatear el esfuerzo en la lucha contra criminales, pero el problema se encuentra en otro lado: la falta de contemplaciones de los marinos. Sus comandos realizan operaciones quirúrgicas y matan, pues los arrestos no parecer ser lo suyo. Hay imágenes donde narcotraficantes que fueron detenidos por ellos que días después aparecen muertos. Hay testimonios de personas que arrestaron, de quienes nadie sabe su paradero.

Es este capítulo donde los marinos se han convertido en sinónimo de muerte. Saynez es deliberada o inopinadamente el arquitecto de esa doctrina que refleja esporádicamente sus consecuencias en público, y que al mismo tiempo oculta la dureza y mano dura del secretario. En el gabinete de seguridad ha librado batallas –a decir de fuentes federales- para mantener su posición de eliminar a cuanto narcotraficante se cruce en el camino, contra quienes abogan por respetar el estado de Derecho.

Saynez es la paradoja en el gobierno de Calderón. La persona que mejor refleja el lado duro y extremo del Presidente, fue el último miembro del gabinete de seguridad en ser nombrado. El entonces director del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas fue llamado por el Presidente electo para una reunión donde le dijo que él sería el secretario de la Marina, y que lo iba a anunciar en la siguiente hora. Sorprendido por el nombramiento, Saynez tomó prestada una camisa blanca al equipo de Calderón para utilizarla momentos después en la presentación de prensa.

No esperaba ser secretario de la Marina, aunque el almirante diplomado del Estado Mayor tenía todos los méritos. Fue comandante de las fuerzas navales del Golfo y del Pacífico, y estuvo a cargo de tres regiones navales y dos zonas navales, lo que le daba una amplia experiencia de mando. Como muchos de los secretarios militares en México, pasó por la agregaduría naval en la Embajada de México en Washington –también lo fue en el Reino Unido-, y estudió un año en el Colegio Interamericano de Defensa, en los suburbios de la capital estadounidense, por donde pasan las élites castrenses latinoamericanas.

Saynez, que no suele hablar con la prensa, es muy elocuente en las reuniones del gabinete de seguridad. Funcionarios federales que lo han escuchado se sorprenden por la forma decidida a impulsar la línea de dureza extrema contra narcotraficantes, sobre quienes piensa no debería de haber consideración alguna. La Marina es el último cuerpo del aparato de seguridad en entrar a la guerra contra el narcotráfico, pero el que más problemas dará. El gobierno de Estados Unidos, que los procura, es uno de los que se preocupan.

Cuando la Policía Federal capturó este año a “La Barbie”, Edgar Valdés Villarreal, la DEA distribuyó rápidamente a través de las redes sociales la fotografía del criminal al ser detenido por el temor que tenía que su ciudadano –nació en Texas- terminara muerto, como resultado de “un enfrentamiento”. En la cabeza de los agentes estadounidenses estaban las operaciones de la Marina, y la muerte de uno de sus ciudadanos, aún si era un delincuente, les generaría problemas de opinión pública y consecuencias políticas.

Pero, paradoja del gobierno de Barack Obama, al mismo tiempo la Marina es lo más cercano que tiene Estados Unidos en la guerra contra el narcotráfico en México. El grueso de su información de inteligencia viene directamente de Washington, lo que le ha permitido un lugar especial a los marinos en el ánimo de los mexicanos. Eso sucedió con Beltrán Leyva y con Cárdenas Guillén; eso pasó con varios decomisos importantes de metanfetaminas en los puertos del Pacífico. Operativa y tácticamente también están detrás de los marinos. Inclusive, la operación contra Beltrán Leyva fue ejecutada totalmente en inglés.

Lo que aún no alcanzan a ver muchos, incluido el presidente Calderón, es que la línea de acción que tiene la Marina es de alto riesgo para el futuro mediato. Si una persona reflexiona en el caso del ex presidente Luis Echeverría, que vive en arraigo domiciliario a partir de pruebas circunstanciales y dichos de terceros que lo acusan de ser responsable en la guerra sucia, ¿qué puede pasar con el presidente Calderón? ¿con sus secretarios involucrados en la guerra contra las drogas?

A diferencia de Echeverría, con Calderón hay videograbaciones, fotos y declaraciones ministeriales que los inculpa en desapariciones y violaciones a los derechos humanos. El Presidente es la cabeza, pero las mismas pruebas pueden inculpar al secretario de la Marina. La posibilidad de que vengan juicios nacionales e internacionales contra Calderón y Saynez no es un tema tabú, pero no parece preocuparles demasiado. El futuro de ellos está el presente aunque el pasado, que los perseguirá, ya no tiene reversa.

Elegiremos al candidato para Edomex en encuesta: AMLO

Al cerrar su gira por la entidad, el tabasqueño presentó también un decálogo de gobierno que será bandera del quien resulte electo para enfrentar a la coalición PAN-PRD.

La Jornada


México, DF. Al concluir su gira "Por la lealtad" en los municipios del estado de México, Andrés Manuel López Obrador precisó que el candidato del movimiento que encabeza para el gobierno de dicha entidad será electo mediante una encuesta.

En un mitin realizado en Toluca, López Obrador dio a conocer un décalogo de gobierno para dicho estado, el cual será un compromiso a seguir por el candidato que enfrente a la alianza PAN-PRD.

"Haremos una encuesta para ver quién de los candidatos está mejor posicionado y apoyaremos al primer lugar. Estoy seguro que los que participen en esa encuesta van a aceptar el resultado", manifesto en la concentración realizada en la Plaza de los Mártires.

Por lo que se refiere al proyecto de diez puntos, mismo que fue integrado a partir del recorrido hecho por el tabasqueño por los 125 municipios mexiquenses, se encuentran resumidas las obras más importantes para el estado de México, que incluye un plan de austeridad.

Dicho decálogo contempla la construcción de tres líneas del Metro para el Valle de México, así como apoyos mensuales a madres solteras, estudiantes de bajos recursos y ancianos, así como la creación de un organismo de mantenimiento a la infraestructura eléctrica y con ello dar empleo a los despedidos de extinta Luz y Fuerza del Centro.

Una segunda etapa de la gira comenzará a partir del primero de enero y concluirá hasta el 27 de febrero, en la que se espera la paraticipación de quien haya resultado candidato o candidata de su movimiento conformada por los militantes y las bases del PRD, PT y Convergencia.

Un débil compromiso democrático

Arnaldo Córdova

Escribía Kelsen que para que la democracia adquiera carta de naturaleza en un país se requiere ante todo que la mayoría la quiera y, en primer término, los partidos políticos, que son los verdaderos actores del entramado democrático. Basta un solo partido que en realidad no quiera la democracia y prefiera otras vías para que la democracia esté en riesgo y se diluya en la politiquería y naufrague en el más abyecto fracaso. La democracia es un conjunto de relaciones sumamente frágil y en continuo peligro. Depende de todos los actores políticos, de todos los ciudadanos, que la democracia se asiente y perdure. La democracia implica el compromiso de todos con sus reglas y sus objetivos.

Muy raramente se da el acuerdo democrático de una sola vez, como ocurrió en España en 1978, con el acuerdo de la Moncloa. Ese acuerdo, por lo general, se va fraguando poco a poco y, en ocasiones, como entre nosotros, con larguísimos plazos que, desde luego, hacen perder la paciencia a muchos. El compromiso democrático entraña el querer algo que beneficia a todos y no a intereses parciales, lograr, por ejemplo, un acuerdo que va a favor de todos y no sólo de algunos. Lo contrario del compromiso democrático es lo que llamamos aquí la politiquería, que consiste en hacer política logrera, buscando sólo el propio beneficio a costa de todo lo demás, incluso de un acuerdo democrático.

Hemos tenido ejemplos de compromiso democrático. Lo fue, pese a la abusiva actitud de los gobernantes priístas que querían ceder algo, pero no todo, en 1977, cuando se concertó la reforma política. Lo fue, igualmente, cuando se acordó entre todos la reforma constitucional de 1996 y pudo elegirse un consejo del Instituto Federal Electoral que comprendía capacidad, neutralidad y voluntad de arbitraje. Pero, casi en todo lo demás, somos víctimas de la politiquería. Primero, los partidos buscan ubicarse en posiciones de fuerza que les permitan hacer su agosto e imponer sus intereses parciales; luego, según su fuerza, precisamente, tratan de imponer sus intereses a todos los demás, haciendo cisco el compromiso democrático al cual se supone que se deben.

Por desgracia, el que de vez en cuando se adquiera conciencia del compromiso democrático no asegura nada si eso no se convierte en un estado permanente. Para que la democracia triunfe definitivamente y acabe por asentarse entre nosotros se requiere que, por sobre los intereses facciosos, se imponga, justo, esa conciencia de que buscando el interés de todos, el interés general, todos salen beneficiados y, a corto o a largo plazo, incluso los que dominan hoy. Parece una utopía o, peor aún, una idiotez; pero no es así. Basta ser un poco más pragmáticos de lo que se suele ser. Basta con saber que promover una buena medida política de interés general redunda, necesariamente, en un propio prestigio mucho más amplio y reconocido por todos.

Durante mucho tiempo los priístas la dragonearon diciendo que ellos eran los verdaderos autores de la reforma política y los que habían decidido la democratización del régimen. Los demás habían obtenido lo que ellos habían concedido. Fue una buena carta que, sin duda alguna, les benefició. Pero hoy los priístas no son capaces, ni siquiera un poco, de tal hazaña. El típico agandalle de los tiempos pasados es y seguirá siendo su signo. Si son minoría, como tal son capaces de las más sucias maniobras para revertir una situación que no les favorece, en lugar de buscar acuerdos generales que hagan avanzar de verdad la democracia. Si son mayoría, son igualmente capaces de los peores excesos demandando posiciones que sólo a ellos les favorecen. No saben ser leales en la lucha política y carecen de toda seriedad para alcanzar acuerdos con los demás.

Sus éxitos siempre se han fincado en su clientelismo barato y desvergonzado, que consiste en comprar votos o apoyos a cambio de dádivas materiales o de posiciones políticas. Han tenido suceso en un pueblo jodido y deprimido que se la pasa esperando que alguien le dé algo. En eso, los priístas le llevan la mano a todos los demás, aunque éstos bien que han aprendido el oficio. Los priístas nunca han tenido ideas ni han sabido nunca luchar con las ideas, mucho menos por ellas. Los que les han dado las ideas, incluidas las que se resumían en la ideología del viejo nacionalismo revolucionario, son los intelectuales que les han servido o que han logrado sumarse a su poder. Con los priístas nunca se sabe a qué jugarle, porque nunca se sabe lo que buscan (ni ellos mismos lo saben) y les encantan los juegos sucios.

Con los panistas hubo alguna vez en que se podía tratar con ellos, porque creían en lo que pensaban y en lo que proponían. Pero su asociación al poder, obra de Salinas de Gortari en 1989, los corrompió rápidamente y se volvieron como los priístas, si bien y muy de lejos, mucho menos hábiles que éstos para jugar sucio. Lo que ellos hacen en su trato con los demás o desde que tienen el poder, es siempre extremadamente grosero y elemental y carente de todo sentido de la dignidad. Eso se nota, sobre todo, cuando gobiernan. Son unas bestias robando desde el erario público o enriqueciéndose a manos llenas. Y eso sucede también con sus nuevos socios, los dirigentes del PRD. Los panistas perdieron desde hace mucho tiempo el respeto y el sentido de sus viejos principios. Ahora hasta son capaces de asociarse con sedicentes izquierdistas, cosa que en el pasado jamás habría podido verse.

El sainete que los partidos han escenificado en torno a la elección de los nuevos tres consejeros del IFE los desnuda de cuerpo entero. Su actuación, sobresaliendo la del PRI, es de verdad vergonzosa y miserable. Y no es nueva, ya lo demostraron en 2003, cuando eligieron a los integrantes del anterior consejo del instituto, destacando la designación de Ugalde como consejero presidente. No tiene nombre, sencillamente, el que los priístas, como si fuera sólo un interés de ellos, hayan estado diciendo que, por ser mayoría, tenían el derecho a elegir a dos de los tres futuros consejeros. Pedirles que pensaran en quiénes podrían ser una garantía para un desempeño neutral en el consejo era una quimera. Era como pedirle a un ladrón que devolviera lo robado.

Como en 2003, ahora la mira era agandallarse de nuevo y dejar fuera de la jugada a la diputación del PRD. Nunca se pusieron a pensar en que elegir a consejeros neutrales o de consenso pudiera beneficiarles a ellos mismos, ahora que andan tan envalentonados y nos dicen que son los seguros triunfadores en las elecciones del 2012. No puede acusárseles de tener miedo. Lo que sucede es que son unos gandallas y no les interesa asegurarse el futuro, que para ellos es un destino (dicen que van a ganar, de todas, todas), sino dejar en claro que pueden hacer lo que quieran. ¿Cómo pedirles a esos especímenes de mala nota que sean fieles al compromiso democrático que demandaba Kelsen? Ellos no saben de lealtades democráticas y ni siquiera saben de sus verdaderos intereses en el futuro. Todo lo que ven hasta donde les alcanzan las narices es su juego sucio en el presente.

Flores Magon


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