lunes, mayo 17, 2010

El PRI de Ulises puede perder Oaxaca e ir a juicio político

Álvaro Cepeda Neri

El desgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz (cuyo segundo nombre es Ernesto) ha estado sorteando no solamente los conflictos que han estado irrumpiendo durante sus ya casi seis años de troglodita. También pasó de largo ante el informe de la Suprema Corte, donde le colgaron imputaciones graves de violaciones a los derechos humanos que, incluso, implicaron homicidios. Asimismo, logró que Calderón lo estuviera apoyando con visitas. Seguidor hasta la muerte política de Roberto Madrazo (su apellido de Pintado sale sobrando, porque más parece un insulto seguido del anterior), Ruiz Ortiz impuso su autoritarismo caciquil contra viento y marea, sin que hasta ahora mismo que hubo una emboscada de paramilitares y hubo dos muertos, varios heridos y más actos vandálicos, haya sido afectado.

Y son las vísperas de las elecciones para que Ulises trate de imponer sucesor con su PRI (Zedillo, como en la letra de la canción de José Alfredo, le “soltó las riendas” al control priísta y desde entonces el sistema regresó al precallismo, cuando los caciques tenían en propiedad privada y pública a su partido). Y cuando era necesario que Oaxaca se mantuviera en relativa paz social, pues tuvo lugar otro aborto sangriento que, finalmente, puede provocar que los que vayan a votar (sobornados por Ulises no pocos de ellos y se dice que pagará mil pesos por credencial del IFE), de una vez por todas y masivamente, todos a una, resuelvan apoyar a la oposición de una alianza del PRD-PT-Convergencia-PAN, cuyo candidato Gabino Cué (ex priista) logre lo que parecía imposible.

No es seguro que pierda el PRI de Ulises (con éste nombre y ser un patán, en lugar de un Odiseo capaz de hazañas positivas como el héroe griego). Pero, las condiciones se han alterado y las posibilidades de una victoria de la oposición ha empezado a vislumbrarse. Existe un gran enojo en la mayoría de la población urbana, donde se decidirá la competencia electoral. Ulises controla los 450 municipios que se rigen por usos y costumbres, y se ha reducido su influencia en los restantes 120 municipios, de los cuales en diez de ellos se representan los sufragios que pueden inclinar la balanza. El desgobernador está dispuesto a todo para no ceder, y de salirse con la suya en Oaxaca podemos estar en el primer caso de que se verifiquen nuevas elecciones, tras el nombramiento de un gobernador interino.

E incluso que Ulises sea llevado al tribunal del juicio político (integrado por la Cámara de Diputados como institución acusadora y el Senado como juez) y que el PRI hasta lo abandone para, a su vez, sacudirse la escoria que le estorba para presentarse en las elecciones presidenciales. Los últimos sucesos oaxaqueños pueden significar la voltereta electoral y que Ulises, su grupo, sus abusos y el pillaje que han hecho de la economía estatal, muerdan la derrota y el encauzamiento judicial para, oídos y vencidos en juicio penal y político, recibir la sanción que merecen: cárcel con su máxima condena.

Enigma


El Poder de Diego

Jenaro Villamil

Actualización del texto original publicado en Proceso, No. 1718

De la mano de la paulatina rehabilitación pública de su “amigo”, el expresidente Carlos Salinas de Gortari y con una serie de litigios y asesorías multimillonarias que encabezan sus despachos jurídicos, la influencia de Diego Fernández de Cevallos en el gobierno de Felipe Calderón se acrecentó, al grado de convertirse en el “gran elector” en los nombramientos de finales del 2009 del titular de la Procuraduría General de la República (PGR), de las consejeras del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), y en el Consejo de la Judicatura.

Los principales aliados y socios de Fernández de Cevallos vuelven a tener el control en áreas claves del gobierno. Su desaparición física el pasado fin de semana pone de relieve, una vez más, el entramado de relaciones, litigios e intereses que El Jefe Diego ha tejido en los últimos años.

Su primera demostración de influencia en el gobierno de Calderón fue Fernando Gómez Mont, socio y amigo de Fernández de Cevallos, designado por Calderón el 8 de noviembre de 2008 como secretario de Gobernación, tras la muerte de Juan Camilo Mouriño. Gómez Mont se convirtió en el tercer titular de la oficina de Bucareli en menos de tres años y desde su designación las polémicas no lo han dejado. La más reciente, en relación con el famoso “pacto antialianzas” que firmó junto con el secretario de Gobierno del Estado de México, Luis Enrique Miranda Nava, pieza clave de Enrique Peña Nieto, la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, y el líder nacional panista, César Nava.

El sustituto de Eduardo Medina Mora al frente de la procuraduría general de la República, el abogado chihuahuense Arturo Chávez Chávez, fue asesor y secretario de la Junta de Coordinación Política del Senado cuando Diego Fernández de Cevallos fue presidente de la Cámara alta y coordinó la bancada del PAN (2000-2001). Además, fue delegado de la PGR en Chihuahua bajo las órdenes de Antonio Lozano Gracia (1994-1996), quien llegó a la procuraduría durante el gobierno de Ernesto Zedillo por recomendaciones del Jefe Diego.

El 29 de junio de 2007, Chávez Chávez se incorporó al bufete jurídico de sus ex jefes para litigar contra la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) una indemnización de mil 500 millones de pesos a favor de los ejidos Francisco Medrano y Ricardo Flores Magón, del puerto de Altamira, Tamaulipas. En este caso, los servicios jurídicos de Fernández de Cevallos fueron claves.

La clave del poder reciente de Diego Fernández de Cevallos radica en una serie de despachos en los que han participado eminentes abogados panistas como el propio Gómez Mont, Lozano Gracia, Fauzi Hamdam, Irma Escudero. Sus clientes han sido de lo más variados y polémicos: desde la defensa de Rogelio Montemayor, implicado en el escándalo del Pemexgate; los ex banqueros Carlos Cabal Peniche y Jorge Lankenau, así como empresarios acusados de millonarios fraudes, como Angel Isidoro Rodríguez, El Divino; Gerardo de Prevoisin, y Juan Diego Gutiérrez Cortina, entre muchos otros.

En 1996 representó a Jorge Hurtado, sobrino de Miguel de la Madrid, ex presidente, y dueño del Grupo Financiero Anáhuac. La PGR señaló a esta institución de permitirle a Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, jefe del cártel de Ciudad Juárez, de lavar unos 400 millones de pesos mediante la compra de 20 por ciento de las acciones de Grupo Anáhuac. La PGR llamó a declarar a Diego Fernández en 1997 tras descubrir también que él figuraba como apoderado legal de la funeraria donde fue velado Amado Carrillo, tras su sospechosa muerte.

La red de intereses de los litigios de Diego es tan vasta como su influencia política. El despacho Fernández de Cevallos y Alba S.C. se dedica tDeanto al litigio civil, mercantil y penal, como a los casos corporativos, inmobiliarios, migratorios y hasta “servicios de traducción”.

Fernández de Cevallos se pronunció en octubre de 2009 en contra del paquete fiscal de la Secretaría de Hacienda. Gracias a sus buenos oficios de cabildero y litigante logró que se disminuyera de 10 a 5 por ciento el IEPS para las empresas embotelladoras de la marca Coca-Cola. Su despacho ha trabajado de tiempo atrás con los embotelladores de Querétaro.

En Sintonía con Salinas

Desparpajado, en mayo de 2007, Fernández de Cevallos declaró en una entrevista con Informativo 40 que él siempre ha tenido una relación de cercanía con el expresidente Carlos Salinas de Gortari.

“Con él, siempre, desde que estuvo en la presidencia de la República, he mantenido un trato respetuoso y una amistad que nunca he negado. ¡Porque soy hombre, no payaso!”, afirmó con su peculiar vehemencia.

En su libro de memorias México, un Difícil Camino Hacia la Modernidad, Salinas de Gortari prodiga elogios a Fernández de Cevallos, en especial, el expresidente destacó su comportamiento “ejemplar” como candidato presidencial en 1994:

“El resultado fue aceptado sin impugnaciones. Fernández de Cevallos destacó la iniquidad del proceso, sobre todo en los medios, pero aceptó el veredicto del tribunal y la calificación final”, rememoró Salinas. Ese fue el año de la irrupción del EZLN, al cual el jefe Diego, descalificó desde su aparición, y de los crímenes políticos de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del PRI, y de José Francisco Ruiz Massieu, ex gobernador de Guerrero, ex cuñado de Carlos Salinas y en ese momento secretario general del PRI.

Desde la paulatina “normalización” de las apariciones públicas de Carlos Salinas de Gortari en eventos sociales, foros económicos y debates políticos, tanto el ex presidente como el ex candidato presidencial del PAN coinciden en declaraciones. En Oaxaca y Veracruz, Salinas de Gortari apareció haciendo llamados a la “conciliación”, y las últimas apariciones públicas de Fernández de Cevallos fueron en ese sentido.
El episodio más polémico de la cercanía entre Fernández de Cevallos y Salinas de Gortari lo documentó el empresario Carlos Ahumada en la reconstrucción del episodio de los videoescándalos de 2004. En su libro Derecho de Réplica, Ahumada describe así la relación entre ambos personajes:

“Hago un paréntesis para hablar de una actitud que me impresionó mucho y es el hecho de que en esos días descubrí que Diego realmente era un títere de Carlos Salinas. Respondía de tal manera a sus peticiones, a sus instrucciones, que en verdad era impactante que el presidente del Senado y coordinador de los senadores por parte del PAN, se sometiera con tanta facilidad a Salinas. No dialogaban. Salinas le daba órdenes cuando hablaban: claro, de manera amable, pero con su voz le daba órdenes”.

La foto más reciente difundida entre ambos personajes la publicó el periódico Reforma, en su edición del lunes 17 de mayo de 2010. En ella aparecen Salinas, Fernández de Cevallos y el empresario queretano José Antonio Torres Landa. La reunión se realizó en Juriquilla.

En su columna “Expedientes Abiertos”, del mismo 17 de mayo, en el periódico El Universal, Roberto Rock relata la siguiente anécdota, a raíz de la desaparición de Fernández de Cevallos:

“Hace algunas semanas, durante una comida en un lujoso restaurante al poniente del Distrito Federal, Fernández de Cevallos concertaba un negocio auxiliado por el ex senador panista Fauzi Hamdam. Sus interlocutores a la mesa estallaron en risas ante una anécdota que Diego cerró con una frase reiterada:

“-Los pinches mexicanos siempre se pasan de listos”.


Gutiérrez Barrios y el “Jefe” Diego

Martha Anaya / Crónica de Política

La noche del 10 de diciembre de 1997 –hace ya casi 13 años—comenzó a llegar a las redacciones de los periódicos un rumor: que Fernando Gutiérrez Barrios había sido secuestrado.

Asombro, fue la primera reacción de quienes recibimos los primeros avisos a través de llamadas telefónicas. ¿Sería posible –nos preguntábamos– que el ex titular de la otrora poderosísima Dirección Federal de Seguridad y el hombre al que se le consideraba con mayor poder sobre las policías y sobre muchísimos políticos (por el conocimiento de sus historias oscuras) hubiese sido secuestrado?

Unos y otros comenzamos a indagar. Algunas de nuestras “fuentes” negaban la versión, otros la confirmaban. Los más allegados al para entonces ex gobernador de Veracruz y ex secretario de Gobernación, ni negaban ni confirmaban la versión.

Eran las primeras horas del suceso y transcurrían tiempos (aún y cuando la alternancia estaba ya a un paso) en que ese tipo de información se guardaba en total secrecía, más aún tratándose de uno de los figurones –el emblemático, sin duda– de la policía política y de uno de los priistas clásicos.

Pasaron dos días. Gutiérrez Barrios no aparecía en su oficina, no se le veía a la salida de su casa, no había reporte alguno que indicase que alguien lo hubiera visto en tal o cual restorán. Su secretario particular –quien inicialmente ni confirmaba ni negaba el rumor del secuestro–, comenzó a rechazar la versión, declaró que Gutiérrez Barrios estaba de vacaciones con su familia y llegó incluso a mencionar que ofrecería una conferencia de prensa esa tarde.

Llegó la hora y el veracruzano no apareció.

Tomó entonces fuerza la versión que ya estaba en blanco y negro en las libretas de los periodistas vía fuentes extraoficiales: Gutiérrez Barrios había sido secuestrado el miércoles 10 de diciembre (1997), alrededor de las siete de la noche, por un comando de ocho personas que, a bordo de dos vehículos, interceptó el automóvil en que viajaba el ex secretario de Gobernación en las calles de Miguel Ángel de Quevedo y Fernández leal, y fue subido rápidamente a una de las unidades en que viajaban sus secuestradores.

El hecho –afirmaban– ocurrió luego de que don Fernando comiera en el restorán El Tajín, en el Centro Cultural Veracruzano, con el secretario de Marina, José Ramón Lorenzo Franco.

La información se publicó entonces en distintos diarios –no todos los medios la dieron a conocer– y se habló incluso de una demanda de rescate de diez millones de dólares y que Jorge Carrillo Olea, ex director del CISEN, habría sido el intermediario para el pago del rescate.

Nadie la desmintió oficialmente. Ni siquiera uno de sus más cercanos amigos y ex colaborador: Manlio Fabio Beltrones.

Semanas después apareció Gutiérrez Barrios. Él nunca quiso hablar públicamente de su secuestro, pero su caso quedó registrado en la historia no oficial como uno de los secuestros políticos más importantes de las últimas décadas.

De entonces a la fecha habían habido muchísimos secuestros, sí, pero pocos que impactasen a tal grado en las filas de la política nacional, hasta que ocurrió lo de Diego Fernández de Cevallos.

Y aunque no se sabe si fue secuestro o no el del panista –la procuraduría General de la República lo mantiene en calidad de “desaparecido”–, si está vivo o muerto; si se trata de un mensaje del narcotráfico, o de un asunto particular derivado de sus trabajos como litigante, o algunas otra razón, lo cierto es que el impacto de su desaparición en la sociedad ha sido enorme.

Mayor aún, diría, que el de Gutiérrez Barrios en su momento porque el caso del priista se trató con muchísima secrecía y los medios de comunicación entonces “cuidaron” la figura del ex secretario de Gobernación al grado de que ninguna televisora dio a conocer la noticia, ni tampoco se escuchó del suceso en las principales frecuencias de radio. Su caso quedó guardado prácticamente en el círculo de “los enterados”, equivalente al hoy llamado “círculo rojo”.

En cambio el caso del “Jefe” Diego –a 13 años de distancia, inmersos en una “guerra” contra el narcotráfico, matanzas a diestra y siniestra, inseguridad creciente y con una nueva cultura en el manejo informativo, medios de comunicación globalizados, redes sociales que desbordan cualquier prurito—la noticia de su desaparición, secuestro u lo que sea, ha merecido emisiones especiales en radio y televisión, primeras planas, oraciones desde la catedral, comunicados y declaraciones, abiertas y sin tapujos, de la clase política.

Los tiempos han cambiado. Pero en lo que sí se asemejan ambos casos es que tanto Gutiérrez Barrios como Fernández de Cevallos estaban distanciados de los mandatarios en turno –de Ernesto Zedillo, el primero; de Felipe Calderón, el segundo—y en que en ambos casos los “atacantes” tocaron a figuras insignes de sus partidos: del PRI en el primer caso, del PAN en el segundo.

De Valle Hermoso al Jefe Diego

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Lo cierto es que gran parte de la sociedad mexicana ha sido capaz de profundizar, con creces, todas sus ineptitudes. Enmudecidos y azorados esos sectores ávidos de riqueza, necesitados de vivir deslumbrados por el brillo del dinero sucio producido por el narcotráfico, se despojaron de toda ideología, guardaron en el cajón de los recuerdos los valores aprendidos en las casas y en las aulas, enterraron los reparos y los prejuicios con el propósito de exhumarlos a tiempo del arrepentimiento que de todas maneras pudiese conducirlos a la vida eterna. Su lucha, su deseo de vida es gobernar matando y buscar el poder muriendo.

Luis Carlos Galán fue asesinado en Colombia cuando aspiraba al poder presidencial, porque en ese país la sociedad y los narcotraficantes colisionaron. Los barones de la droga cometieron un error de cálculo, no sólo asesinaron a sus enemigos, sino que para hacerlo poco o nada les importó que hubiese víctimas inocentes. Lo mismo sabotearon un avión de pasajeros que colocaron bombas en lugares públicos. Recuperar las imágenes en los videos informativos o a través de Internet, nos recuerda que México parecía muy lejos de llegar a eso, pero que la ejecución de Mario Guajardo en Valle Hermoso, Tamaulipas, abre la puerta a escenarios que los analistas del CISEN y de la Sección Segunda de la Secretaría de la Defensa Nacional no quisieran considerar en sus análisis prospectivos, porque el tobogán del terror no tiene ruta de retorno ni límites en el descenso de uno y otro lado: me refiero al descontrol de quienes aterrorizan y al de quienes han de reprimir amparados en la violencia legítima del Estado.

No ha transcurrido ni una semana cuando desaparece Diego Fernández de Cevallos, ilustre panista de historia política llena de claroscuros y afinidades financieras más que ideológicas para servir al poder. Su “desaparición” me recuerda el secuestro de Fernando Gutiérrez Barrios y antes todavía al de Aldo Moro, pues quizá ya no quepa duda que ambos fueron plagiados por el Estado, uno con mejor suerte que el otro, pues el político italiano sí fue ejecutado.

Apuntó para Le Nouvel Observateur Leonardo Sciascia, cuando decidió revisar el asesinato de Aldo Moro: “… En los meandros del poder, donde es el gran capital quien arma la mano de los asesinos, tiene muy poca importancia la identidad de quien ha sido delegado para matar… El Estado no negoció por debilidad. En la medida en que se creyó fuerte, era débil. Poniatowski, ministro del Interior francés, de un Estado que es realmente un Estado, ha dicho que cuando están en juego vidas humanas inocentes, el Estado negocia. Es después cuando debe saber aniquilar los focos de la subversión, radicalmente…”

Por lo pronto nos movemos en la incertidumbre, pues mientras Ismael “El Mayo” Zambada dice a Julio Scherer que tienen respaldo social, que se mueven entre las redes sociales que los necesitan para vivir y viceversa, desde el gobierno sostienen que eso es una falacia, porque como apunta mi sensei: “No hay personaje histórico que no se vea obligado a llevar una máscara. Reciente, apenas pasada, está en nuestros ojos la visión de las últimas, de las que esperamos sean las últimas… Y no hay máscaras, personaje enmascarado, que no desate un delirio de persecución. Podría preverse el número de víctimas que a un cierto régimen corresponde, mirando tan sólo la máscara que lo representa. A mayor potencia de representación, mayor el número de las víctimas. Y no es necesario que las víctimas sean hechas por decreto cruel, por delirio persecutorio.

“La historia trágica se mueve a través de personajes que son máscaras, que han de aceptar la máscara para actuar en ella como hacen los actores en la tragedia poética. El espectáculo del mundo en estos últimos tiempos deja ver, por la sola visión de máscaras que no necesitan ser nombradas, la textura extremadamente trágica de nuestra época…”

El lugar común en muchas naciones es decir que son kafkianas, y en México llegan al límite torpe de decir que Kafka debió nacer mexicano. Lo que aquí ocurre es diferente, más cercano a la realidad y a la incomprensión, porque lo vivido es el absurdo camusiano, es la certeza de la falta de conciencia pública, porque por el momento la impudicia de la avidez por el dinero negro llega al discurso político disfrazada de razón, de idea, de ideología, de programa, hasta el día en que los mensajeros se presentan a cobrar la factura, como sucedió en Valle Hermoso, Tamaulipas, o a las puertas de La cabaña.

Escribe Camus en sus cuadernos: “La política y la suerte de los hombres están hechas por hombres sin ideal y sin grandeza. Los que tienen alguna grandeza dentro no hacen política”; lo que puede ser cierto, por absurdo que parezca, pero entonces ¿a quién ha de encargarse el gobierno de los hombres, si de verdad se anhela un mundo mejor?

Ciertamente no se puede depender para ello de los poderes fácticos y sus administradores, y en uno de esos poderes ya puede haberse constituido el narcotráfico, que ya es una red global con infinitas conexiones financieras y económicas, a cuyos representantes en México no les tiembla la mano para eliminar un obstáculo en Valle Hermoso, Tamaulipas, ni en Pedro Escobedo, Querétaro.

El secuestro de “El Jefe” Diego

Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal

La desaparición de Diego Fernández de Cevallos el viernes por la noche no fue suficiente razón para que el presidente Felipe Calderón suspendiera su viaje a Madrid. Tampoco para convocar una reunión del gabinete de seguridad. Más aún, dentro del equipo de trabajo en Los Pinos, no hubo ninguna sensación de zozobra. Estas acciones, leídas políticamente, muestran que la desaparición no representa un riesgo para la seguridad nacional, por lo que se podría descartar –si el Presidente sigue a la letra el manual de toma de decisiones- un acto terrorista, una acción guerrillera o una represalia de la delincuencia organizada. ¿Pero el que no haya un riesgo para el Estado justifica la poca atención que el están prestando al caso?

No es un asunto de policías y ladrones, como suele enfocar el gobierno federal todos los fenómenos en México, y en cuya lógica el Presidente instruyó desde un primer momento a la PGR que interviniera en el caso, apoyado por la Policía Federal y el Ejército. El asunto es de cómo perciben en la casa presidencial los fenómenos que inciden sobre la vida política y económica. La manera como se ha dado la reacción política en Los Pinos es la clara marca de la casa: alejada de la realidad nacional, ensimismados en sus cosas, hablándose al ombligo y con un equipo bisoño –grave, después de tres años en el poder no muestran haber pasado la curva de aprendizaje- que no está observando el caso de “El Jefe” Diego como un asunto de Estado.

No necesita haber una amenaza directa al Estado para que así se considere, sino por las repercusiones que la desaparición de un personaje que fue candidato presidencial y que se sigue moviendo dentro de las élites del poder, puede significar para las propias élites nacionales y extranjeras. La desaparición de Fernández de Cevallos tendría que haber sido considerado por el gobierno, no sólo en palabras sino en actitud, como un caso de alto impacto que tendría que ser analizado en ese contexto.

Su influencia penetra el PAN –donde varios prominentes políticos hoy en día abrevan en su establo-, el gobierno –le deben parte de su carreta el secretario de Gobernación Fernando Gómez Mont, el procurador Arturo Chávez, y el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Juan Miguel Alcántara Soria-, y la clase política nacional –es muy cercano a los ex presidentes Carlos Salinas y Vicente Fox-.

El abanico de relaciones políticas y económicas lo ubican dentro de la categoría de un personaje al que hay que tratar dentro del rango de excepcionalidades por el tamaño del impacto nacional e internacional que tiene una acción como la que se está viviendo. Fernández de Cevallos no es un político cuya esfera de poder se limite a México. Su ascendencia y cercanía con prácticamente todo el gabinete de seguridad civil, coloca al aparato de seguridad del Estado, ante los ojos profesionales de otros gobiernos, como un sistema incapaz de garantizar la seguridad de personas de cuya protección pende parte de la estabilidad política y económica.

Como un precedente, cuando en el gobierno de Ernesto Zedillo se reforzó la seguridad de personas en esa categoría, el empresario Carlos Slim, que se negaba a tener escolta, fue prácticamente obligado a ella por el entonces presidente con el argumento de que su secuestro provocaría un impacto directo sobre la economía y las inversiones que el país no podía permitirse. En el caso de Fernández de Cevallos, su relación con los ex presidentes –que tienen una amplia red de contactos políticos y económicos en el mundo- y con varios de los principales empresarios e inversionistas en México, magnifica en el mundo lo que le ha sucedido. No fue casual que la prensa internacional recogiera masivamente el hecho de su desaparición desde que lo confirmaron oficialmente las autoridades.

Todos estos factores han sido soslayados por el Presidente y su equipo, que supuran una enorme mezquindad. Fernández de Cevallos está enfrentado al grupo político de Calderón, y en estos días se batían intramuros para colocar a su gente en el Consejo Político del PAN que se define esta semana. A su pupilo más destacado dentro del gabinete, Gómez Mont, le siguen haciendo la guerra desde la Presidencia, donde no dejan de decir que sus días están contados y que sólo falta por decidir cuándo se va. A Chávez lo propuso Calderón al Senado con el propósito de que lo vetaran y elevarles el costo de hacer lo mismo con su verdadera opción para el cargo. Esa actitud se ha extrapolado al tratamiento de la desaparición de Fernández de Cevallos.

A nadie debería de extrañar. Dentro de Los Pinos no ven bien a Fernández de Cevallos, y muchos de sus argumentos han coincidido con las posiciones de sus principales adversarios. Por ejemplo, varios asesores de Calderón comparten la idea del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador de que es un voraz abogado que trafica con influencias. También lo ven con recelo por su cercanía y colaboración política con el ex presidente Salinas, y con varias de las figuras priistas. En su mundo de blancos y negros, es casi un traidor porque no es incondicional de Calderón.

Pero los límites a los que llegaron este fin de semana fueron sorprendentes. Para una parte del equipo de Calderón, lo que sucedió con Fernández de Cevallos tiene que ver con sus litigios y con todas las personas a las que ha afectado, por lo que no tienen nada de qué preocuparse. Es cierto que esa es una de las hipótesis que tiene la PGR, pero su mecánica mental muestra el reduccionismo en toda su grandeza. No ven contexto, entorno ni consecuencias. No hay visión global sino unidimensional. Si algo le sucedió, fue su problema, no del gobierno y menos de Calderón.

Ese es el problema en Los Pinos. Viven en una casa de cristal de la que no salen. Sus reuniones sociales son entre ellos, sus excesos son entre ellos y su vida gira sólo en torno a ellos. Se hablan uno con otros y se convencen de que lo que hacen y cómo lo hacen es el camino correcto. Se comportan como pequeños déspotas, sin conocimiento, oficio y humildad. Su líder es el Presidente, que los anima, protege y les permite que lo aíslen. Siguen sin darse cuenta que en el mundo real, al que regresarán dentro de tres años, se están hundiendo. Con un agravante: cada vez dejan más agraviados y heridos en el camino.

Comunicado integro del EPR sobre desaparición del "jefe DIego"

Comunicado integro del EPR sobre el caso Diego Fernández de Cevallos

Grupo: Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario

País: Mexico

Categoria : Comunicado

AL PUEBLO DE MEXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES SOCIALES, POLÍTICAS Y REVOLUCIONARIAS
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!


Es lamentable la desaparición del Sr. Licenciado Diego Fernández de Ceballos, cualquiera que sea el origen o motivo, es un hecho doloroso para la familia, dolor que conocemos y sabemos por lo que están pasando.

No sabemos si su desaparición es por motivos políticos, por sus pugnas interpartidarias o por la descomposición social de este régimen neoliberal. Pero, como se trata de un connotado político este régimen lo busca y hace todos los espavientos por encontrarlo volcando todo el apoyo del Estado a la familia, hecho que contrasta cuando se trata de un ciudadano que no tiene fortuna económica o un apellido de renombre, o de un luchador social porque en estos casos se trata con desdén y se menosprecia el dolor de las familias.

Cuando se trata de un hombre de renombre, la familia no sólo recibe todo el respaldo del Estado, sino también de los medios de comunicación que cuidan las formas y evitan colgarle a toda costa adjetivos como se hace con los luchadores sociales y los ciudadanos indefensos.
Sabemos del dolor por el que pasa la familia del señor Diego Fernández de Ceballos porque nosotros también tenemos a dos de nuestros compañeros detenidos desaparecidos por las fuerzas represivas del Sr. Felipe Calderón Hinojosa, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez; conocemos de su dolor por el dolor que han pasado y viven los familiares de los cientos de luchadores sociales que han sido detenidos-desaparecidos por el Estado mexicano, de los familiares de los mineros muertos en Pasta de Conchos, por los 37 petroleros de Cadereyta desaparecidos en las mismas fechas que nuestros compañeros, por los miles de “levantones” y asesinatos que ha implicado la supuesta guerra contra el narcotráfico.

La política gubernamental con todas estas familias y ciudadanos ha sido el intento permanente por humillarlas sin hacerles caso, atendiendo sus demandas con burocratismo, de manera irónica y burlona.

La desaparición forzada es una política de Estado que lejos de ser abandonada, el calderonismo apuntala y practica sistemáticamente, por lo que tenemos la certeza que este gobierno seguirá intentando desaparecer a luchadores sociales. La práctica del delito de desaparición forzada, crimen de lesa humanidad en nuestro país la realizan no sólo contra luchadores sociales, este gobierno de ultraderecha recurre a ella para eliminar a sus oponentes políticos, militares y policías que se oponen a las órdenes de su cúpula.

Son ya tres años desde la detención desaparición de nuestros compañeros y en esa lógica de la impunidad la política de este gobierno trata de cerrar toda posibilidad de descubrir y castigar a los responsables materiales de dicho delito, pero sabemos que en su detención desaparición están involucrados directamente el general retirado Juan Alfredo Oropeza Garnica, Ulises Ruiz Ortiz y quien se hace pasar como presidente de la República y jefe de las fuerzas armadas Felipe Calderón Hinojosa.

El delito de desaparición forzada ya sea por motivos políticos o sociales es un crimen de lesa humanidad que no prescribe y está por encima de cualquier posición o militancia política y los responsables materiales e intelectuales deben ser castigados.

Calderón es parte de la derecha internacional y es asesorado por ella, sobre todo por la derecha de España, que criminaliza y persigue al pueblo vasco, pero no debe olvidar que todos aquellos que cometen delitos de lesa humanidad algún día van a ser juzgados.

En este contexto de persecución y criminalización del pueblo vasco la justicia española enjuicia al juez Baltazar Garzón por haber descubierto y poner en evidencia pública la descomposición de la derecha española y la complicidad con los delitos cometidos por el franquismo.

Y aunque el juez Garzón actuaba de manera cruel y con saña al condenar a los independentistas vascos, hoy se le juzga para mantener la impunidad del franquismo y ocultar la corrupción del bloque de derecha español, mismo que lo aplaudió cuando condenó a los luchadores sociales de izquierda. El señor Felipe Calderón en nuestro país tiene la misma tendencia que esta derecha española franquista por imponer normas dictatoriales, quien por cierto es asesorado también por un hombre sin principios políticos como es Joaquín Villalobos, ¿Qué se puede esperar de un hombre consumido por los vicios? Sólo la actitud de un dictadorzuelo.

En nuestro país, también existen los Joaquines Villalobos entre los ladrones y desertores de la revolución que huyeron para no ser juzgados bajo los principios revolucionarios. Hoy, algunos con sus actos simulan tener estructuras y quieren venderse muy caro con o para quien quiera cooptarlos, sin embargo, aunque hagan simulaciones de estar en la sierra, no deja de ser un montaje y medida mediática para tratar de justificar la incapacidad política para organizar revolucionariamente a las masas y la ausencia de un lineamiento y fundamentos filosóficos para hacer creíble su existencia.

Cuando estaban dentro de las filas de nuestro partido, aquí era tanta la devaluación y mediocridad que decían que a pesar de los años en la lucha revolucionaria no se había hecho nada, hoy han pasado los años y quisiéramos ver los resultados, que sus palabras de presunción se volvieran realidad.

Para nosotros la política no es un problema personal, por eso ante la desaparición del Sr. Diego Fernández de Cevallos, sin importar si sacan su accidentada biografía o los claro-oscuros de su vida, lamentamos el hecho y nos solidarizamos con el dolor de su familia, así como con el dolor de todas las familias que sufren por la ausencia de sus seres queridos y nos pronunciamos porque no hayan más desaparecidos en el país ni por motivos políticos o sociales, delito que están practicando las fuerzas represivas y sobre todo la marina y al ejército federal que hoy están desatados al grado de balear al priista César Duarte candidato al gobierno del estado de Chihuahua, eso habla de la impunidad y autoritarismo de este gobierno.

Por cierto en este contexto de descomposición social ¿Qué dicen de estos hechos Guillermo Velazco Arzac y José Antonio Ortega Sánchez?, quienes “diligentemente” maniobraron para que este gobierno entregara a Lucía Moret, única sobreviviente mexicana de la masacre de Sucumbíos, Ecuador; estudiante universitaria que realizaba su tesis, acusada por ellos mismos como “terrorista” sin que lo hayan logrado hasta ahora. Honor y gloria a los caídos en Sucumbíos.

¿Qué opinan de la descomposición de este régimen el Sr. Martí, el Sr. Nelson Vargas?


¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡A EXIGIR LA LIBERTAD DE TODOS LOS PRESOS POLITICOS Y DE CONCIENCIA DEL PAIS!
¡POR LA PRESENTACION DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS!

¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR! ¡EL EPR TRIUNFARA!

COMITÉ CENTRAL
DEL
PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR

COMANDANCIA GENERAL
DEL
EJERCITOPOPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR

Año 46
República mexicana, a 17 de mayo de 2010.

El Jefe Diego carea a PGR-Segob vs. SSPF

A Puerta Cerrada / Marcela Gómez Zalce

• El cuarto año y la desestabilización…
•Fracasa el manejo de la crisis

Gobernar, mi estimado, significa rectificar. Tiempos aciagos, controvertidos y delicados los que Vive México en medio de una descontrolada ola de violencia que sigue acumulando cifras en la lista de la irreflexiva guerrita contra esa “ridícula minoría” que, con el reciente acontecimiento de muchas peligrosas lecturas, demuestra que de ridícula no tiene nada, y está por verse si de minoría también.

El secuestro del ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos, ocurrido el viernes fuera de su rancho en el estado de Querétaro, gobernado por el PRI, mostró una vez más, my friend, el distintivo sello del (des)gobierno en materia del manejo de esta crisis y de un control de daños que fue, prácticamente, un absoluto fracaso.

El hecho que debe y tiene que ser investigado hasta sus últimas consecuencias por sí solo deja varios sugestivos aspectos sobre la mesa del contexto nacional que, como se ha escrito en este irreverente espacio hasta el cansancio, está en ruta de vertiginosa descomposición, de caos e ingobernabilidad que sistemáticamente es negado, maquillado y subestimado en toneladas de discursos envalentonados y desafiantes como los regalados por el mismo Felipe Calderón y el cadáver de Bucareli Fernando Gómez Mont relacionados con el poder de la organizada delincuencia.

El secuestro del Jefe Diego contiene múltiples aristas. Primero, es un golpe a la línea de flotación del gabinete de seguridad pegando en el corazón de la PGR con Arturo Chávez Chávez y en Gobernación con Gómez Mont, lo que sugeriría una perversa dosis de oficio para enviar mensajes de alto impacto que han generado una cascada de reacciones no sólo en las redes sociales, que vivieron ayer una simpática jornada de histeria colectiva, sino en los medios electrónicos…

Frente que quedó completamente abierto y sin control de información por horas por parte del gymboree (con minúsculas) de Los Pinos revelando que estos impúberes en el poder (del no poder) están por completo rebasados, pasmados y… asustados. Si le agrega la confusión e incertidumbre generada por la serie de atractivos rumores desatados, el mordaz respetable se pregunta ¿dónde chingaos está el liderazgo y la conducción del timón del cacareado barco de gran calado que ahora sí… tiene de sobra su dosis de emocionante adversidad?

La arista política es por demás original e importante por el estupendo perfil de Fernández de Cevallos, un hombre del sistema, operador e interlocutor en la esfera de la PANdilla, de las lacritas tricolores, cercano a Carlos Salinas de Gortari y, pese a su distanciamiento con el mismo Calderón Hinojosa, el Jefe Diego terminó por operar áreas sensibles y estratégicas.

Esta crisis que obligó a Felipe a retrasar su gira a la V Cumbre México-UE, taaan importante y trascendental, mi estimado, ahora que a su (des)gobierno se le desestabiliza... jaló la cadena (del retrete) de la desconfianza, recelo y delicada putrefacción en el interior de su gabinete. ¿Por qué? Sencillo.

Pero sírvase su drink mañanero porque ahí le va. ¿Listo?

Turns out que en medio de la crisis que desató también la preocupación (e inmediata ocupación) en la oficina del poderoso senador Manlio Fabio Beltrones, en Los Pinos y el búnker, perdón, kínder de la PANdilla se vivía un ambiente de tensión, incertidumbre, confusión y alarma ante la ola de rumores que terminó de enrarecer los ánimos electorales, la pugna crecía entre la PGR-Segob y, of course, la acreditada SSPF de García Luna (aplausos) en donde no resbala la coordinación con Gómez Mont y Chávez Chávez.

Chingón.

Todo con relación al flujo de información que debe llegar puntualmente al otro lado del charco… porque de este lado lo que hay es un charco de, digamos, suspicacia sobre la simpática información que hay detrás del delicado acontecimiento que tiene que ser resuelto a la brevedad para evitar el colapso rápido de un estado… fallido.

Y ahí hay un foco rojo marca nomeolvides porque demuestra el desmadre interno del (des)gobierno en un tema tan delicado, en todas sus vertientes, como lo es el secuestro de Fernández de Cevallos que —¿como daño colateral?— ya desencadenó una ola de repudio de las cúpulas empresariales y no tardan organismos como el encabezado por Alejandro Martí que exigirán no sólo respuestas en torno a leyes no aprobadas sino la clásica de…

Si no pueden, my friend, ¡¡¡renuncien…!!!

Por la mirilla

Al cierre de este espacio el PRI se declaraba ganador en Mérida, Yucatán… ¡¿Bomba?!

Continúa búsqueda de Fernández de Cevallos en México


http://www.youtube.com/watch?v=c6JCJgwmMx8

En Querétaro, México, continúa la búsqueda del ex senador y candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos, quien desapareció la noche del viernes. El político, uno de los referentes del gobernante partido conservador PAN, habría sido secuestrado en una de las tres lujosas propiedades que posee en la zona.


El EPR se deslinda de la desaparición de Fernández de Cevallos

Andrés Becerril / Excélsior

El Ejército Popular Revolucionario, EPR, se deslindó hoy de la desaparición de el ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos.

"Es lamentable la desaparición del señor licenciado Diego Fernández de Ceballos (sic), cualquiera que sea el origen o motivo, es un hecho doloroso para la familia, dolor que conocemos y sabemos por lo que están pasando".

En un comunicado fechado hoy, el EPR señala que no sabe si la desaparición del panista "es por motivos políticos, por pugnas interpartidarias, o por la descomposición social de este régimen neoliberal. Pero como se trata de un connotado político, este régimen lo busca y hace todos los aspavientos por encontrarlo volcando todo el apoyo del estado a la familia, hecho que contrasta cuando se trata de un ciudadano que no tiene la fortuna económica o un apellido de renombre, o de un luchador social, porque en estos casos se trata con desdén, y se menosprecia el dolor de las familias".

El EPR en su origen como partido de los pobres recurrió a algunos secuestros para obtener dinero. A mediados de la década de los noventa, el empresario Alfredo Harop Helú fue secuestrado y por su rescate se habrían pagado 10 millones de dólares.

Con este comunicado el EPR sin mencionar que ellos no participaron en la desaparición de Fernández de Cevallos, tácitamente se están desmarcando del hecho ocurrido en la noche del viernes pasado.

Hace tres años, dos integrantes del EPR, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez desaparecieron y desde entonces ninguna autoridad ni nadie ha dado datos sobre su paradero, por eso en el comunicado eperrista señalan:

"Conocemos de su dolor por el que están pasando y viven los familiares de los cientos de luchadores sociales que han sido detenidos-desaparecidos por el estado mexicano, de los familiares de los mineros muertos en Pasta de Conchos, o de los 37 petroleros de Cadereyta desaparecidos en las mismas fechas que nuestros compañeros, o los miles de levantones y asesinatos que ha implicado la supuesta guerra contra el narcotráfico".

El grupo armado señala que para elllos la política no es un problema personal, "por eso ante la desaparición del señor Diego Fernández de Cevallos, sin importar si sacan su accidentada biografía o los claroscuros de su vida, lamentamos el hecho y nos solidarizamos con el dolor de su familia..."

pdg

Rescatar con vida a Diego Fernández, piden diputados del PRD

MORELIA, Mich., 17 de mayo de 2010.- El líder de la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso local, diputado Mauricio Prieto Gómez lamentó el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, ya que es un personaje importante en la vida política del país, pero otros ciudadanos también pasan situaciones semejantes.

Dijo que nombre de su bancada exhorta el Gobierno Federal para que a la brevedad posible se rescate con vida al político panista, quien según él es un baluarte en el quehacer democrático de México.

El perredista negó que esta acción armada sea una provocación del crimen organizado en contra del gobierno de Felipe Calderón, y aclaró que este tipo de sucesos ocurren en forma cotidiana en todos los estados del país.

Necesitamos, dijo categórico, que el gobierno de la República fortalezca a las instituciones policiacas, tales como la Procuraduría General de la República (PGR) y la SIEDO, ya que es una demanda inmediata de la sociedad mexicana que exige mayor seguridad e integridad física y social.

Sin duda, en el caso de Fernández de Cevallos, los medios de comunicación “tengan los reflectores en su dirección”, por lo que representa en la vida política del panismo nacional y del país, pero aclaró que existen otros ciudadanos que también están pasando por una situación similar, concluyó.

Debe gobierno federal recuperar la política de combate al crimen organizado

Norma Ayala

Querétaro, 17 Mayo 10.- El diputado Federal priísta por Querétaro, Reginaldo Rivera, aseveró que el caso Diego Fernández de Cevallos, no es un hecho asilado en la entidad, por lo que calificó como poco objetivos a aquellas personas que digan lo contrario.

Asimismo, señaló que esta situación es un hecho que convoca a todos los actores políticos a levantar una voz de unidad, al manifestar su repudio en contra de este tipo de actos delictivos que se están haciendo presentes no solo en la entidad, sino en todo el país.

"Se están dando hechos lamentables, donde se han encontrado cadáveres quemados, y yo creo que no son hechos aislados, y el que lo diga no está siendo objetivo, hay que ver que en todo el país hay delincuencia organizada y que puede estar contaminando al estado de Querétaro", apuntó el legislador federal.

En este sentido, aseguró que la acción que debe de tomar el gobierno federal, es la de recuperar la política del combate al crimen organizado, ya que dijo, es inédito que México sea el país donde mas muertos se encuentren sin que haya una guerra.

"....que el ejercito regrese a sus cuarteles y que se invierta mas presupuesto en la profesionalización de la policía para que el equipo de inteligencia de la policía federal o estatal se haga cargo de estos hecho como ocurría antes, y como pasa en otras piases", aseveró Reginaldo Rivera.

De igual forma, señaló que este tipo de hechos delictivos, como la desaparición del "Jefe Diego", obedecen a la acción de un posible grupo de delincuentes de alto nivel, ya que dijo, no cualquier personas o secuestrador realiza un acto tan delicado con una personalidad tan importante como el panista Cevallos.

Finalmente el diputado Federal, aseveró que se confía en que el gobernador del Estado, José Calzada Rovirosa, refuerce los equipos de seguridad de la entidad, a efecto de que se esclarezca este hecho y con la confiabilidad de que no se sigan repitiendo en Querétaro.

Fuente: Diario Rotativo de Querétaro