viernes, enero 09, 2009

Oscuro objeto del deseo…

Jesús Anaya Rosique

No se trata de la última película de Buñuel. El autor del libro que reseñaremos asevera: “para que se produzca el aprendizaje, el objeto de conocimiento ha de convertirse para los estudiantes en objeto de deseo… en la cultura digital se debe recuperar una función educativa primordial: despertar el deseo, contagiar el entusiasmo…”

Este libro recorre un itinerario que comienza huyendo de la propia realidad pedagógica para explorar territorios ajenos, como la neurociencia o la comunicación; y en una segunda etapa, examinar experiencias relevantes de innovación educativa, que construyen “una utopía posible”. El autor es doctor en ciencias de la información y profesor en la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona) y aboga por “un cambio de estilo comunicativo en los procesos de enseñanza… uno que conecte con la sensibilidad de las nuevas generaciones, recupere la dimensión mediadora de la tarea educativa y utilice las nuevas tecnologías para conquistar el interés de los alumnos por el aprendizaje”.

El autor revisa el proceso comunicativo en la práctica docente (“la eficacia educativa está condicionada por la eficacia comunicativa”) y encuentra similitudes significativas entre publicidad y enseñanza: Umberto Eco señala que “en la era de las comunicaciones las batallas se ganan desde el receptor”. Ferrés sostiene que el interés del estudiante (el receptor) por los contenidos curriculares (el mensaje) “será tanto mayor cuanto más se reflejen sus preocupaciones y deseos”. Otro pedagogo afirma que “si los docentes no se ponen al día, llegará un momento que no comunicarán… sólo se puede educar si se es capaz de seducir… este es hoy el reto: ser un mediador entre la escuela que ha evolucionado poco y unos sujetos profundamente modificados por los cambios radicales de la sociedad en la que han crecido”.

De ahí a reconocer “la educación como industria del deseo”. Los descubrimientos de la neurociencia resaltan que “la central energética del cerebro está en el sistema límbico, el cual rige las emociones… el gran secreto del comportamiento maduro es la conexión entre el cerebro racional y el emocional, el trazado de vías neuronales y sinapsis… el desafío para los procesos de enseñanza-aprendizaje consiste en la interacción entre razón y emoción”, en desarrollar “la pasión de pensar”. La neurociencia confirma que, sin motivación, no hay aprendizaje… “es necesario conciliar a Piaget y Freud”.

Ferrés agrupa las nuevas tecnologías en cinco síntomas que corresponden a otros tantos grandes cambios sociales, y analiza la educación como “arte de frontera” (al mediar “entre palabra e imagen, emoción y reflexión, racional e intuitivo, analítico y sintético, lineal y global”), y como proceso no rutinario: “para que el educando esté dispuesto al sacrificio del esfuerzo, el educador ha de haberle seducido con el beneficio del conocimiento (igual que el consumidor paga porque el publicitario le ha seducido con el beneficio del producto)”.

“Las rutas de la innovación educativa” son un conjunto de varias experiencias concretas muy alentadoras. Ferrés concluye: “en síntesis, si se extrae todo el potencial de cada recurso y estrategia de expresión (metáforas, relatos, citas, lenguajes, mitos y ritos, publicidad, poesía, cine…), no es imposible convertir la educación en industria del deseo, incorporando las tecnologías en un nuevo estilo comunicativo”.

anaya.jess@gmail.com

*Joan Ferrés i Prats, La educación como industria del deseo. Un nuevo estilo comunicativo, Gedisa, Barcelona 2008, $ 154, 192 pp. ISBN 978-84-9784-288-4

En defensa de la economía popular

Gerardo Fernández Casanova

“Que el fraude electoral jamás se olvide”


Con el mejor deseo de que el año 2009 sea menos infeliz que como se augura, enfrentamos la consabida cuesta de enero con la incuestionable certeza de que todo pinta para peor. El país se desbarata y el régimen del fraude sólo atina a intentar barrer los escombros y esconderlos bajo la alfombra, exhibiendo una indolencia rayana en lo criminal.

Allá en las alturas la crisis es solamente una aventura de alto riesgo, en tanto que acá en el llano todo es crujir de dientes. No puede simplemente desearse amor y paz, cuando la realidad obliga al odio y a la lucha. Odio a la injusticia y a la miseria; odio a la muerte por hambre. No puede haber paz si unos pocos disfrutan de todo en tanto que muchos –casi todos- carecen hasta de lo más indispensable. Habrá que luchar. Odiar y luchar por el amor y la paz.

Nos toca vivir una verdadera guerra mundial cuya expresión va más allá de los cruentos escenarios del genocidio palestino o de las absurdas guerras de Irak y Afganistán. Es la guerra de la economía que, sin disparar un tiro, destruye pueblos enteros por hambre. Pelean las naciones ricas por mantener sometidas a sus colonias y, dentro de las naciones, los sectores privilegiados por seguir expoliando a los pobres. Es importante no confundir la lectura; no se trata de una simple crisis cíclica del capitalismo, sino de una severa sacudida de las bases de una cultura que, en aras del consumismo, atenta contra la convivencia y la supervivencia de la humanidad; es la crisis de un modelo que ha privilegiado el individualismo y la competencia ruinosos, en perjuicio de la solidaridad y el bienestar colectivo. Es la crisis de los paradigmas que habrá que cambiar profundamente.

Es en esta concepción que toma cuerpo la lucha en defensa de la economía popular a la que nos hemos convocado quienes aspiramos a la construcción de un otro mundo posible. La movilización social que encabeza en México Andrés Manuel López Obrador y que se repite en todo el mundo con diferentes modalidades, tendrá que insertarse en la tarea del cambio de paradigmas. No se trata simplemente de lograr erradicar la carestía y de recuperar el empleo, sino de proveer a una nueva cultura para el bienestar fincado en la satisfacción de las necesidades materiales indispensables y en el goce de los bienes que recrean al espíritu. De nada serviría la lucha si se agota en el objetivo de que todo el mundo tenga dinero para comprar lo que se anuncia en la televisión (vocho y tele diría Fox).

De las propuestas de AMLO para la Movilización en Defensa de la Economía Popular destaco la que se refiere a la creación de las cooperativas de consumo, por ser el instrumento idóneo para la formación de la cultura de la solidaridad y de los paradigmas del consumo socialmente válido, ajeno a la mercantilización de la demanda popular. Es preciso convertir la exitosa fórmula de las brigadas en defensa del petróleo en promotores y capacitadores de cooperativas para la adquisición en común de los satisfactores indispensables que, a su vez, se conecten con los proveedores socialmente organizados en cooperativas de producción y distribución de bienes y servicios. Que el pequeño consumo de muchos se destine a la generación del empleo de muchos. De nada serviría el esfuerzo si sólo se destinara a comprar a precios de mayoreo las sopas instantáneas o las hojuelas de maíz industrializado o la ropa y el calzado de importación.

Sin demérito de lo anterior, es claro que el régimen espurio es el principal defensor del modelo que ha provocado la crisis y que insiste en su preservación, cuyos efectos pretende paliar con pura saliva declarativa y mediática. Ante ello, la movilización en las calles para protestar y exigir respuestas idóneas sólo podrá detenerse hasta asegurar el cambio, incluyendo el paro nacional y, sin duda, la defenestración de quien se hizo del poder por la vía del fraude y para mantener los privilegios.

La democracia participativa, que en el caso de la defensa del petróleo registró una experiencia de enorme riqueza, deberá encontrar en la defensa de la economía popular su ámbito natural por excelencia. Es claro para la gente que ante la crisis ninguna fórmula individual funciona; es preciso actuar en conjunto y participar en la solución. Ejercer la democracia es asociarse y ejercer la fuerza de la unión.

López Obrador está convocando a la organización de los comités de lucha en defensa de la economía popular en todo el país. El próximo 25 de enero se realizará una magna concentración en la Ciudad de México. Está pues en vivo la movilización. Habrá que sumarse.

Institutos sociales en el agio

Teodoro Rentería Arróyave

Magnífica noticia: Logra una derechohabiente ganar un amparo que evita que el Instituto Nacional del Fondo de Vivienda de los Trabajadores, INOFONAVIT venda su deuda vencida, acción condenable por que coloca a las instituciones de seguridad social en el vulgar terreno del lucro y el agio.

El escándalo es en grande, puesto que este caso forma parte de los cincuenta y cinco mil créditos que vendió el empresario panista de origen gallego David Leopoldo Sánchez-Tembleque Cayazzo, exsubdirector general de planeación y finanzas del Infonavit a empresas extranjeras, las cuales sólo pagaron al instituto, en promedio, 11 por ciento del valor real de la cartera vencida, esto es, entre veinte y veinticinco mil pesos por casa habitación, pero las revendió a sus propietarios originales entre quinientos y setecientos mil pesos.

El único medio que denunció tal atrocidad fue el diario La Jornada, en notas de los colegas Javier Valdez Cárdenas, Enrique Méndez y Ciro Pérez; el 5 de enero en un despacho de Culiacán, Sinaloa, se informó que alrededor de 38 mil familias de este estado y su vecino Sonora, están en riesgo de perder los inmuebles que obtuvieron a través del INFONAVIT, ya que la institución en flagrante violación a la ley y sus objetivo social, vendió a las empresas de capital estadunidense Pendulum Associates y Sociedad Corporativa para la Resolución de Activos y Propiedad, SCRAP 2, alrededor de 110 mil casas que se encuentran en cartera vencida en México, según denunciaron organismos defensores de derechohabientes en esas entidades.

El Frente en Defensa de la Vivienda de Sinaloa, el Colectivo Ciudadano por la Defensa del Patrimonio Familiar de Mazatlán, el Frente Estatal en Defensa de la Vivienda de Sonora, y Ciudadanos en Defensa de la Vivienda del estado de México advirtieron que se defenderán de lo que llaman correctamente: “política neoliberal y privatizadora del gobierno federal”.

El asunto es de tal gravedad, que ofende que las autoridades correspondientes no hayan intervenido para llamar a cuentas a los funcionarios de la institución y a los abogados, ligados al Partido Acción Nacional, PAN, dedicado ha manejar los despachos de cobranza de la empresas extranjeras, obviamente, con intimidaciones y amenazas contrarias a la ley.

Afortunadamente el Consejo de Defensa de la Vivienda del “gobierno legítimo”, el de Andrés Manuel López Obrador, ganó un amparo definitivo en contra de la empresa Capital Market, Capmark, en favor de Sylvia Díaz Gutiérrez, titular del crédito, con lo cual dicha compañía privada deberá devolver, en este caso individual, la cartera vencida que adquirió.

Lo trascedente de la resolución, que por unanimidad votó el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, con sede en el Distrito Federal, es en el sentido de que estableció que el INFONAVIT, como parte del Estado mexicano, tiene la función primordial de asegurar una vivienda digna y decorosa a los trabajadores, y que al vender cartera vencida rompe con el esquema de seguridad social para el que está obligado.

Además, el Consejo, constituido en junio de 2007, lleva otros 103 casos de solicitud de amparo contra dichas empresas estadounidenses, Capmark y SCRAP II, y se espera ganar la mayoría, con objeto de sentar jurisprudencia para evitar que el INFONAVIT continúe con la venta inconstitucional de cartera vencida a compañías privadas.

Si se toma en cuenta que el fallo, con el número de expediente 422/2008, se votó por unanimidad el 10 de diciembre pasado, y con ello no sólo revocó la sentencia del 30 de septiembre en la cual el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Administrativa le había dado la razón al INFONAVIT y a sus beneficiadas empresas extranjeras, es de extrañarse, repetimos, que las autoridades, desde el propio Presidente de la República, no hayan iniciado las investigaciones correspondientes en contra de los funcionarios deshonestos y empresas coludidas.

A las instituciones de seguridad social, por su naturaleza y por el objetivo para las que fueron creadas, les está vedado por principio lógico incursionar en el vulgar terreno del lucro y mucho menos del agio.

Triste estreno

Porfirio Muñoz Ledo

Ceder ante la doctrina de la guerra preventiva y cerrar los ojos frente a la barbarie resulta suicida

Cuando el gobierno dudaba en ratificar la candidatura de México al Consejo de Seguridad hubo opiniones encontradas. Desde la campaña orquestada por antiguos y nuevos conservadores —asustados tanto por los riesgos como por los oropeles— hasta la opinión de quienes estimamos una pifia diplomática la abrupta renuncia a una pretensión de ese calibre.

Calderón decidió finalmente mantener la postura —que tuvo éxito sin mayor dificultad— pensando sobre todo en su propia legitimación internacional. El encanto de jugar en ligas mayores y atraer candilejas que encubriesen los estragos de la política interna. Escenografía de primera a precio aparente de remate.

No se midió sin embargo la gravedad de la situación mundial y la exigencia pública respecto de la actuación de nuestro país en semejante foro. Se olvidó incluso que el gobierno de Fox hubo de oponerse a la invasión de Irak —a contrapelo de su alianza con Bush— por la razón predominante de que las encuestas revelaron una abrumadora mayoría de mexicanos en contra de la agresión.

Ahora hay que aprobar los exámenes. El primero corresponde a la asignatura perpetua de la agenda internacional: el conflicto árabe-israelí, en el que México tiene limpios antecedentes y actuaciones que le valieron indiscutido prestigio. Esta hubiese sido ocasión inmejorable para refrendarlos, con el objetivo de remontar el tobogán de un Estado fallido.

Dos años después de su creación, las Naciones Unidas acordaron —en la resolución 181— “la partición de Palestina en un Estado palestino y en un Estado árabe y colocar la ciudad de Jerusalén bajo un régimen internacional”. Los incidentes y conflictos ocurridos desde entonces —149 según la cronología del Nouvel Observateur— han constituido el mayor desafío a la autoridad de la organización mundial.

En ellos se han reflejado los intereses alternativos de las grandes potencias, tanto como la multiplicación y ascenso de los países en desarrollo. Es el caso con mayor número de violaciones al derecho internacional y la prueba de ácido de la autonomía de los pueblos. A pesar de la resolución 242 del Consejo y de las votaciones abrumadoras de la Asamblea, a Palestina se le ha negado el derecho a ejercer soberanía sobre su propio territorio.

De todas las guerras que han sufrido los palestinos, ésta es la más premeditada y aquella que pretende asentar una hegemonía irreversible. Preparada con varios meses de antelación a pesar de la tregua de junio, fue montada sobre la fragilidad financiera generada por la crisis y calculada para estallar en el interregno político de la sucesión estadounidense.

Contó con la evidente complicidad de un gobierno en agonía y con la sospechosa pasividad del presidente electo. El silencio de éste no se explica por respeto a su antecesor sino por la ventaja de guardarse la última palabra, cuando se hayan desgastado todos los esfuerzos diplomáticos.

Por eso mismo se debió actuar con máxima celeridad, orillando a cada Estado miembro a asumir los costos de sus decisiones. Así lo hicimos durante nuestro desempeño, adelantado y promoviendo proyectos de resolución. Así logramos —el 19 de junio de 1981, cuando ejercíamos la presidencia— la única condena unánime del Consejo a Israel en su historia, incluyendo el voto de Estados Unidos.

La reacción mexicana respecto de esta agresión no pudo ser más inocua y tardía. Involucrados informalmente en los trabajos del Consejo desde diciembre pudimos haber avanzado una posición categórica y buscar alianzas entre los actores europeos, africanos, asiáticos y latinoamericanos. Resucitar un liderazgo por todos reconocido.

El comunicado del 3 de enero es un medroso saludo a la bandera. El del día 6 es un epitafio diplomático. De modo insólito, condena el uso “excesivo” de la fuerza, cuando está proscrita cualquier modalidad de su empleo. Alude al “derecho y la obligación de garantizar la seguridad de sus habitantes”, torturando el texto del artículo 51 sobre legítima defensa, de naturaleza temporal y circunscrita al “ataque armado contra un Estado miembro”.

Qué estreno tan triste: ceder ante la doctrina predilecta de la derecha estadounidense —la guerra preventiva— y cerrar los ojos frente a la barbarie. Para un país vulnerable ello resulta francamente suicida. A quién sirve, cabría preguntarse, ese papel solícito de renegados.

La voz de México —nación como pocas agredida y mutilada— está cargada de historia. Los principios que hemos postulado son nuestro propio escudo. No es por altruismo sino por estrategia vital que los hemos defendido.

Abandonarlos, justo cuando el país se encuentra desgarrado por la violencia, constituye el más ominoso de los desistimientos.

La infiltración

Luis Javier Garrido

La entrega del país a los intereses trasnacionales se está acelerando en el marco de la crisis del modelo neoliberal, pues ésta está siendo aprovechada a fin de liquidar la capacidad soberana de México para controlar sus recursos estratégicos y sus políticas.

1. El relevo en la Casa Blanca el próximo 20 de enero no parece que vaya a constituir un cambio mayor en lo que han sido las políticas de Washington hacia nuestro país en los ocho años de la administración de George W. Bush, que ha buscado someter por completo a México en función de los turbios intereses que representa, y las amenazas que se ciernen sobre México son cada vez mayores, en particular por la venalidad y falta de patriotismo no sólo del gobierno espurio y de sus integrantes sino de la “clase política” mexicana en su conjunto, como se ve de manera cada vez más insistente.

2. La iniciativa que el PRD anunció va a presentar en la Cámara de Diputados a fin de que se vote “un punto de acuerdo” para que el pleno exhorte al gobierno de facto de Felipe Calderón “a denunciar a los cárteles del narcotráfico como probables responsables de cometer actos de terrorismo en el país” y puedan ser por lo tanto “incluidos en la lista mundial de organizaciones terroristas”, según informó La Jornada el martes 6, y que fue presentada como una muestra de preocupación por la situación crítica por la que atraviesa el país, constituye en realidad un gravísimo acto de traición a México pues supone hacerle el juego al gobierno de Washington para que con esta declaración tenga vía libre para intervenir militarmente en nuestro país.

3. El diputado perredista Cuauhtémoc Sandoval (secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara) justificó –como si fuera poco– tamaño despropósito con los argumentos de los halcones del Pentágono, diciendo que ante la amenaza que representan los cárteles de México, tanto para el mundo (pues sostiene que operan en 47 países) como para la vida democrática de México (ya que afirma un 63 por ciento de los gobiernos municipales se hallan infiltrados por ellos), esta decisión permitiría uncir el marco jurídico nacional a los principios que están forjando los poderes trasnacionales, lo cual para cualquier observador indica que hay una connivencia entre los autores de esta bellaquería y los republicanos de Washington, que han encontrado en Calderón una dócil marioneta para sus propósitos, pero también en muchos grupos de la “clase política”.

4. El proyecto actual de la globalización neoliberal impuesta al mundo por Estados Unidos fundándose en las doctrinas neoliberales no ha cejado tras el inicio de la crisis financiera que ha revelado ser la punta del iceberg de la crisis estructural del modelo, y México sigue siendo unos de sus principales objetivos. Los intereses hegemónicos de las grandes corporaciones y del gobierno de Washington han hecho de nuestro país un objetivo central de sus acciones, tanto por haber sido el Estado mexicano el más vigoroso de América Latina, como por sus riquezas básicas y su situación estratégica, empresa que se les está facilitando por tener una de las burocracias gobernantes más corruptas del continente.

5. La “clase política” mexicana, vinculada a los designios de los jefes revolucionarios (1917-1940) y más tarde a los intereses empresariales nacionales (1946-1982), sufrió una profunda transformación en los años 80 durante el sexenio de De la Madrid, y ya en los años de Salinas los políticos mexicanos aparecieron uncidos a intereses inonfesables: no sólo a los grupos empresariales nacionales y a los propios cárteles del narco, sino también a tenebrosos intereses trasnacionales: como verdaderos infiltrados del exterior. La consulta sobre el petróleo de 2008 permitió entre otras cosas constatar cómo un puñado de políticos traidores al país, en abierta connivencia con las corporaciones extranjeras, buscan entregar la riqueza petrolera de México al exterior.

6. El gobierno republicano de Bush hizo aprobar por el Congreso la llamada USA Patriot Act, o Ley Patriótica, tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, y luego de que la promulgó el 26 de octubre de ese mismo año, ésta se tornó en el sustento de la política intervencionista de los republicanos, pues según ella Washington se arroga el derecho de intervenir en cualquier región del planeta o contra cualquier grupo social que estime como terrorista, y esto no puede ser ignorado por la cúpula perredista ni por el diputado Sandoval.

7. La estrategia de las agencias estadunidenses en México ha tenido por consiguiente dos etapas: la primera ha sido la de crear un escenario de terror en nuestro país con las acciones de violencia provocadora del gobierno calderonista, buscando generar un baño de sangre, amedrentar a la población y conducir a un mayor deterioro de las instituciones, y la segunda la de instaurar un nuevo marco jurídico trasnacional, en el cual la nueva legislación penal y procesal penal, las extradiciones y los jueces “sin rostro”, es decir, la cancelación de las garantías constitucionales básicas, están siendo un paso definitivo que ahora busca tener la cereza en el pastel: la declaración por ambos países de que los cárteles mexicanos son organizaciones terroristas.

8. Los últimos meses el país ha atestiguado un discurso delirante del propio Bush y de los funcionarios de su gobierno, magnificando el papel de los cárteles mexicanos (como si no hubiese cárteles en Estados Unidos ni en Colombia y el resto del mundo), afirmando una y otra vez que son un gravísimo peligro para Estados Unidos. El miércoles 7 tan sólo, Televisa difundía las declaraciones de Stephen Hadley, asesor de Seguridad Nacional de Bush, diciendo que “el narcotráfico amenaza la democracia en México”. La amenaza a la democracia para nuestro país no la constituyen pues Calderón y Fox, o la Gordillo, sino los cárteles.

9. Una declaración de Felipe Calderón, avalado por el Congreso mexicano, afirmando que decenas de miles de compatriotas –incluyendo a los campesinos pobres que se dedican al cultivo– son terroristas, como lo pretende la iniciativa del PRD, y atrás de un sector de este partido el gobierno de Washington, sería de inmediato respondida por otra similar de los congresistas estadunidenses y permitiría al futuro gobierno de Barack Obama, en nombre de la Patriot Act, intervenir militarmente de manera abierta en México: colombianizando el país.

10. La intentona es, sin embargo, una nueva engañifa, pues no hay una lucha contra el narcopoder. George W. Bush es miembro de una familia que ha hecho su fortuna en buena medida con el narcotráfico, y Felipe Calderón representa los intereses del salinismo, que son también los del narcopoder. Lo que hay atrás de estas declaraciones es otra cosa: es la entrega del control de México a Washington, y eso millones de mexicanos no lo van a permitir.

Al filo de la década perdida

Carlos Fernández-Vega

* Al filo de la década perdida

* El cero por ciento sería la mejor noticia


Al ritmo que va, México avanza con pasos agigantados hacia una segunda “década perdida”, tal como la vivida en los años 80. Ya con la “reconsideración” anunciada ayer por el secretario de Hacienda, en lo que se refiere a metas económicas 2009 y en el supuesto de que esos “ajustes” se cumplan –pues la perspectiva es aún peor–, la tasa anual promedio de “crecimiento” en lo que va del siglo XXI se aproximaría a 2 por ciento, apenas por arriba de 1.6 por ciento registrado de 1981 a 1989. Y no es que los 90 hayan sido la panacea, pero si se comparan los resultados de los primeros nueve años de cada década, desde los 70, el resultado parece más un conteo de KO en el box: 3, 2, 1, fuera…

Finalmente el secretario Carstens aceptó que era necesario reconsiderar el escenario económico por él previsto para 2009. Se esperaba el anuncio paralelamente a la presentación del ANFEFE-PVM (Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo-Para Vivir Mejor), pero hay que recordar que al inquilino de Los Pinos le gusta el boato, no la realidad.

Pospuesta 24 horas, el doctor “catarrito” se animó a divulgar la susodicha reconsideración: en 2009, la economía mexicana ya no “crecerá” 1.8 por ciento como había previsto, tras reducir la estimación original de 3 por ciento; ahora aceptó que si van bien las cosas el resultado será cero por ciento. “Pensamos que nuestra economía no crezca, pero tampoco decrezca... nuestro pronóstico central es que nos quedemos en cero”, y con ese espantoso cero la tasa anual promedio de “avance” en la primera mitad del calderonato sería de 1.67 por ciento, siempre que en 2008 el PIB “progrese” 1.8 por ciento y que en el presente año la mejor noticia sea que de cero por ciento fue el resultado del “navío de gran calado”. De ese tamaño resultó ser la “gripa”.

Con esos resultados económicos, junto con los del sexenio foxista, los primeros nueve años del siglo XXI arrojarían una espeluznante tasa anual promedio de 2.08 por ciento, en el mejor de los casos, muy cerca ya del 1.6 por ciento anual de aquella década perdida de los años 80, bautizada así por la Cepal, cuando de la mano caminaron privatizaciones, “ajustes estructurales” y “reformas modernizadoras” que permitirían al país, según la versión oficial, hablarle de tú a los dioses.

Muy lejanos a esa idílica versión oficial han sido los resultados. Son muchas las cifras y engorroso su entendimiento, pero vale decir que en los nueve primeros años del siglo XXI, si las cosas van bien, la economía mexicana crecería a un ritmo 3.1 veces menor al reportado de 1971 a 1979, cuando la tasa anual promedio llegó a 6.43 por ciento. Como lo señalamos líneas arriba, en igual número de años, pero de los 80, dicha tasa fue de 1.6 por ciento, para incrementarse, en igualdad de tiempo, a 3.16 por ciento en los 90, dos veces menos que 20 años atrás, y caer a 2.08 en el citado periodo del nuevo milenio.

Entonces, si las cosas se mantienen como van, en 2010 (año del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución), los neoliberales podrán celebrar que en casi 30 años lograron dos derrotas estrepitosas y un milagroso empate: dos décadas económica y socialmente perdidas, y una salvada de panzazo.

El michoacano de los discursos vigorosos y las acciones lerdas, se comprometió a que la economía crecería a una tasa anual promedio de 5 por ciento; en su primera mitad a duras penas llegaría a 1.67. Ciertos integrantes de su círculo han dicho que “la meta se alcanzará”, aunque “al final del sexenio”. Pues bien, para que ello ocurra, de 2010 a 2012 la tasa de crecimiento económico tendría que ser de cuando menos 8.4 por ciento por año para que el del “navío de gran calado” cumpliera su compromiso, lo que a leguas se sabe imposible.

Tiempo atrás comentamos en este espacio que el acceso al desarrollo se convirtió en una ilusión para los mexicanos, y en una asignatura igual de pendiente que de vergonzosa para los cuatro gobiernos que de 1982 a 2006 pasaron por Los Pinos. El de Calderón va que vuela para ser el quinto al hilo, con idénticos resultados. En el balance de poco más de cinco lustros, el único perdedor ha sido el mexicano de a pie, atiborrado de propaganda barata (por contenido, no por precio).

Resumimos los resultados: Miguel de la Madrid “garantizó” un crecimiento económico anual de 5.5 por ciento, pero en los hechos se registró un espeluznante 0.34 por ciento como tasa anual promedio; Carlos Salinas de Gortari “aseguró” 6 por ciento anual, pero no pasó de 3.9; Ernesto Zedillo se “comprometió” a 5 por ciento anual, y de milagro llegó a 3.5 por ciento; Vicente Fox juró y perjuró que sería de 7 por ciento por año, pero en los hechos alcanzó 2.3 por ciento, con el peor resultado del neoliberalismo mexicano, hasta ese momento. Calderón ofreció 5 por ciento anual, y en la primera mitad de su estancia en Los Pinos a duras penas habrá alcanzado 1.67 por ciento.

De acuerdo con el discurso oficial, la economía crecería a una tasa anual promedio cercana a 6 por ciento a lo largo de esos poco más de cinco lustros; en los hechos, de milagro ha sido ligeramente superior a 2 por ciento. Lo anterior sin olvidar que cada uno de los cinco inquilinos de Los Pinos involucrados en el citado periodo “oportunamente” presentaron su pacto-programa-acuerdo de “estabilidad”, “despegue” y “crecimiento”, aderezado con todo tipo de “ajustes”,“reformas” y “modernizaciones”. Todo, para concluir que el país se mantiene al filo de otra década perdida.

Y la cereza del día: la inflación oficial en 2008 fue de 6.53 por ciento, la mayor desde 2000.

Las rebanadas del pastel

“Exageran los palestinos”, dicen algunos, pero más de seis décadas de “retraso” ¿no es suficiente motivo?: “el 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución 181 (II), posteriormente conocida como la Resolución de la Partición de Palestina. En ella se dispuso la creación de un Estado judío y un Estado árabe en Palestina, con Jerusalén como corpus separatum regido por un régimen internacional especial. De los dos Estados previstos en dicha resolución solamente se ha creado uno: Israel. La cuestión de Palestina no se ha resuelto aún y los palestinos todavía no han logrado ni ejercido los derechos inalienables reconocidos por la Asamblea General, a saber, el derecho a la libre determinación sin injerencia extranjera, el derecho a la independencia y la soberanía nacionales, y el derecho a regresar a sus hogares y a que se les restituyan sus bienes” (texto de la propia ONU)… El Club de Periodistas de México invita al 35 Foro “La verdad sobre nuestros energéticos y las alternativas ciudadanas”. Participan el colega Enrique Pastor Cruz Carranza, Angelberto Martínez Gómez, Eusebio Valdés Morales, Francisco Carrillo Soberón y Antonio Gershenson. Moderan Celeste Sáenz de Miera y José Manuel Orozco Garibay. La cita es hoy a las 18 horas en Filomeno Mata 8, Centro Histórico.