martes, septiembre 21, 2010

Carlos Salinas y otros expresidentes de México

Miguel Ángel Granados Chapa

Cualquiera que haya sido, fracasó el propósito del presidente Felipe Calderón al invitar a la cena del 15 de septiembre a los cinco expresidentes vivos (algunos de ellos vivísimos). Sólo dos acudieron: su correligionario Vicente Fox, con quien Calderón mantiene una relación ambigua y oscilante; y Carlos Salinas de Gortari, quien aprovechó el convivio para hacer política, como está en su naturaleza. Se abstuvieron Luis Echeverría, Miguel de la Madrid y Ernesto Zedillo.

En Palacio Nacional, Salinas explicó su presencia como una contribución a la unidad nacional. Con su reconocida sagacidad, recogió la expresión varias veces pronunciada por su anfitrión, quien todavía el lunes 13 retornó a esa idea –que en él es como una cantaleta, consciente como está de la polarización causada por su ascenso a la Presidencia. Salinas retomó ese propósito y quiso obsequiarlo. Pero su presencia se sumó a la de Fox, que en campaña lo desdeñó llamándolo Salinillas y acabó aceptándolo como cómplice en la maniobra para desprestigiar primero y desaforar después a Andrés Manuel López Obrador.

Si el objetivo de la invitación a los expresidentes era ofrecer un fresco de la unidad nacional encarnada en esos exmandatarios, el propósito no se logró. En otros tiempos, la imagen de que los expresidentes reunidos significan la unidad nacional ha sido fructífera. Manuel Ávila Camacho, como lo recordó el propio Salinas, convocó a sus antecesores en septiembre de 1942. México acababa de entrar en la Segunda Guerra Mundial y pareció conveniente al hermano de Maximino (el general Andrés Ascensio de Arráncame la vida) mostrar que las querellas internas, sobre todo las producidas por la Revolución, habían quedado atrás. Asistieron al Grito, en un acto que entonces se llamó “de acercamiento nacional”, los expresidentes De la Huerta, Calles, Portes Gil, Ortiz Rubio, Rodríguez y Cárdenas, citados en el orden cronológico de su presidencia. El acto fue significativo por la presencia de Cárdenas y Calles, quienes apenas seis años antes habían roto y ahora encarnaban interpretaciones opuestas de la Revolución en el poder.

Después del Grito, los invitados se fueron a su casa. En cambio, casi una veintena de años después el presidente Adolfo López Mateos convocó a sus predecesores no sólo a reunirse, sino a aceptar responsabilidades en su gobierno. Algunas designaciones rayaban en el ridículo, como la que recayó en Ortiz Rubio como representante del gobierno en el patronato de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos. O significaban muy poco, como en el caso del presidente convencionista Roque González Garza, quien recibió nombramiento de coordinador de las obras del gobierno federal en la Vega de Metztitlán; y, casi en el mismo nivel, el encargo hecho al otro Adolfo, Ruiz Cortines, quien aceptó con desgano ser delegado fiduciario de Nacional Financiera en el Fideicomiso de Minerales Metálicos no Ferrosos. Otras encomiendas tuvieron relevancia, ya porque la tenían de suyo o porque los expresidentes les dieron sustancia. Este último fue el caso del general Lázaro Cárdenas como director de la Comisión del Balsas (ya lo era de la correspondiente al río Tepalcatepec), de Miguel Alemán al frente del Consejo Nacional de Turismo y de Abelardo Rodríguez como presidente de la Comisión Nacional de Pesca: ambos organismos eran consultivos pero sus titulares los dotaron de funciones sustantivas. Emilio Portes Gil ya era director de la Comisión Nacional de Seguros y fue confirmado en su cargo en esta oportunidad, el 7 de diciembre de 1961.

Surcaban a la República entonces fuertes tensiones, resultado del enfrentamiento de corrientes poderosas: el Movimiento de Liberación Nacional, encabezado por Cárdenas, y el Frente Cívico de Afirmación Revolucionaria (llamado Frente Cínico en la revista de izquierda Política), que agrupaba al alemanismo y al callismo. El efecto mexicano de la Revolución Cubana, la movilización sindical que se gestó durante el sexenio anterior, y el creciente papel de algunos intelectuales (casi todos vinculados a la Universidad Nacional) como “conciencia del país”, obligaron a López Mateos a afianzar su poder mostrándose por encima de los “ismos” que ventilaban sus querellas. De allí su convocatoria a los expresidentes, que todos atendieron.

En cambio, tres de los cinco invitados de Calderón no se presentaron en Palacio Nacional. Aunque es el expresidente con quien más afinidades tiene el actual titular del Ejecutivo, Ernesto Zedillo no viajó a México, situado como se halla en ámbitos extranjeros y, por lo que se ve, resuelto a no involucrarse en asuntos mexicanos, como no sea a través de posiciones genéricas de corte académico. Miguel de la Madrid está ahora sí falto de salud, no como cuando respondió a una entrevista de Carmen Aristegui para su libro Transición y cuando autorizó que se radiodifundiera una parte de esa conversación, referida a su heredero Carlos Salinas. Por ese motivo no volvió por unas horas a Palacio Nacional.

La misma razón impidió a Luis Echeverría estar presente en la fiesta del Bicentenario. Quiero creer que también lo mantuvo en su caso un mínimo rubor, experimentado no sé si por sus hijas e hijos o por su abogado principal, Juan Velásquez. De aparecer en este momento en público, Echeverría habría sido interrogado sobre los dichos de Heraclio Bonilla, quien junto con Velásquez lo defendió de los intentos de llevarlo a prisión por las matanzas del 2 de octubre de 1968 y 10 de junio de 1971. Despechado por la morosidad de la familia Echeverría, que le niega o le regatea la parte principal de sus honorarios y le canceló la entrega mensual de un anticipo pactado, Bonilla hizo un recuento sumario de los bienes del expresidente: decenas de bienes inmuebles en la Ciudad de México, el terreno en que se alza el famoso hotel Camino Real Sumiya, en Morelos y, sobre todo, un extenso predio en Playa del Carmen –no aclaró si valuado en 130 millones de dólares o de cuya venta se espera obtener esa cantidad.

Sean esas las cifras de su patrimonio, u otras, sobra evidencia de que varias generaciones de Echeverría no padecerán penurias, pues son cuantiosos los bienes acumulados por el expresidente. No se le conocieron nunca negocios que produjeran ganancias voluminosas engendradoras de otros negocios. Fue desde joven servidor público, siempre en ascenso: director de Administración en Marina, oficial mayor de la SEP, subsecretario y secretario de Gobernación y presidente de la República. Por muy bien administrados que sean, sus sueldos y prestaciones no alcanzan para formar, ni con el más estricto sistema de ahorro, un caudal como el que ostensiblemente posee el expresidente o el que se presume a partir de la demanda civil de Bonilla, antaño defensor suyo, hoy su acreedor.

Es posible que la fortuna de Echeverría, como la de otros expresidentes, se haya alimentado de la partida secreta que año con año autorizaba la Cámara de Diputados y de cuyo monto y destino el presidente no tenía que rendir cuenta alguna. Es adivinable que buena parte de esos fondos que los presidentes manejaban discrecionalmente fueran a parar a sus cuentas bancarias. De Carlos Salinas dijo el ahora presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez, cuando se preparaba para ser secretario de Comunicaciones y Transportes, que se había robado la mitad de la partida secreta, que en el sexenio 1988-1994 sumó cerca de 8 mil millones de pesos.

Quién sabe si en esos montos, pero también en el caso de Salinas, como en el de Echeverría, es ostensible su enriquecimiento, que no les impide seguir cobrando su pensión vitalicia como expresidentes, a diferencia de Zedillo, quien renunció a ella porque cobra honorarios en varias fuentes, de negocios o académicas. Es presumible que Salinas utilizara la partida secreta en su provecho, como un regalo de la nación, como pago a sus servicios. No tenía derecho a disponer de ese patrimonio público para fines privados, pues se le autorizaba para el ejercicio de su cargo, no para quedarse con sus fondos.

Ya nadie pregunta a Salinas por ese dinero. Goza de la ventaja de la prescripción, es decir, del paso del tiempo que hace olvidar lances de primera importancia. Y por ello se desplaza, cada vez con mayor ostentación, en los terrenos de la política en general y de la electoral en particular, comarcas que antaño estaban vedadas para quienes, habiendo ya bailado, debían sentarse. Salinas, en cambio, está de pie, y camina y trota en pos de objetivos políticos como el que el PRI regrese a Los Pinos por medio de un político a quien él apadrine. El más notorio de quienes están en ese caso es Enrique Peña Nieto, pero maneja cartas alternativas.

En su activismo Salinas ha incluido, por lo que se vio la noche del Grito, la idea de apoyar a Calderón. Antes lo hizo con Fox. Lo hará con cualquiera que ni siquiera pida, sino insinúe que lo requiere.

UNAM centenaria, la razón sobre la infamia

Álvaro Delgado

Pasados los dispendiosos y pueriles festejos oficiales del Bicentenario de la Independencia, cuyo colofón glorificó la traición que simboliza Benjamín Argumedo en el monigote alzado frente a Palacio Nacional, donde Felipe Calderón honró a Carlos Salinas, hay una razón para el regocijo: Se cumple el primer centenario de la Universidad Nacional, fundada por la genialidad de Justo Sierra para “mexicanizar el saber”.

Fue al final de su agónica dictadura, el jueves 22 de septiembre de 1910, cuando Porfirio Díaz erigió, en solemne ceremonia, a la Universidad Nacional de México, lo que representó el colofón de los festejos del primer centenario del inicio de la gesta independentista, que fueron y son inmensos si se contrastan con los que coordinó el presidenciable Alonso Lujambio.

Para lucirse ante los visitantes de las fiestas del centenario, Díaz se planteó construir edificios suntuosos como el Palacio de las Bellas Artes, la casa de Correos, el ministerio de Comunicaciones --hoy sede del Museo Nacional de Arte (Munal)--, la penitenciaría de Lecumberri –actual Archivo General de la Nación--, la Escuela Normal de Maestros --antiguo Colegio Militar de Popotla--, el proyectado como palacio legislativo --que es el monumento a la Revolución-- y, por supuesto, el monumento a la Independencia.

Pero, sin duda, la obra cumbre de esas celebraciones y su gestión antes de su exilio por la insurrección revolucionaria que estalló el 20 de noviembre de 1910 fue la creación de la Universidad Nacional que, en 1929, obtendría su autonomía y a partir de entonces se llama Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La creación se debe a Justo Sierra, quien como ministro de Instrucción Pública de Díaz logró que en mayo de 1910 fuera aprobada la ley constitutiva de la nueva institución, pero la idea embrionaria la había presentado tres décadas antes, en 1881, cuando era diputado, aunque entonces no tuvo éxito.

Los ejes de la institución expuestos por Sierra ante los diputados son tan vigentes como entonces, como el separar los intereses políticos del campo académico, un paso previo precisamente a la autonomía de la que goza la UNAM.

“La enseñanza superior no puede tener, como no tiene la ciencia, otra ley que el método”, postulaba, aunque aclaraba que el Estado no podía desentenderse de sus obligaciones en el financiamiento de la institución.

“La Universidad Nacional (…) será la encargada de dictar las leyes propias, las reglas propias de su dirección científica; y no quiere decir esto que el gobierno pueda desentenderse de ellas, ni impedir que lleguen a su conocimiento, ni prescindir, en bien del Estado, del derecho de darle su aprobación última. Por ello, a no ser en lo que entrañe una reforma de las leyes, será excepcional…”

El segundo eje fundamental que Sierra presentó a los diputados para convencerlos de crear la institución universitaria fue el carácter laico que debía sustentar en su programa académico, sobre todo porque en 1865 se había suprimido la universidad por su alianza con los sectores conservadores y contraria a los fines liberales y republicanos de la facción política que triunfó en 1867.

“Una universidad es un centro donde se propaga la ciencia, en el que se va a crear la ciencia; ahora bien, señores diputados, la ciencia es laica, la ciencia no tiene más fin que estudiar fenómenos y llegar a esos fenómenos últimos que se llaman leyes superiores. Nada más; todo lo que de esta ruta se separe puede ser muy santo, muy deseable, pero no es ciencia; por consiguiente, si la ciencia es laica, si la universidad se va a consagrar a la adquisición de verdades científicas, deben ser, por la fuerza del mismo término, instituciones laicas.”

Sierra logró aprobar la creación de la Universidad Nacional de México y en una ceremonia solemne, que este miércoles 22 cumple cien años, si bien reconoció la naturaleza histórica y el papel de la anterior universidad, que nació en 1551, expuso el carácter renovado de la nueva institución académica:

“Me la imagino así: Un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plenitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia de su misión y que, recurriendo a toda fuente de cultura, brote de donde brotara, con tal de que la linfa sea pura y diáfana, se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber.”

Al cumplir una centuria de su fundación, cuyos festejos estarán encabezados por el actual rector de la UNAM, José Narro, es preciso que, además del júbilo que implica para los formados en esta institución la efemérides, se haga una valoración sobre la condición que tiene en el México actual y su prospectiva como motor del desarrollo nacional.

La UNAM cumple un siglo en momentos infaustos, donde gobierna la barbarie y parece cancelada la perspectiva de desarrollo para dos terceras partes de los mexicanos, un escenario que exige de los universitarios ejercer su liderazgo en la sociedad y que la institución misma enarbole las causas de ésta.

La UNAM debe acreditar, con hechos, que no es capaz sólo de formar profesionistas que sirvan a sí mismos en un marco de libertad de cátedra e investigación, que defiendan la pluralidad, la tolerancia y la razón, sino que sean capaces de asumir un contundente compromiso social, como en las transformaciones de las décadas de los sesenta y setenta.

Hace un siglo, esta universidad tenía apenas mil 969 alumnos y ahora son más de 300 mil inscritos en 82 campos del conocimiento científico, artístico y humanístico, un ejército de muchachos que deben enarbolar algo que el poder político escamotea: El nivel cívico y cultural de la sociedad, pero también su fervor patrio...

Apuntes

El asesinato del joven fotorreportero Carlos Santiago Orozco y las graves lesiones a Carlos Manuel Sánchez Colunga, ambos de El Diario de Ciudad Juárez, no motivó a Calderón emitir siquiera un boletín para dolerse de tal embate criminal, acontecido el miércoles 16, cuando vivía la cruda de la noche del Grito, una conducta que contrasta con los afanes propagandísticos que exhibió tras el secuestro de un grupo de periodistas en Gómez Palacio, Durango, el 26 de julio. Llegó a un extremo inusitado: El sábado, pasadas las siete de la mañana, hizo que su mujer, Margarita Zavala, lo comunicara, desde el lecho matrimonial, con Ciro Gómez, directivo del Grupo Multimedios, para darle la primicia de la liberación, que resultó en otro montaje de Genaro García Luna. Ahora, cuatro días después del crimen, manda a su vocero en seguridad, Alejandro Poiré, para decir que el móvil es de carácter personal. Por eso, de haber otra marcha de periodistas, debe ser con gritos de indignación y directamente a Los Pinos, el lugar que indebidamente habita ese individuo que, la noche del Grito, todo el mundo pudo ver que vestía pantalones de brincacharcos...

Hipocresías: fiscales, de LEA, Zedillo y García Luna

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Ayer el inteligente Luis González de Alba sostiene que los mexicanos estamos insoportables, más allá del mal humor detectado por Héctor Aguilar Camín. El autor de La calle muestra su desconcierto porque todo parece mal a los habitantes de a pie de este país, a quienes ninguna explicación de que México está mejor deja satisfechos. Con justa razón, añadiría, porque los desequilibrios se cargaron en otros aspectos, pero fundamentalmente en uno: hay mayor libertad política, social, mejores oportunidades para adquirir instrucción pública, cultura, conocimiento, una diversidad de opciones electorales, pero están altamente restringidas las carencias económicas: hay más pobres extremos y más pobreza alimentaria que en 1968, menos posibilidades de vestirse con decoro, de viajar, de comprar libros, discos, de renovar el parque vehicular, de evitar el manoseo en el microbús y en el metro, de ser esclavo de los intereses del dinero de plástico.

Me atrevería a sostener que México está inmerso en la hipocresía, todo parece estar mejor cuando en realidad somos víctimas del andar del cangrejo en casi todos los aspectos del contrato social: el sistema de pensiones está en quiebra, la labor médico asistencial es deficiente y carece de muchos medicamentos, la educación en manos de Elba Esther Gordillo es vivo reflejo de la maestra milagrosa, los favores fiscales y las quiebras fraudulentas continúan, por mencionar aspectos de la vida nacional que más escozor causan a los que están de mal humor, insoportables, y hasta encabronados.

Primero Denise Dresser, luego Ángel Trinidad Zaldívar y Carlos Ferreyra Carrasco nos alertan sobre una ineficiente reedición del Fobaproa, o de la amenaza de la reincidencia de las crisis financieras, pues tienen la información de que han sido condonados 74 mil millones de pesos en créditos fiscales, sin mediar explicación alguna, cuando ese dinero que se va al caño es producto del pago de los impuestos, del producto del trabajo de los mexicanos. ¿Quién decidió esa maniobra, y quiénes son los beneficiados?

El nivel del monto obliga a establecer una única responsabilidad: perdonar ese pesado endeudamiento sólo puede hacerlo el titular del Ejecutivo, a menos de que Felipe Calderón Hinojosa haya sido engañado. Carece de importancia que el fraude fiscal en contra de los mexicanos que se está cometiendo, cuente con el aval de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que con presteza inusitada envía una recomendación al SAR o al titular de la Hacienda Pública, para que no se proporcionen los nombres de los beneficiarios del uso y abuso del dinero de los mexicanos, por un monto de 74 mil millones de pesos. Ahora se comprende la razón de la presidencia de Raúl Plascencia en la CNDH.

Otra de las hipocresías que indignan, es la que tiene que ver con la supuesta insolvencia de Luis Echeverría Álvarez, quien es un Creso; las propiedades que se le atribuyen son cuando mucho el diez por ciento de su verdadera fortuna. Como dijo su sucesor, José López Portillo, los acusamos de pillos, no de pendejos. Echeverría es un pillo y se conduce como tal, con el agravante de las consecuencias de la vejez. Quienes saben de eso, me explican que los ancianos se vuelven avaros, codiciosos, por inseguros. Consideran que sólo el atesoramiento de bienes puede salvarlos del paso que les falta: la muerte. Echeverría llegará a ella, con más pena que gloria.

El caso de Ernesto Zedillo Ponce de León es más sencillo de lo que han lucubrado los analistas y quienes se sienten agraviados. Desde que Zedillo vivió en Mexicali supo que su deseo era ser empleado de una gran corporación en Estados Unidos, y lo logró, aunque para ello tuviese que seguir el camino largo a través de la administración pública mexicana, cuya cúspide alcanzó para sustituir a un muerto: no hubo otro, fue el equivalente a la última coca en el desierto, al único hombre en la isla inhabitada.

En cuanto se terció la banda presidencial en el pecho, de inmediato hizo todo para lograr su objetivo: convertirse en empleado gringo, porque nunca supo ni estuvo acostumbrado a mandar, a él le gusta que lo llamen por teléfono o le envíen un mail para darle instrucciones. Fue invitado a los festejos del Bicentenario, pero se sentó a esperar unas instrucciones que nunca le llegaron, por eso no asistió a Palacio Nacional.

Su frase del sexenio: No cash, y es posible que esa sea su excusa, como la de Echeverría.

El tema de Genaro García Luna pudiera ser el más complicado de los asuntos de hipocresía, porque a ella ha sido inducido por Lizeth Parra, escudero fiel e ingeniosa comunicadora que ha tripulado la conciencia del Secretario de Seguridad Pública Federal en cuanto a materia de comunicación se refiere.

El reportero Gustavo Castillo García, de La Jornada, informa: “Efectivamente, los reporteros Alejandro Hernández Pacheco y Javier Canales estaban solos, corriendo, cuando fueron localizados. Nunca se dijo que habían sido encontrados dentro de la casa” el 31 de julio pasado, cuando la Policía Federal anunció su “rescate” en conferencia de prensa, reconocieron funcionarios de la Dirección de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

Insistieron: “hubo un operativo de búsqueda que abarcó varias colonias. Pero no se tenía la ubicación exacta de la casa donde los tenían cautivos. Durante el rastreo, los agentes se encontraron con los informadores, a unas calles de donde los tuvieron secuestrados”.

Puntualiza Gustavo Castillo: “Las declaraciones de los funcionarios de la SSP, en el sentido de que los comunicadores estaban solos, se dan 48 días después de que esa dependencia anunció en conferencia de prensa, realizada en el Centro de Mando de la Policía Federal, en la ciudad de México, que había “rescatado” a los informadores”.

Alguien tiene que aclarar lo que ocurre en México, porque mientras el Diario de Juárez busca respuestas a la muerte de periodistas a través de un editorial; mientras Zedillo goza de impunidad y Echeverría chochea, o Genaro García Luna cuenta otra de vaqueros, un prestidigitador de talla internacional hace desaparecer 74 mil millones de pesos en créditos fiscales sin mediar explicación y sin dar los nombres de los beneficiados.

Son de tal tamaño las hipocresías mexicanas, que Luis González de Alba tendría que modificar su opinión acerca de lo insoportable que puedan estar los mexicanos, porque más bien tienen razones suficientes como para estar encabronados.

Periodistas arrodillados…Fracaso antinarco

Jorge Alejandro Medellín / De orden superior

1.- En el marco de la reunión de gobernadores fronterizos que se realiza en Nuevo México, los directivos del periódico El Diario de Juárez, cuyos fotógrafos Luis Carlos Santiago Orozco (fallecido) y Carlos Manuel Sánchez Colunga (herido) fueron atacados por sicarios, lanza un doloroso y lamentable mensaje al crimen organizado, a la sociedad civil, a las autoridades federales, estatales, y lo que queda de las municipales, así como a las festivas fuerzas armadas y a los porosos cuerpos de seguridad de todos los niveles.

2.- El mensaje publicado como editorial en su edición del domingo es un hito en el periodismo mexicano. Expone con crudeza la realidad existente en el norte del país -tierra sin ley ni orden- en donde el ejercicio periodístico hace tiempo llegó a límites razonables en una región controlada, dominada y aterrorizada por el narco ante mandatarios inoperantes, medrosos, nulos pero muy patriotas.

3.- El texto devela también las presiones y el hostigamiento por parte autoridades estatales y hasta federales para acusar a El Diario de amarillismo y de contribuir a crear un clima de psicosis en torno a la violencia del narco y a la torpeza y nulidad gubernamental (estatal y federal) para combatirlo.

4.- Doloroso y lamentable y también inquietante, porque coloca sobre la mesa de discusiones el tema de la cobertura noticiosa del narcotráfico en un momento de profunda crisis, generada principalmente por la impunidad, producto a su vez de la inoperancia, complicidad y cinismo de las autoridades. En pocas palabras, de un estado fallido.

5.- El editorial -criticado por varios periodistas por constituir una especie de rendición aunque sus autores han negado que sea así- es una bofetada a la ineptitud del gobierno federal y estatal para enfrentar al barco, salvo por los golpes mediáticos en que han derivado las detenciones de capos como Edgar Valdez Villarreal, Sergio Villarreal Barragán o la muerte de Ignacio Coronel y Arturo Beltrán Leyva en menos de un año.

6.- Es también una advertencia a los demás medios de comunicación que anticipa la tremenda soledad en que se mueve el periodismo encargado de cubrir asuntos de seguridad, el desamparo (que en algunos casos comienza en las propias redacciones) con el que reporteros y fotógrafos se enfrentan a la violencia del crimen organizado.

7.- Acierta el General (retirado) Jorge Lugo Cital al señalarle a este columnista que las campanas al vuelo del gobierno calderonista en su discurso triunfalista sobre las batallas ganadas al narco son solamente eso; ruido, alharaca y show mediático con el que se pretende hacerle creer a los mexicanos que hay avances reales en la lucha contra el crimen organizado y que los cárteles deben ponerse a temblar, como lo aseguró un desafortunado Mariano Francisco Saynez, secretario de Marina y lo avala el titular de la Sedena, Guillermo Galván.

8.- Es cierto, el narcotráfico domina grandes zonas, regiones completas del país mediante el ejercicio del terror, de la cooptación, del soborno y la complicidad con otros poderes legalmente establecidos.

9.- El narco cobra derecho de piso, controla mercados, tianguis, mercancía legal e ilegal, maneja piratería, extorsiona a pequeños y medianos empresarios y apunta también sus fusiles a grandes inversionistas (en Monterrey, por ejemplo, cobra 100 mil dólares mensuales a varios potentados para no hacerles daño), recluta además a militares en activo, militares en retiro, policías federales, comandantes, policías estatales y municipales a los que obliga a trabajar por unos cuantos pesos (en comparación con las astronómicas ganancias del negocio de las drogas); el narco secuestra, roba autos, controla bandas delictivas, expande a placer sus productos en zonas marginadas, en escuelas, en colonias completas, en unidades habitacionales; compra y construye edificios, invierte en desarrollos, lava dinero a manos llenas, inserta gente en los medios de comunicación, ordena, modifica o suprime información, administra artistas, bandas de música, equipos de futbol y beisbol, boxeadores, cantantes, artistas, modelos, trafica con personas, mueve prostíbulos; lleva y trae a placer armas, sustancias químicas, dinero, animales exóticos, obras de arte, mercancía apócrifa, ropa, zapatos, tenis, perfumes, juguetes, discos, relojes, teléfonos y hasta comida…diariamente en poco más de la mitad del territorio nacional.

10.- A este panorama, el gobierno federal intenta oponer capturas, enfrentamientos, decomisos y espectaculares trabajos de inteligencia como ejemplos vivos de una eficaz lucha contra los cárteles que controlan la frontera norte del país. El editorial de El Diario de Juárez pone los puntos sobre las íes y llama a las cosas por su nombre, ante la mascarada en que se convirtieron los sucesivos operativos policíaco-militares y su fracaso rotundo en Chihuahua, en donde tropas, mandos, jefes, comandantes, gobernadores, alcaldes y comandantes supremos han rendido la plaza.

11.- Ciudad Juárez y Reynosa o Matamoros viven desde hace meses en el modelo de la Suspensión de Garantías, de la debacle en la que los periodistas y sus medios informativos han llegado al extremo de preguntarle a los narcos qué es lo que quieren, de consultarles cuáles son los límites para no afectar intereses y de atender sus exigencias a reserva de ser asesinados.

12.- En Ciudad Juárez como en muchísimos otros puntos del país, el imperio de la ley, el monopolio de la violencia, no es del Estado Mexicano: pertenece al narco, a sus siete u ocho o nueve cárteles que celebran su productiva independencia económica y su contundente revolución mediática, mientras el Zócalo capitalino y sus principales calles y avenidas se tapizan con motivos tricolores para recordar a los héroes que bla bla bla…

La muerte en Cd. Juárez

Militares sin control

Jorge Carrasco Araizaga

A diferencia de lo que ocurre en las democracias consolidadas, en México las Fuerzas Armadas gozan de una autonomía que ya quisieran organismos formalmente autónomos, capturados por los intereses políticos y monopólicos o dominantes en los sectores que supuesta regulan y controlan.

Hacedores del sistema político que gobernó con el PRI casi todo siglo XX, los militares se reservaron grandes espacios políticos y de impunidad que generaron no pocos casos de riqueza de su cúpula.La llegada del PAN a la presidencia no representó ningún cambio.

El Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina han sido fieles al proyecto político en turno.Nunca en su historia, los militares mexicanos han sido controlados ni por el Congreso ni por el Poder Judicial.

Por años, hubo militares habilitados como diputados y senadores con el propósito de mantener a las Fuerzas Armadas intocadas, lejos de cualquier escrutinio.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación que por años era un “poder de tercera” y no el tercer poder del Estado, y que ahora tanto se presenta a la sociedad como Tribunal Constitucional, no ha querido propiciar ningún control.

Su reciente fallo para darle vuelta al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado mexicano precisamente por graves violaciones a los derechos humanos cometidas por el Ejército, es una vergüenza internacional.

Vergonzante también es que sea en el Congreso estadounidense donde Calderón tenga que rendir cuentas de los abusos de los militares.

Atado a la Iniciativa Mérida, Calderón tiene que informar junto con el Departamento de Estado sobre las sanciones impuestas a los militares responsables de violaciones a los derechos humanos con el pretexto del combate al narcotráfico.

De esos informes depende la entrega de parte de los recursos.Sin autoridad moral para hablar de respeto a los derechos humanos, el Departamento de Estado anunció el 2 de septiembre pasado su intención de liberar cerca de 36 millones de dólares que habían sido retenidos de los recursos comprometidos para el año pasado y el actual.

En ese contexto de escrutinio internacional hay que entender que en julio pasado la secretaría de la Defensa Nacional haya decidido abrir en su página oficial un micrositio sobre derechos humanos, en el que da a conocer, sin precisar, sus cifras sobre militares procesados y sentenciados en este tema, siempre por tribunales castrenses.

No fue una concesión graciosa de transparencia y rendición de cuentas.

La lealtad de los militares con los proyectos políticos sexenales ha sido compensada con impunidad.

Ocurrió con el PRI, que los protegió de los delitos de lesa humanidad que cometieron principal, pero no únicamente, durante los años de la guerra sucia contra la guerrilla urbana y rural.

Se repitió con Vicente Fox, quien decidió no molestar a los militares con investigaciones sobre esos atentados contra la dignidad humana de cientos de personas en todo el país.

Mucho menos, con el establecimiento de responsabilidades. La fiscalía sobre delitos del pasado fue un fiasco.

En tiempos recientes, ningún otro titular del Ejecutivo había usado a los militares tanto como Calderón. Está obligado a dar la cara por sus principales aliados. Al defenderlos, se defiende a sí mismo. Y lo quiere formalizar con una reforma a la Ley de Seguridad Nacional cuyo propósito es legitimar la participación de los militares en lo que inicialmente definió como “guerra al narcotráfico”.

Ahora llamada “estrategia para la seguridad”, la decisión de Calderón derivó en lo que muchos advirtieron desde el principio: que regresaríamos a los tiempos de graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos por parte de militares.

Por décadas, la referencia en este tema siempre fue el Ejército. Ahora, hay que sumar a la Marina.

Ya desde fines del foxismo, los marinos empezaron a tener protagonismo, pero con Calderón los marinos, en particular la infantería de Marina impulsada en este sexenio, han cometido graves violaciones de derechos humanos.

Hay casos documentados, por lo menos, en Morelos, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.Desde hace meses, Calderón y las Fuerzas Armadas han sometido al Congreso a presión para que aprueben dicha reforma, que al legitimar la presencia militar en tal estrategia garantiza también la impunidad, pues deja intocado el tema central: el control civil hacia los militares.

La reforma propuesta por Calderón y elaborada en los cuarteles generales de las Fuerzas Armadas se aprobó en el Senado en abril pasado. No como lo querían sus autores.

Aunque fue muy ambigua respecto a la jurisdicción militar y los derechos humanos, a los jefes militares no les gustó.La decisión está en la Cámara de Diputados. Y es ahí donde la presión no cesa.

Primero, para que se apruebe lo antes posible; segundo, para que modifique lo aprobado por el Senado, en especial sobre el control civil de los operativos y la posibilidad de que las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares sean investigados por la justicia ordinaria y no la militar, como ha ocurrido por décadas.

La reforma trasciende al calderonismo, que con ella busca una cobertura legal, incluso de los asesinatos de civiles a manos de militares. Incumbe directamente al PRI.

No sólo por tener una mayoría en la Cámara de Diputados, sino porque de esa manera definirá el tipo de relación que tendrá con el Ejército en los próximos años, sobre todo si regresa a la presidencia de la República en el 2012.

Hechura de los militares de la Revolución Mexicana, es casi seguro que en esta votación el PRI quiera quedar bien con los militares. No por Calderón, sino porque buscan recuperar la lealtad castrense.

El editorial de El Diario

R. Rodriguez Baños / Molinos de viento

El Diario de Ciudad Juárez pregunta a quienes han dado muerte a dos de sus reporteros qué es lo que quieren de nosotros, qué es lo que pretenden que publiquemos o dejemos de publicar, para saber a qué atenernos. Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo, a pesar de que reiteradamente se los hemos exigido frente a esta realidad inobjetable, nos dirigimos a ustedes para preguntarles, porque lo menos que queremos es que otro más de nuestros colegas vuelva a ser víctima de sus disparos.


Esta no es una rendición. Como tampoco significa que claudicamos al trabajo que hemos venido desarrollando. Se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley en esta ciudad, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar si bien nuestros objetivos y misión de bien informar a la comunidad siguen siendo los mismos de hace 34 años, en estos momentos no le hallamos sentido a seguir poniendo en riesgo la seguridad de tantos compañeros para que sus vidas tan valiosas sean utilizadas como vehículos de mensajes, cifrados o no, entre las diversas organizaciones, o de éstas hacia las autoridades oficiales.

A la vuelta de casi dos años del asesinato de nuestro compañero Armando Rodríguez Carreón, nos hallamos demasiado escépticos de que las supuestas autoridades de justicia que están por terminar su mandato nos entreguen un esclarecimiento confiable. Han sido tantos los ofrecimientos, tantas las promesas de que el caso se aclararía sin que ninguno resultara cierto, que si a estas alturas nos presentaran a un presunto responsable del crimen lo primero que haríamos sería pasarlo por el tamiz de la duda En todo caso, para que El Diario aceptara un resultado a estas alturas tendría que ser avalado asimismo por organismos internacionales de periodistas, así como de derechohumanistas.

Hace cuatro años y medio, cuando Felipe Calderón Hinojosa aún se hallaba en campaña por la carrera presidencial, acudió a las instalaciones de El Diario para ofrecer una entrevista sobre diversos temas Calderón dijo que en el caso de los asesinatos (de periodistas), así como yo estoy protegido por mi condición de candidato, creo que en la medida en que una actividad se desarrolle en beneficio de la comunidad y encierre peligrosidad también debe haber mecanismos que la protejan...A la vuelta de estos años, la historia es bien conocida: el primer mandatario, para conseguir la legitimación que no obtuvo en las urnas, se metió sin una estrategia adecuada, a una guerra contra el crimen organizado sin conocer además las dimensiones del enemigo ni de las consecuencias que esta confrontación podría traer al país.

En ese contexto, los periodistas también fueron arrastrados a esta lucha sin control, sin que el presidente pensara en aquel compromiso proferido en la sala de juntas de El Diario, porque los trabajadores de los medios han sido amenazados, han realizado investigaciones sobre el crimen organizado y han estado en medio de esta guerra como testigos privilegiados a la vez que intimidados, pero aun así nunca recibieron de su gobierno los mecanismos de protección especial que subrayó como indispensables.

Las únicas armas de defensa que hemos tenido quienes nos dedicamos al oficio, han sido la búsqueda de la verdad, el manejo de las palabras, así como nuestras máquinas de escribir hoy computadoras y cámaras fotográficas. El Estado como protector de los derechos de los ciudadanos y, por ende, de los comunicadores ha estado ausente en estos años de belicosidad, aun cuando haya aparentado hacerlo a través de diversos operativos que en la práctica han sido soberanos fracasos. El viernes pasado, tras el crimen del fotoperiodista Luis Carlos Santiago Orozco, El Diario publicó un editorial en el que enfatizaba esta ausencia al cuestionar ¿A quién exigimos justicia? En ese mismo tenor se hallan los ciudadanos que no saben ya a quién recurrir para pedir ayuda.

el primer mandatario pontifica sobre la paz en el país como si se tratara de algo real, al enviar una carta a cada una de las familias de la nación en la que, entre otras cosas y de manera retórica, subraya que el blanco del color de nuestra bandera nacional es el de la paz que hemos conquistado Tal afirmación es una burla para los juarenses que se ahogan en un baño de sangre y que de paz es de lo que menos saben en estos tiempos. En Ciudad Juárez hemos llegado a un punto en el que es necesario y urgente adoptar otro tipo de medidas para obligar a las autoridades establecidas por ley, a ofrecer respuestas más contundentes, porque la capacidad de tolerancia de tantos ciudadanos dolidos ha rebasado ya sus límites. El Diario, por lo pronto, asume la postura manifestada en los primeros párrafos, de llamar a los grupos en pugna a que expresen qué es lo que quieren de nosotros como comunicadores.

Lo menos que el gremio periodístico puede y debe hacer es difundir el valeroso editorial de El Diario de Ciudad Juárez, de donde hemos tomado los párrafos anteriores. Ya comenzó a dar la vuelta a este planeta desde el domingo pasado18.09.10. Solo faltamos nosotros

Lujambio y el Bicentenario

Martha Anaya / Crónica de Política

Bellísimo!¡Extraordinario!¡Hermosísimo!

Los adjetivos brotaban de labios de Alonso Lujambio, secretario de Educación Pública. No escatimaba elogios a lo que –sostenía ante senadores de la República–, había realizado el gobierno con motivo del Bicentenario.

Es más –le alegaba a Ricardo Monreal–, el objetivo, la prioridad de los festejos, había sido “la difusión del conocimiento histórico”.

Y enumeraba:

-Ningún país en esta coyuntura ha distribuido a todos los hogares un libro de historia: “Viaje por la historia de México”, de Luis González y González. ¡Veintisiete millones de ejemplares! Un libro hermosísimo…

-Un pequeño libro, más detallado, sobre la historia de México, a cargo de la Academia Mexicana de Historia. Ha vendido ¡70 mil ejemplares en cuatro meses!

-“Arma la historia”, libros para alumnos de educación básica: ¡27 millones de ejemplares! repartidos.

-Documentales de televisión ¡bellísimos! DVD’s extraordinarios en su calidad.

-El programa de televisión “Discutamos México”… “¡se ha discutido a rabiar la historia de México!”

Sí, insistía Lujambio, la prioridad del Presidente fue “potenciar el conocimiento de nuestra historia”. En cuanto a los gastos, pues ahí mismo soltó algunas cifras de lo gastado:

-Galería Nacional (que se encuentra en el Palacio Nacional), 168 millones de pesos (mdp). Museo que “queda para el futuro”.

-Expo-Guanajuato, 93 mdp en infraestructura, que también “queda para el futuro, es una inversión cultural”.

-Los juegos de luces sobre la fachada de Palacio Nacional, “¡exitosísimo!”, 142 mdp.

-En la noche del 15 de septiembre y madrugada del 16, “algo que vimos millones de mexicanos y que creo que emocionó a muchos”, 667 mdp.

-El espectáculo “Orgullosamente mexicanos” que está dándole la vuelta al país, 192 mdp.

-La compra de la colección Windsor, “que creíamos importante recuperar de manos privadas”, 142 mdp.

-El monumento “Estela de Luz”, “que habrá que corregir y profundizar en su construcción”, tienes contratado hasta ahora 690 mdp.

Tal fue la lista que desplegó Lujambio ayer ante los senadores. Pero Ricardo Monreal –quien había provocado con sus preguntas tales respuestas—no pararía ahí. En su réplica, le soltó:

“Maneja usted los números con tanta frivolidad…¡670 millones de pesos para gastarse en unas horas! ¿Cuántas casas pudo haber construido con ese dinero? ¿Cuántas escuelas, cuántos hospitales?… Y todo por una noche de carnaval, oropélica, que además fue selectiva, no popular. ¡A mí me fue imposible entrar!”

¿Cuánto costó la figura del Coloso, quién es?, siguió el petista. Y el propio Monreal respondió: “¡Es la nada! Eso celebramos…, la nada.”

Alonso Lujambio escuchó en silencio. Apenas iniciaba su comparecencia...

Protestan en San Lázaro contra Ley Peña Nieto

En el marco de la sesión ordinaria de este día, el grupo de legisladores panistas ingresó con dos grandes pancartas con las leyendas: "Ley Peña asesina la democracia" y "No a la Ley Peña".

Notimex


Una decena de diputados federales del PAN se manifestaron en San Lázaro en contra de la llamada "Ley Peña" que busca acotar las alianzas electorales en el estado de México.

En el marco de la sesión ordinaria de este día, el grupo de legisladores panistas ingresó con dos grandes pancartas con las leyendas: "Ley Peña asesina la democracia" y "No a la Ley Peña".

Entre los diputados del Partido Acción Nacional (PAN) que ingresaron las pancartas están María Antonieta Pérez, Adrián Hinojosa e Ignacio Téllez González.

De inmediato, legisladores del PRI el estado de México impugnaron la manifestación y retiraron a jalones la pancarta que se había colocado debajo de la tribuna.

La breve zacapela entre legisladores del PAN y del PRI por la pancarta concluyó con el repudió, desde su tribuna, de Gerardo Fernández Noroña quien lamentó la actitud de los priistas de retirar con violencia los letreros.

EU-Cuba: negociaciones en la sombra

Juan Balboa

Los gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro se envían mensajes a través de canales no oficiales, pero con personas que les son cercanas. Tal es el caso del cardenal cubano, Jaime Ortega, y del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quienes en agosto pasado visitaron Washington y La Habana, respectivamente. El propósito es negociar un canje de prisioneros acusados de espionaje. Incluso, el líder de la Revolución, Fidel Castro, anunció que los agentes cubanos presos en Estados Unidos estarían de regreso en la isla “mucho antes del fin de año”.

La Habana, 20 de septiembre.– Presionado por la comunidad judía, dentro y fuera de Estados Unidos, la administración de Barack Obama abrió una nueva ruta de negociación con el gobierno de Raúl Castro. El objetivo: realizar un posible canje de presos acusados de espionaje, tal como lo hicieron ambos países en los años setenta.

Desde abril pasado, Washington y La Habana recurren a la comunidad hebrea y a la Iglesia católica cubana para enviarse mensajes, dijeron a Proceso miembros de esas organizaciones religiosas.

Si las negociaciones se llevan a cabo y tienen éxito se lograría la liberación antes del fin de año del judío estadunidense Alan Gross –quien se encuentra preso en Cuba– y de al menos dos de los cinco agentes de inteligencia cubanos recluidos en cárceles de Estados Unidos: Gerardo Hernández Nordelo y Ramón Labañinos Salazar. El primero sentenciado a dos cadenas perpetuas más 15 años, y el segundo a una cadena perpetua más 15 años.

Los restantes agentes cubanos presos son: Antonio Guerrero Rodríguez (una cadena perpetua más 18 años), Fernando González Llort (19 años de prisión) y René González Sehwerert (15 años de prisión).

Los signos de que Washington y La Habana negocian son ya evidentes: a principios de agosto pasado, el cardenal Jaime Ortega –quien medió en la liberación de presos políticos que recibe gradualmente España– viajó a Washington y se reunió con funcionarios del gobierno estadunidense; a finales de ese mismo mes, Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y político cercano a Obama, viajó a Cuba y se reunió con el canciller de la isla Bruno Rodríguez Parrilla.

Ortega y Richardson participan como “mensajeros, más no como mediadores”, comentaron a Proceso diplomáticos suizos, españoles y canadienses.

El cubano Arturo López-Levy, profesor e investigador de la Universidad de Denver, recuerda que durante las conversaciones de Ortega con funcionarios estadunidenses “se solicitó la liberación de Alan Gross”.

Gross trabajaba para Development Alternatives Inc. (DAI), empresa con sede en Bethesda, Maryland, la cual es contratista de la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés). Fue detenido el pasado 3 de diciembre en La Habana. Las autoridades de la isla lo acusaron de estar relacionado con presuntas actividades de espionaje de Estados Unidos, así como de distribuir entre disidentes computadoras portátiles, teléfonos satelitales y equipo técnico.

Para el investigador Esteban Morales, miembro del Consejo Científico del Centro de Estudios Hemisféricos sobre Estados Unidos, de la Universidad de La Habana, la liberación o intercambio de presos es factible debido a que el presidente Barack Obama tiene la facultad para indultar a los cinco cubanos acusados de espiar para La Habana, a quienes, asegura, no se les ha demostrado delito alguno.

“Es una verdadera vergüenza que tengan presos a esos muchachos, mientras terroristas como Luis Posada Carrilles y Orlando Bosh (autores del atentado que derribó un avión de Cubana de Aviación en 1977) se pasean por las calles de Miami”, señala.

La revelación más precisa sobre los avances de las negociaciones para el canje de presos la hizo el expresidente Fidel Castro. Durante una reunión celebrada el pasado 26 de julio en La Habana, con artistas, cantantes, intelectuales y miembros de organizaciones religiosas, anunció que los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos desde hace 12 años estarían de regreso en la isla “mucho antes del fin de año”.

“Tú te imaginas que los cinco compañeros que están allí, separados en las cárceles, y que (los estadunidenses) no tengan el menor gesto de ponerlos en libertad. Son cinco seres humanos separados de la familia”, criticó.

Luego se comprometió: “Y los van a tener que soltar. Yo ahora creo, más que nunca, que están muy cerca de que los suelten”.

Y fue más allá: “El fin de año pueden prepararse ya. Pero mucho antes del fin del año. Me responsabilizo con decírselo a las familias”.

A tono con las palabras del exmandatario, Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, quien purga en Estados Unidos dos cadenas perpetuas más 15 años, la mayor condena impuesta a los agentes cubanos, dijo el pasado 1 de agosto que “el gesto está allá (Estados Unidos). Cuba ha liberado a esos presos”, en referencia a los 32 de los 56 disidentes cubanos que fueron excarcelados gracias a las negociaciones de la Iglesia católica con el gobierno de la isla.

Argumentó: “Estados Unidos liberó a los espías rusos que habían entregado documentos secretos al gobierno de su país. Sin embargo, los cinco cubanos, que no buscaron información secreta, que no atentaron contra la seguridad de Estados Unidos, se mantienen en prisión. Esto es un chantaje y presión contra los cubanos”.

En las sinagogas cubanas…

El pasado 30 de agosto, el expresidente cubano Fidel Castro realizó una visita al Acuario Nacional de Cuba. Estuvo acompañado por, entre otros, la presidenta de la Comunidad Hebrea de Cuba, Adela Dworin. Ese fue un signo que a nadie escapó: desde la detención de Gross, esta organización religiosa ha tenido mayor protagonismo y acercamientos con funcionarios del gobierno de Raúl Castro.

De hecho, en Beth Shalom, una de las seis sinagogas activas en Cuba, los judíos oran por la liberación de Alan Gross.

“Gross no fue detenido por ser judío”, señala el profesor López-Levy. “Tampoco por ayudar a la comunidad hebrea en la isla. Lo detuvieron –precisa– por viajar a Cuba para implementar un contrato del gobierno de Estados Unidos, comprendido en la sección 109 de la ley Helms-Burton”.

Y es que, recuerda López-Levy, “la comunidad hebrea cubana ya tenía un laboratorio de computadoras (donado por una judía cubanoestadunidense a través de la organización judía ORT), correo electrónico y acceso a internet antes de que Gross llegara a La Habana”.

Explica que “delegaciones judío-estadunidenases viajan a Cuba todos los meses y comparten información sobre Estados Unidos, Israel y el judaísmo mundial. Muchos miembros de esas delegaciones discrepan de las posiciones del gobierno cubano”.

López-Levy conoce este tema: fue secretario de la logia Bnai Brith de la Comunidad Hebrea de Cuba y presidente de su Comisión de Cultura y Diálogo Interreligioso.

Cuenta: “Todos los religiosos cubanos, judíos y no judíos, con los que conversé, reafirmaron la importancia de pedir a Dios por la salud y el pronto reencuentro de Alan y su familia, y que las autoridades cubanas traten el caso con la mayor humanidad posible”.

Rechaza que exista vínculo alguno entre las actividades de Gross y los judíos que radican en la isla. “Usar la sinagoga para conspirar, de común acuerdo con el gobierno estadunidense, pondría en peligro la necesaria cooperación con las autoridades cubanas para actividades tales como la emigración a Israel, la ayuda humanitaria y el contacto con judíos de otras latitudes”.

Mensajeros

A principios de agosto, el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, viajó a Washington. El 3 de ese mes se reunió con, entre otros, Arturo Valenzuela, secretario de Estado Adjunto para el Hemisferio Occidental, y James Jones, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Orlando Márquez, portavoz del arzobispado de La Habana, negó a finales de agosto que el cardenal Ortega haya tocado durante sus reuniones en Washington el tema de los cinco cubanos presos en territorio estadunidense.

Sin embargo, diplomáticos de Suiza, España y Canadá, consultados por el corresponsal, dicen que Ortega notificó al gobierno de Obama el interés de La Habana por lograr el intercambio de presos acusados de espionaje. Además, el cardenal habría pedido a Estados Unidos acoger a presos políticos cubanos excarcelados por mediación de la Iglesia católica, la mayoría de los cuales viajó a España.

En mayo pasado, el cardenal Ortega, en nombre de la Iglesia católica cubana, sostuvo un amplio e insólito diálogo con el presidente Raúl Castro. Después de décadas de choque, el gobierno reconoció a la Iglesia católica como uno de sus interlocutores sobre la situación del país, incluidos los presos políticos.

Una fuente religiosa reconoció que en la agenda entre el cardenal Ortega y el presidente Castro se encuentra la posible intervención de la Iglesia católica para lograr la liberación de los cinco cubanos detenidos en Estados Unidos.

El tema no es nuevo. En la segunda quincena de agosto de 2009, el obispo de Orlando, Thomas Wenski, quien realizó una visita a La Habana junto con otros religiosos estadunidenses, reconoció que había tratado el tema de los presos en cárceles de Cuba y Estados Unidos con el presidente del Parlamento de la isla, Ricardo Alarcón.

El viaje del jerarca católico fue precedido por unas declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien dijo que Estados Unidos busca “por todos los canales disponibles” la liberación de Gross.

Por su parte, Richardson llegó a La Habana el pasado 22 de agosto con el aparente propósito de promover las exportaciones agrícolas de su estado y vender a la isla productos como chile y nueces, los cuales, por cierto, casi no se consumen en el país.

A Richardson, exembajador de Estados Unidos en la ONU, se le reconoce su talento para negociar con gobiernos comunistas, como los de Corea del Norte, Vietnam y Cuba. En 1996 logró la liberación de tres presos políticos cubanos.

Según las citadas fuentes diplomáticas, Richardson traía en su agenda explorar con el gobierno de Raúl Castro el tema del eventual intercambio de presos. Se reunió con el ministro y el viceministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla y Dagoberto Rodríguez Barrena, respectivamente. Este último es el jefe de la delegación cubana que ha participado en tres encuentros con una delegación oficial de Estados Unidos para tratar el tema migratorio entre ambos países.

Richardson se dijo satisfecho de sus encuentros con altos funcionarios cubanos, a quienes conminó a dejar en libertad al contratista Gross, pues, dijo, “puede ser un gesto muy positivo”.

El 27 de agosto, antes de dejar La Habana, Richardson dijo que no era un “enviado especial” o “mensajero” del gobierno de Obama. Sin embargo, reconoció que el Departamento de Estado le había pedido solicitar a Cuba la liberación del contratista Gross.

El Diario fue engañado por impostor de César Nava

El Diario de Juárez reconoció que un impostor fingió la voz de César Nava y mintió al respaldar la tregua que este diario solicita al narcotráfico.

“Ayer se recibió una llamada en la redacción de este periódico en la que un hombre que se identificó como asistente personal de César Nava solicitó hablar con el director general y presidente de El Diario, Osvaldo Rodríguez Borunda. El subdirector editorial Pedro Torres Estrada regresó la llamada a esa persona, con quien sostuvo la conversación que está plasmada en la nota publicada hoy como principal en la edición impresa.

“Luego esa persona fue comunicada con el Sr. Rodríguez Borunda, incluso esperó varios minutos a que se hiciera el enlace e, insistiendo en hacerse pasar por el dirigente albiazul le expuso en los mismos términos su postura respecto de la relación que él consideraba debía guardar el gobierno federal con los grupos delincuenciales.

“Hoy, en congruencia con los principios éticos y de transparencia que ha sostenido a lo largo de 34 años en sus publicaciones, El Diario reconoce su error y exige, al igual que lo hace el PAN, que las autoridades realicen una investigación a fondo de quién está detrás de esa llamada telefónica, para lo cual pondrá a disposición de las mismas los números telefónicos desde los que se hicieron las llamadas, que son 5539275059 y 5525291970”.

En la versión difundida por el Diario se atribuían a César Nava declaraciones a favor de pactar con el crimen organizado y modificar la estrategia de combate al narco diseñada por el gobierno federal. El PAN de inmediato desmintió la nota, obligando a El Diario a rectificar.

Crea fama...

Francisco Garfias

Sus detractores le reprochan a Genaro García Luna el gusto por los reflectores y sus presuntos “montajes”. El polémico caso Florence Cassez dio la pauta para que acusaran al secretario de seguridad pública de “fabricar escenarios”. A partir de entonces no le conceden una. El boliviano que secuestró el avión de Aeroméxico, los periodistas liberados en Gómez Palacio, la captura de la Barbie. Nada le creen.

La última fue el desfile del 16 de septiembre. Los sospechosistas (el copyright es de Santiago Creel) se preguntan como le hizo para “colar” a los policías federales a una parada que es militar. Es la primera vez que aparecen. La respuesta la dio la SSP federal:

“La participación se debe, en gran parte, a la estrecha relación entre el General Secretario (Guillermo Galván Galván) y el secretario García Luna. El Personal de la PF entrenó por más de seis meses para cumplir el reto”, aseguran. ¿La estrecha relación entre los dos funcionarios será también un montaje de García Luna?

* * *

Los refresqueros no se la acaban. La posibilidad de que les graven su producto con un 5 por ciento adicional de IEPS los tiene sin dormir. El cabildeo está a todo lo que da. Sienten que le cargan la mano a la industria. Si se suma el IEPS al IVA, el impuesto total por botella de refresco, bebida nacional, será de 21 por ciento. Un incremento de ese tamaño sí lo resienten los consumidores, que en su inmensa mayoría son del pueblo.

En encuentros con diputados que participan en las negociaciones del paquete económico para el 2011 han hecho notar que la “comida chatarra” no paga el anatemizado IVA. Una forma de sugerir que ya les toca a los productores de papitas, chicharrones, pastelitos, toda clase de golosinas, de ponerse con su parte para fortalecer las finanzas públicas.

* * *

Marcelo Ebrard dará hoy un mensaje con motivo de su IV Informe de Gobierno. Lo hace cuatro días después de haber enviado el documento a la Asamblea Legislativa.
Hay dos novedades. En esta ocasión se suprimieron las preguntas de los asambleistas. Es un paso atrás en un evento que se había convertido de vanguardia. Los opositores tendrán que conformarse con hacer sus posicionamientos. Nada de cuestionar en vivo y en directo al “jefe político de la Ciudad.”

La segunda novedad (puente obliga) es que el jefe de gobierno del DF rompió con la tradición de dar el mensaje el mismo día de la entrega del Informe. Algo que ya hace el presidente de la República, con la diferencia de que Marcelo si hablará ante la Cámara de Diputados local, mientras que Felipe lo hace en Palacio Nacional, ante un auditorio muy cómodo, integrado por sus invitados especiales, y no ante el Congreso, como en cualquier democracia que se precie de serlo.

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El lamentable fallecimiento del ministro José de Jesús Gudiño Pelayo reduce a 10 el numero de integrantes de la SCJN. Es decir, puede haber empate en las votaciones del pleno. El ministro Presidente, Guillermo Ortiz Mayagoitia, tiene voto de calidad, pero nunca lo ha ejercido. Lo más sano, dicen en el máximo tribunal, es que el presidente Calderón mande rápidamente la terna al Senado para elegir al sucesor de Gudiño quien, por cierto, representaba al Poder Judicial en las negociaciones sobre la Reformas al Sistema Penal

* * *

Las cosas comienzan a moverse en el Estado de México. Dos de los “siete u ocho” aspirantes del PRI a la gubernatura –de ese tamaño es la baraja que maneja Peña Nieto en corto– dieron la nota. Uno de ellos es Ernesto Nemer Álvarez, líder de la fracción tricolor en el Congreso local; el otro Ricardo Aguilar, presidente del Comité Directivo Estatal de ese partido.

Nemer se reeligió al frente de la Junta de Coordinación Política del órgano legislativo local, a pesar del “pataleo” del PRD, que ya se veía en la presidencia de ese órgano de gobierno de la Cámara local. Las “mayorías” lo dejaron otra vez fuera. Aguilar renunció a la dirigencia estatal del partido. Ahora es delegado del CEN.

Los observadores políticos locales interpretan estos hechos de acuerdo a su sentir frente a los dos priístas. Sus adversarios internos los dan por muertos en la carrera por la sucesión. Los amigos dicen que es para darles una mayor proyección. La decisión final, que, sin duda, recaerá en el gobernador, se conocerá hasta abril del año próximo.

Georgette tocará tierra en Baja California Sur en las próximas horas

La tormenta tropical Georgette tocará tierra en las próximas horas en las inmediaciones de Los Cabos, Baja California Sur, alertó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

En su reporte de ciclón tropical en el Pacífico expuso que el meteoro continuará su movimiento hacia el nor-noroeste para después cambiar hacia el noreste, y se espera que se debilite a depresión tropical en las próximas 24 horas y salga hacia el norte del Golfo de California.

Asimismo, anunció que sus efectos se tendrán en los estados de Baja California Sur, Sonora y Sinaloa, que ocasionará lluvia fuerte a intensa con acumulaciones promedio de 70 a 150 milímetros en Baja California Sur y de hasta 250 milímetros en Sonora y Sinaloa.

El órgano dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) precisó que a las 14:00 horas Georgette se ubicó casi en línea de costa de Cabo San Lucas, Baja California Sur, por lo que la zona de alerta se estableció desde Agua Blanca en la costa oeste hasta Buenavista, en la costa este de dicha entidad.

El índice de peligrosidad del fenómeno meteorológico es moderado y tiene vientos sostenidos de 65 kilómetros por hora y rachas de 85 kilómetros por hora, aseguró el organismo.

El SMN pronosticó que en las próximas horas Georgette se ubicará en tierra, a 35 kilómetros al oeste de la población El Carrizal, Baja California Sur, 45 kilómetros al suroeste de La Paz.

Por ello, recomendó a la población en general de las entidades mencionadas, así como a la navegación marítima en las inmediaciones del sistema, mantenerse alertas por lluvias fuertes, viento y oleaje elevado.

Una lucha difícil

Por José Alejandro González Garza - Opinión Invitada

A principios de mes un convoy militar que circulaba sobre la autopista Monterrey-Laredo disparó contra un auto en el que viajaban siete miembros de una familia, presuntamente porque el conductor no atendió la indicación de detenerse.

A consecuencia del ataque fallecieron Alejandro Gabriel de León Castellanos, de 15 años, y su padre, Vicente de León Ramírez, de 52 años. Los otros cinco pasajeros, Patricia Castellanos -madre y esposa de los antes mencionados-, así como su hija, su yerno y sus dos nietos, sufrieron lesiones de menor gravedad.

La familia regresaba de un convivio en Salinas Victoria a su casa en San Nicolás y dijo no haber notado que les marcaran el alto.

El 12 de septiembre, la Sedena informó que con base en las pruebas recabadas por la Procuraduría General de Justicia Militar, el Juzgado Segundo Militar libró la orden de aprehensión en contra de cuatro elementos involucrados en esos hechos: un capitán segundo, un cabo y dos soldados.

Se les acusa del delito de Violencia contra las Personas causando homicidio, sancionado por el artículo 330 del Código de Justicia Militar para castigar la conducta del personal militar que innecesariamente hiciere uso de las armas contra cualquier persona, o que sin autorización ejerciere cualquier otro acto injustificado de violencia contra algún individuo.

Por ese simple hecho la sanción es de un año de prisión; pero si la conducta ocasiona un daño, como lesiones o la muerte, se estará sujeto a la sanción de dicho delito.

Ambos hechos generaron mucha polémica entre la población. Primero, porque una familia inerme fue atacada a balazos por miembros del Ejército, muriendo dos civiles y poniendo en peligro a los otros cinco. El segundo porque se ejercitó la acción penal en contra de soldados.

En mi opinión, no se justifican los disparos toda vez que según lo que sabemos hasta ahora, los soldados no se vieron amenazados en su integridad física por esta familia. Sin embargo, existe una corriente de la opinión pública que si bien profesa lamentar la muerte y lesiones de la familia atacada, justifica la acción de los militares porque, a los ojos de un segmento importante de la población, son los únicos que han respondido al llamado a combatir de frente al crimen organizado y la inseguridad que permea en Nuevo León.

Eso bien puede ser cierto y se aplaude la intervención de todas las personas honradas y valientes que hacen frente al crimen en cualquier modalidad y combaten por restablecer la seguridad, pero no justifica la muerte de dos personas inocentes.

En los corrillos físicos y virtuales comentan que debemos detenernos en cualquier retén, oficial o no, entregar los bienes, quitar los vidrios polarizados, no salir después de determinada hora, no transitar por ciertos parajes. Si no se obedecen estas restricciones autoimpuestas, el crimen y las vejaciones que uno sufra serán justificados, pues al decir de la gente, el que incurra en esas conductas "se lo ha buscado".

No es cierto. La gente no busca hacerse daño a ella misma. Si bien es lógico conducirse con prudencia en todo momento, lo que no debemos pedir ni permitir es que transitemos de una impunidad criminal a una impunidad legal. En ambos casos la sociedad pierde su libertad.

Por eso considero correcto que la Procuraduría de Justicia Militar haya iniciado la averiguación correspondiente y consignado a los militares que considera presuntos responsables de los delitos que se puedan derivar de los lamentables hechos del 5 de septiembre.

Muchos creen injusto juzgar a esos soldados, como si hacerlo fuera juzgar a todo el Ejército e incluso declararlo culpable a priori. Otros, al contrario, vemos en este hecho la respuesta al llamado de justicia que hace la sociedad a sus autoridades.

Ojo, la justicia se obtiene a través de la lucha en el proceso. Iniciar el juicio como mera formalidad para declararlos culpables o inocentes sin atención a la realidad del caso no sirve a la formación del Estado de Derecho que tanto anhelamos.

La familia De León Castellanos merece la protección del Estado contra los abusos que recibió, pero eso no implica que cuatro soldados deban ser sacrificados sin juicio.

Es una lucha difícil para todos los involucrados. Como ciudadanos estamos obligados a apoyar a las autoridades contra el crimen, pero sin dejar de exigir el respeto a nuestros derechos. Si los perdemos, habremos perdido la guerra.

El autor es abogado por el Tec de Monterey y maestro en Derecho por la Universidad de Nueva York.

Razones y efectos de la Independencia mexicana

Lorenzo de Zavala

Presentación: Por Chantal López y Omar Cortés
Via Antorcha (Biblioteca Virtual)

El escrito de Lorenzo de Zavala que aquí publicamos, corresponde a un pequeño texto introductorio de su monumental obra Ensayo crítico de las revoluciones de México desde 1808 hasta 1830.

Nos hemos visto en la necesidad de subdividir temáticamente este texto con el objeto de volverlo más accesible al lector.

En nuestra opinión resulta sorprendente la claridad en la visión política de Lorenzo de Zavala, quien expone en este escrito los problemas que marcarían definitivamente la existencia de México en cuanto República independiente.

En efecto, al señalar como problemas cuya solución llevaría muchísimo tiempo, los asuntos de la inequidad en el reparto agrario, del marginamiento de las poblaciones autóctonas y de la existencia de un sistema político-militarista basado en fueros y privilegios, Lorenzo de Zavala acierta de manera asombrosa.

Durante los siglos XIX y XX, la población mexicana ha debido encarar de manera sistemática estos asuntos. Las dos grandes revoluciones que se han producido en México, nos referimos a la de Reforma y al proceso de la Revolución Mexicana, mucho han logrado que se avance en la solución de esos añejos problemas, sin embargo aún no se han resuelto del todo.

Esos problemas continúan presentes. Tanto la inequidad en la distribución de la riqueza, al igual que la segregación de que son objeto las poblaciones indígenas, como la presencia de grupos sociales portadores de añejos privilegios, es algo innegable.

Por desgracia, la actitud que Lorenzo de Zavala tomaría en torno a la guerra entre México y Texas, que terminaría con la separación del territorio texano de la República mexicana y su posterior anexión a los Estados Unidos de Norteamérica, sería determinante para que su persona recibiera un tumulto de insultos y descalificaciones que, evidentemente, demeritarían su obra ante los lectores de la época y, sobre todo para las generaciones del futuro, perdiéndose de tan lamentable manera la claridad de sus advertencias.

Esperamos que este escrito sirva para reflexionar sobre el presente y el futuro de México, encarando sus problemas ancestrales, y no ignorándolos.

La conquista

Lorenzo de Zavala.

La conquista de los españoles en América redujo a los indios a tal estado de esclavitud, que cada hombre blanco se consideraba con el derecho de servirse de los indígenas sin que éstos tuviesen ni valor para oponerse, ni aún la capacidad de explicar algún derecho.

Los que escaparon a los efectos de las primeras matanzas, fueron distribuidos entre los conquistadores. No había en su principio mas que señores y siervos. Las autoridades no gobernaban por leyes, que no había, sino en nombre del Rey.

Posteriormente, se fueron dando esas ordenanzas que llamaron Leyes de Indias; que tenían por objeto modificar la tiranía de los descendientes de los conquistadores, y de los jefes que partían de España a gobernar aquellos países; pero como estas leyes o decretos reales sólo los tenían quienes debían ejecutarlos, en realidad no se hacía más que la voluntad de los Capitanes Generales, Virreyes o Gobernadores.

Las distribuciones de los terrenos fueron en parte convertidas en encomiendas que tuvieron por último resultado el pagar un tributo anual a los tenedores de ellas, que eran como borough-mongers de la Inglaterra.

Los Reyes redujeron después a estos privilegiados a recibir de la Real Tesorería la cantidad equivalente al producto anual de los tributos que cobraban de los indios que les tocaron en sus primeros repartimientos, quitando de este modo muchas vejaciones que se causaban en el modo de percibirlos; abuso que después fue adoptado por los Subdelegados y Corregidores encargados de cobrar las contribuciones de los indios, los cuales estaban obligados a entregarlas en especie, es decir, en tejidos ordinarios de algodón, que trabajaban sus mujeres o en otras manufacturas semejantes.

La organización jurídica impuesta por los conquistadores

Los indios tenían sus leyes especiales, sus jueces, sus procuradores y defensores que les nombraba el gobierno, porque eran legalmente considerados como menores de edad.

El estado de embrutecimiento en que se les mantuvo, los hacía en efecto inhábiles para representar ningún género de derechos, ni perfeccionar contratos de importancia en que se supusiese la necesidad de algunas ideas combinadas.

Los que han intentado defender la política del gobierno español con respecto a sus colonias, han alegado la existencia de ese Código de Indias que aparece formado como un baluarte de protección a favor de los indígenas. Pero los que examinan las cuestiones bajo un punto de vista filosófico, sólo han considerado esta instituta como un sistema de esclavitud establecido sobre las bases que parecían indestructibles y de cuyos efectos se resentirán todavía por algunos siglos aquellos gobiernos.

Estas leyes, en efecto, no son otra cosa que un método prescrito de dominación sobre los indios. Suponen en los monarcas que las dieron, derechos sobre los bienes y vidas de los conquistados, y por consiguiente todo acto que no era positivamente una opresión, se consideraba en ellas como una gracia, un beneficio del legislador.

Leyes había que determinaban el peso con que se les podía cargar; las distancias hasta donde podían ir; lo que se les había de pagar, etc.

Situación de la población autóctona

Para mantener este orden sistematizado de opresión, era necesario que los oprimidos nunca pudiesen entrar, por decirlo así, en el mundo racional, en la esfera moral en que viven los demás hombres. En la mayor parte de las provincias no sabían, ni saben aún, más que su idioma, el cual es diferente del de las otras por lo regular.

La lengua (sin exceptuar la mexicana, de la que han hecho pomposos elogios algunos romanticistas), es pobre, y carece de voces para expresar ideas abstractas. Las arengas supuestas por los historiadores o poetas en la boca de los Xicotencatls, Mexiscatzines y Colocolos, no son más verdaderas que las que Homero, Virgilio y Livio atribuyeron a los Agamenones, Turnos o Scévolas. Aquellos jefes indios eran tanto o tal vez más bárbaros que estos héroes griegos o romanos, y su idioma no podía prestarse a las bellezas oratorias que suponen una larga serie de siglos de civilización y gobiernos regulares.

Es cierto que la América española antes de la conquista estaba más poblada que hoy, y que los indios bajo sus gobiernos nacionales comenzaban a desenvolver algunas ideas.

Tenían nociones confusas sobre la inmortalidad del alma, habían hecho un corto número de observaciones, aunque sumamente imperfectas, sobre el curso de los astros, y no desconocían del todo el arte de elaborar los metales. Pero estaban estos conocimientos en su cuna, y ya se sabe cuantos siglos son necesarios para que los pueblos alcancen el grado de perfección que les haga merecer el título de civilizados.

La conquista destruyó enteramente este movimiento que comenzaba a dar vuelo al espíritu de invención entre aquellos indígenas. Un culto nuevo, así como un gobierno desconocido, los Cuautemotzines y Moctezumas. Las imágenes de los santos y dioses de los católicos romanos fueron colocadas en los lugares que anteriormente estaban ocupados por los horribles ídolos de los aztecas, y no podrán negar los defensores de los conquistadores, aunque sea penoso el confesarlo, que los indios tuvieron también sus mártires, sacrificados por el celo religioso de los sacerdotes romanos, por la adhesión constante de muchos de aquellos a su antiguo culto. Más la fuerza y el terror triunfaron, con el tiempo, del fanatismo por una religión que tenía contra sí el horroroso dogma de pedir víctimas humanas.

Por otra parte, los indios encontraban imágenes mucho más perfectas que sus monstruosos ídolos, y no fue muy difícil el cambio, trasladando a nuestros santos las ceremonias y homenajes que tributaban a sus dioses. Se ocurrió al auxilio de los milagros, y una multitud de apariciones celestiales vinieron a favor del nuevo culto, con lo que los indios sorprendidos, no podían dejar de creer que sus dioses, como sus monarcas, habían sido vencidos en justa guerra.

La labor del clero

Se dirigieron misioneros que con el auxilio de las tropas hacían conversiones prodigiosas. Los religiosos construían sus conventos en lugares elevados a manera de fortalezas, y daban a estos edificios toda la solidez necesaria para resistir en caso de ataque. Son muy raros los templos y casas de los curas que no indiquen las razones que determinaron a los fundadores a hacer aquellas obras de fortificación. En ellas se encerraban durante la noche, y por el día se ocupaban en reunir los indios en poblaciones. Claro es que sus sermones y predicaciones no podían al principio causar ningún efecto; porque como no tenían el don de lenguas, no era fácil hacer entender a sus oyentes dogmas, misterios y doctrinas que suponen muchas lecciones preliminares.

Se formaron catecismos, y pequeños formularios en las lenguas del país, no para que leyesen los indios, pues no sabían, sino para repetirlos en los púlpitos y hacérselos aprender de memoria. No hay una sola versión de los libros sagrados en ningún idioma del país; no hay un libro elemental que contenga los fundamentos de la fe. Pero, ¿cómo habían de existir estas obras para los indios cuando sus mismos conquistadores no podían leerlas? Lo que quiero con esto manifestar, es que la religión no se enseñaba a aquellos hombres ni se les persuadía su origen divino con pruebas, o raciocinios; todo el fundamento de su fe era la palabra de sus misioneros, y las razones de su creencia las bayonetas de sus conquistadores.

La Inquisición no podía conocer en las causas de los indios. Era tal el estado de degradación de éstos, y tan fuerte la idea que se tenía de su incapacidad, que nunca pudieron persuadirse que un indio pudiese ser el inventor de alguna herejía, ni aún el sectario obstinado de una doctrina cualquiera. Se vendió como una protección, como un privilegio a favor de los indígenas esta excepción debida al juicio que se tenía formado de su imbecilidad.

Además del tributo que pagaban los indios al Real Erario o a sus encomenderos, se crearon otras contribuciones eclesiásticas con el nombre de obvenciones.

Estaban exceptuados del diezmo y de los derechos parroquiales, porque sus explotadores habían calculado muy bien que un hombre que nada posee, ni tiene más necesidad que las naturales, pocos diezmos podía pagar. El cálculo era muy exacto; porque en efecto los indios no poseían propiedades territoriales, ni ningún género de industria, hablando en lo general.

La vida cotidiana de los autóctonos en el mundo de los vencedores

Habitaban y habitan en chozas cubiertas de paja o de palmas, cuya extensión es regularmente de quince a dieciséis pies de longitud sobre diez o doce de latitud, en forma oval. Por de contado que ahí están reunidos los hijos, los animales domésticos, y un altar en donde están los santos o penates. En medio hay un fogón que sirve para calentar el agua en que cuecen el maíz, su único alimento, con pocas excepciones. No hay cinco entre ciento que tengan dos vestidos, que están reducidos a una camisa larga de manta ordinaria y unos calzoncillos; sus mujeres o hijas vestidas con igual sencillez o pobreza, no conocen esa inclinación tan natural a su sexo de parecer bien delante de los demás.

Con la misma proporción referida anteriormente, no hay propietarios, y se contentan con recoger treinta y cinco o cuarenta fanegas de maíz al año, con lo que viven satisfechos. Cuando por algún trabajo o jornal han ganado una pequeña porción de dinero, la destinan a hacer alguna fiesta al santo de su devoción, y consumen su miserable peculio en cohetes, en misas, comilonas y bebidas embriagantes. El resto del año lo pasan en la ociosidad, durmiendo muchas horas del día en las tierras calientes, o en divertimentos de su gusto en los deliciosos climas de las cordilleras. Dos entre ciento aprendían a leer; pero hoy se ha mejorado mucho su situación bajo este aspecto.

En varias Provincias los curas tenían tal dominio y ejercían tal autoridad sobre los indios, que mandaban azotarlos públicamente, cuando no pagaban las obvenciones a su tiempo, o cometían algún acto de desobediencia. Yo he visto azotar frecuentemente a muchos indios casados y a sus mujeres en las puertas de los templos, por haber faltado a la misa algún domingo o fiesta, ¡y este escándalo estaba autorizado por la costumbre en mi Provincia! Los azotados tenían obligación, después, de besar la mano de su verdugo.

Al hablar del influjo eclesiástico en el país, y de la situación moral de esta clase privilegiada, es imposible dejar de chocar con intereses sostenidos por la superstición y creados por el despotismo.

Los problemas que puso a descubierto la Independencia

El principio de soberanía nacional reconocido posteriormente en aquellos países, hubiera debido desarraigar preocupaciones destructoras de la libertad, y hacer desaparecer pretensiones a la obediencia pasiva, si bastasen por sí solas las declaraciones, aún las más solemnes, de doctrinas abstractas.

La fuerza de hábitos creados por tres centurias, será un obstáculo todavía para que en medio siglo las luces y la filosofía hayan de triunfar de ese coloso, después de una lucha terrible y obstinada.

Las personas de los obispos en aquellos países eran sin hipérbole tan reverenciadas como la del gran Lama entre los tártaros. A su salida a la calle se arrodillaban los indios, y bajaban las cabezas para recibir su bendición. Los frailes eran en los pueblos y aldeas distantes de las capitales, los maestros de la doctrina y los señores del común; en las ciudades grandes los directores de las conciencias de los propietarios y de las señoras. Los conventos de los dominicos y carmelitas poseían y poseen riquezas de mucha consideración, en bienes raíces rústicos y urbanos. Los conventos de religiosas en México, especialmente la Concepción, la Encarnación y Santa Teresa, tienen en propiedad al menos tres cuartas partes de los edificios particulares de la Capital y en proporción sucede lo mismo en las otras provincias. De manera que se puede asegurar, sin exageración, que los bienes que poseen los eclesiásticos y religiosos de ambos sexos, ascienden al producto anual de tres millones de renta. Póngase en el peso de la balanza con respecto a su influencia estos valores y se podrá calcular aproximadamente cuál será en una población pobre, en que las propiedades están muy mal distribuidas.

Ahora entro en otra materia delicada, que puede considerarse como uno de los elementos de discordia de aquellos países, y que ofrecerá grandes embarazos a sus legisladores, en proporción de que vayan abandonando cuestiones pueriles y frívolas y se ocupen más profundamente de los verdaderos intereses de su patria. Hablo de la distribución de tierras hecha por los españoles, y del modo como están repartidas en el día.

El gobierno español no podía dejar de hacer concesiones de tierras a aquellas personas que más habían contribuido a la Conquista de aquél rico y bello territorio. Naturalmente los conquistadores escogieron los terrenos mejor situados y más fértiles en el orden de que cada uno se creía o tenía el derecho de obtener esta clase de recompensas.

Las ricas y cuantiosas posesiones de los condes del Valle de Santiago, San Miguel de Aguayo, mariscal de Castilla, duque de Monteleone y otros, ocupan unos territorios inmensos y cultivables. Las otras fincas rústicas que rodean los pueblos y ciudades que pertenecen a los conventos y establecimientos piadosos han traído su origen de concesiones reales, otras de legados testamentarios, donaciones inter vivos, y algunas pocas provienen de contratos de compraventa. La tercera clase de grandes propietarios es la de las familias descendientes de ricos españoles, que compraron desde tiempos remotos tierras al gobierno o a los indios, cuando tenían un precio sumamente bajo, y fueron agregando sucesivamente hasta formar las haciendas que hoy valen desde medio millón de pesos hasta dos millones, como las de los Reglas, Vivancos, Vicarios, marqués del Jaral, Fagoagas, Alcaraces y otros. La cuarta clase es la de los pequeños propietarios que tienen fincas rústicas cuyo valor no excede de seis hasta quince mil pesos, adquiridas por compra o herencia u otro título semejante.

He aquí cómo están distribuidas la mayor parte de las tierras de la República mexicana, especialmente las que rodean las ciudades o las grandes poblaciones. Todas esas posesiones están en manos de los españoles o sus descendientes, y son cultivadas por los indios que sirven de jornaleros.

De siete millones de habitantes que ocuparán ahora aquel inmenso territorio, cuatro al menos son de indios o gentes de color, entre los cuales noventa centésimos están reducidos al estado que he dicho anteriormente. Por consiguiente, no existe en aquel país aquella gradación de fortunas que forma una escala regular de comodidades en la vida social, principio y fundamento de la existencia de las naciones civilizadas. Es una imagen de la Europa feudal, sin el espíritu de independencia, y el enérgico valor de aquellos tiempos.

Los males que como herencia dejó el colonialismo

Durante los trescientos años del gobierno colonial, estas clases reducidas a subsistir de su trabajo diario no tenían ningunas nociones de un estado mejor de vida, o al menos ni siquiera sospechaban el poder ser llamados a entrar en goces de otra especie que la existencia triste y miserable en que permanecían. Sus deseos, por otra parte, eran proporcionados a sus ideas, y éstas, como se ha dicho, ocupaban una esfera tan corta, que se puede decir con exactitud que solamente conocían lo físico de la vida. Aquellas acciones que los ponían en contacto con los blancos como la asistencia a los templos, y uno que otro, muy raro, concurso a algún acto público, eran puramente mecánicas, y era un fenómeno oír de la boca de estos seres degradados un raciocinio.

Muchos viajeros han dicho que los indígenas de América son reservados y silenciosos, equivocando lo que es sólo efecto de su ignorancia, con un estudio o cuidado en no hablar. Pero si por uno de los caprichos desconocidos de la naturaleza, sobresalía un genio, un carácter notable, en el momento hablaba a sus compañeros con el lenguaje de la desesperación, y exhortándolos a sacudir su esclavitud, era sacrificado por los opresores. Tupac-Amaru en el Perú, y Quisteil (Canek), en Yucatán, pueden citarse entre otros.

La igualdad o la desigualdad entre los diversos órdenes de ciudadanos, en una Nación nueva y semisalvaje, dice un ilustre escritor, depende especialmente de la distribución de propiedades territoriales; porque una Nación no civilizada no tiene comercio, ni capitales acumulados, ni manufacturas y artes; no puede, pues, poseer otras riquezas que las que produce la tierra. Ella es la única que alimenta a los hombres en un país sin comercio y sin riquezas acumuladas, y los hombres obedecen constantemente al que puede, a su arbitrio, darles o retirarles los medios de vivir y de gozar.

Una Nación, continúa el mismo autor, adquiere algunas veces sin revolución y sin conquista, un grado de civilización imperfecta, en la que las tierras son cultivadas sin que el comercio y las artes hayan hecho todavía ningunos progresos, entonces es probable que las tierras que pertenecen a esta Nación, fueron en su origen repartidas entre los ciudadanos en porciones poco más o menos iguales, o al menos que ninguno de ellos obtuvo de sus compatriotas el permiso de apropiarse una extensión de tierra sumamente desproporcionada a las fuerzas de la familia que debía cultivarla. Las haciendas podían ser más o menos grandes; pero nunca eran tanto como provincias, y la desigualdad que en este caso existía entre los particulares, no seria tal que pusiese a los unos en dependencia necesaria de los otros. Los ciudadanos desiguales únicamente en goces no olvidarían que eran iguales de origen, y todos serían libres.

Tal es la historia de la antigua Grecia y de la antigua Italia; y he aquí de donde provino que desde los más remotos tiempos se viesen en estas comarcas solamente gobiernos libres. En nuestros días, la distribución de las fortunas en las colonias de la América septentrional, conserva alguna analogía con el primer establecimiento de las Naciones agrícolas. Los colonos dan, es verdad, a sus haciendas una extensión más considerable que la que les damos en Europa; pero siempre son proporcionadas a las fuerzas de sus familias. Por consiguiente, existe entre ellos una especie de balanza territorial, como la llamaba Harrington en su obra de Océana, balanza que contribuye a mantener la libertad en los Estados Unidos del Norte. Por lo demás, aún sin esta balanza, pudiera haberse establecido aquella libertad; pues que los americanos tienen capitales acumulados, tienen comercio vasto y artes, encontrando los pobres, como los ricos, en su país, medios abundantes de subsistir con independencia.

Estas doctrinas de cuya exactitud no puede disputarse, prestan materia a reflexiones muy profundas después de los datos que he asentado en orden al estado de las riquezas territoriales de la República mexicana.

Más de tres millones de individuos llamados repentinamente a gozar de los derechos más amplios de ciudadanía, desde el estado de la más oprobiosa esclavitud, sin ninguna propiedad inmueble, sin conocimiento en ningún arte ni oficio, sin comercio ni industria alguna, ¿qué papel vienen a hacer en esta sociedad en que apareciendo repentinamente pueden considerarse como la generación de Deucalion y Pirra? ¿Cómo hemos de juzgarlos tan desprendidos del deseo de mejorar su suerte, que teniendo en sus manos usar de sus derechos políticos en las asambleas y magistraturas electivas, no se aprovechan de su posición?

Más claro: ¿qué deberán hacer las familias conquistadas sobre las que se han ejercido vejaciones de todos géneros por tres siglos, al verse incorporadas por las constituciones del país a la gran familia nacional?

Los inexpertos directores de aquellas sociedades, ¿cómo han podido olvidar o cerrar los ojos sobre lo que ha pasado en todas las Naciones? ¿Cuáles han sido los movimientos constantes de los radicales de Inglaterra, de los liberales en la Europa continental, y más que todo en la Francia, que cimentó su revolución del 89 sobre la distribución de las propiedades feudales?

El vuelo que ha tomado últimamente el proyecto de bill de Reforma en Inglaterra, ¿se cree por ventura que sea para tener unos cuantos diputados o electores de más?

Todo gobierno tiene su principio de existencia, que una vez descompuesto o desnaturalizado, debe ser substituido por otro análogo a los cambios ocurridos en el país.

Los logros y los retos del México independiente

El sistema colonial establecido por el gobierno español estaba fundado:

1º Sobre el terror que produce el pronto castigo de las más pequeñas acciones que pudiesen inducir a desobediencia, es decir, sobre la más ciega obediencia pasiva sin permitirse el examen de lo que mandaba ni por quién.

2º Sobre la ignorancia en que se debía mantener a aquellos habitantes, los que no podían aprender más que lo que el gobierno quería, y hasta el punto que le era conveniente.

3º Sobre la educación religiosa y principalmente sobre la más indigna superstición.

4º Sobre una incomunicación judaica con todos los extranjeros.

5º Sobre el monopolio del comercio, de las propiedades territoriales y de los empleos.

6º Sobre un número de tropas arregladas que ejecutaban en el momento las órdenes de los mandarines, y que más bien eran gendarmes de policía que soldados del ejército para defender al país.

Después de haber los mexicanos conseguido su independencia, ha desaparecido el terror que inspiraban las autoridades españolas, conservado por el hábito heredado de padres a hijos, y se han substituido las más amplias declaraciones de libertad y de igualdad.

La ignorancia, sin haber podido desaparecer, ha dado lugar a una charlatanería política, que se apodera de los negocios públicos y conduce al Estado al caos y a la confusión.

Sin dejar de existir la superstición popular, se ha introducido una porción de libros que corrompen las costumbres sin ilustrar el entendimiento.

Ya no hay monopolio de comercio, de empleos ni de propiedades territoriales, y este artículo necesita una larga explicación.

El comercio se ha abierto a todos los extranjeros, y los especuladores han sacado grandes utilidades como debía esperarse. Efectos conducidos por segunda, tercera y cuarta mano, pasando de la Europa septentrional a los comerciantes de Cádiz y de éstos a Veracruz y México, debían necesariamente llegar mucho más caros, especialmente no teniendo concurrencia en los mercados. Se ha mejorado mucho en esta parte la suerte del país, y se ven mucho menos gentes desnudas que en otro tiempo. Pero muy pocos son los extranjeros que después de haber hecho grandes ganancias permanezcan en el país, y se enlacen con familias mexicanas. Parece que se miran en él como en tiendas de campaña para levantarlas luego que hayan concluido sus asuntos. En este punto debe esperarse mucha mejora con el tiempo.

En cuanto al monopolio de los empleos, sólo existe entre las facciones que pelean entre sí y para obtenerlos; pero todos son mexicanos.

Las propiedades territoriales son uno de los grandes objetos que ocuparán la atención de aquellos gobiernos. Sobre esto ya he hablado cuanto baste a dar a conocer la delicada posición de los directores de aquellos pueblos, y no me he propuesto hacer un tratado de insurrecciones. Me reservo a dar mayor extensión a éstas ideas en Mis memorias, que deberé publicar en poco tiempo y que tengo entre manos.

Uno de los mayores males que afligirán por algún tiempo aquellos pueblos, es el de las tropas permanentes; así por los gastos inútiles que causan, como por que obrando por masas organizadas bajo la dirección de jefes ambiciosos, los gobiernos civiles no pueden oponerles resistencia, y son por consiguiente sus instrumentos o sus víctimas.

Diez o doce Coroneles de cuerpos regimentados, y cuatro o cinco Generales, formando un sistema combinado, oprimen al país, y sin alterar las fórmulas republicanas todo marcha bajo sus inspiraciones. Los negociantes extranjeros, que no pueden tener otro interés que sus ganancias, que dependen del estado de tranquilidad o de esclavitud, favorecen cuanto depende de ellos este sistema, se unen con los españoles que desean lo mismo, y es muy común el ver muchos liberales de Europa en México, alistados en las filas de los opresores. Esto explica el misterio porque algunos periódicos aún de los del partido de la libertad en Europa, hacen apologías de los gobiernos militares de América. Recibiendo las comunicaciones y noticias de los comisionistas de ultramar, y hablando éstos siempre en el sentido de sus ganancias o intereses, es claro que el partido militar debe ser considerado el más útil a sus especulaciones.

Pero no se deben nunca de perder de vista los principios que he asentado sobre los hechos notorios que también he referido.

El mayor y más peligroso error de los que dirigen los negocios públicos, es el no contar con las generaciones que nos vienen sucediendo, ni con sus adelantos y pretensiones, y en ninguna parte este error es susceptible de más fácil desengaño que en los nuevos Estados de América.

Desde el año de 1808 hasta 1830, es decir, en el espacio de una generación, es tal el cambio de ideas, de opiniones, de partidos, y de intereses que ha sobrevivido, cuanto basta a trastornar una forma de gobierno respetada y reconocida, y hacer pasar siete millones de habitantes desde el despotismo y la arbitrariedad hasta las teorías más liberales. Sólo las costumbres y hábitos que se transmiten en todos los movimientos, acciones y continuos ejemplos no han podido variarse, porque ¿cómo pueden las doctrinas abstractas hacer cambiar repentinamente el curso de la vida?

Por consiguiente, tenemos en contradicción con los sistemas teóricos de los gobiernos establecidos, esos agentes poderosos de la vida humana, y no podrán negar los fundadores de las formas republicanas, que sólo han vestido con el ropaje de las declaraciones de derechos y principios al hombre antiguo, al mismo cuerpo o conjunto de preocupaciones, a la masa organizada y conformada por las instituciones anteriores.

¿Qué han hecho para substituir usos y costumbres análogas al nuevo orden de cosas?

Hay, pues, un choque continuo entre las doctrinas que se profesan, las instituciones que se adoptan, los principios que se establecen, y entre los abusos que se sacrifican, las costumbres que dominan, derechos semifeudales que se respetan: entre la soberanía nacional, igualdad de derechos políticos, libertad de imprenta, gobierno popular, y entre intervención de la fuerza armada, fueros privilegiados, intolerancia religiosa, y propietarios de inmensos territorios.

Póngase siquiera en armonía los principios conservadores de un orden social cualquiera. Si se adopta por convencimiento, por raciocinio, por un juicio formado después de profundo examen, un sistema federal, que es lo que me parece más conforme a aquellos países, no por eso se debe copiar textualmente el de los vecinos del Norte, ni mucho menos artículos literales de la Constitución española.

El colmo del absurdo y la ausencia de todo buen sentido, es la sanción de los fueros y privilegios en un gobierno popular. Establézcase, si se quiere o se cree así útil al bien del país, una aristocracia eclesiástica, militar y civil; imítense, si se puede, las Repúblicas de Génova o Venecia; entonces que haya fueros y clases privilegiadas; que haya leyes para cada jerarquía, para cada corporación o para cada persona, si así se juzgare conveniente. Pero una Constitución formada sobre las bases de libertad más amplias, sobre el modelo de la de los americanos del Norte; conservando una religión del Estado sin tolerancia de otra; tropas privilegiadas y jefes militares en los mandos civiles; conventos de religiosos de ambos sexos instituidos conforme a los cánones de la Iglesia Romana; tres millones de ciudadanos sin ninguna propiedad, ni modo de subsistir conocido; medio millón con derechos políticos para votar en las elecciones sin saber leer ni escribir, tribunales militares juzgando sobre ciertas causas privilegiadas, por último, todos los estímulos de una libertad ilimitada y la ausencia de todas las garantías sociales, no pueden dejar de producir una guerra perpetua entre partes tan heterogéneas, y tan opuestos intereses. Hágase desaparecer ese conjunto de anomalías que se repelen mutuamente.