jueves, diciembre 11, 2008

El problema es Calderón

Por Jesús Anaya Rosique

Denuncia reiterada del abogado José Antonio Ortega: “no podemos abatir el delito del secuestro por la complicidad de los altos mandos de la seguridad pública: existe una protección al crimen organizado en secuestros y narcotráfico”. La autora de este libro ha investigado para distintos medios nacionales la corrupción y el abuso de poder de la cúpula política; en dos libros anteriores documentó las fechorías de Fox, Marta Sahagún, sus hijos y allegados: La familia presidencial (2005) y Fin de fiesta en Los Pinos (2006). “El silencio es el mejor cómplice de la impunidad… tenemos derecho a saber quiénes y cómo son los que nos gobiernan… La corrupción cobra víctimas de carne y hueso, secuestradas, extorsionadas o asesinadas, niños, mujeres y hombres… La impunidad nutre a la corrupción y a la violencia”. ¿Hasta cuándo tanto dolor de las víctimas del poder cómplice o negligente?

Se cuenta aquí la estremecedora historia del presidente y sus cómplices: los episodios del asalto al poder (cómo ganar la candidatura presidencial del PAN, infiltrar al IFE, el contubernio con la pareja presidencial para impedir su castigo…); la familia Mouriño: negocios y política, el irresistible ascenso de JC “el guapo”, los 167 contratos petroleros, Big Brother en Los Pinos, el dúo súper poderoso (Mouriño/García Luna); la escalofriante historia del “Guionista”: su maestro, sus protectores (entre otros, el segundo hombre más rico del mundo), un impresionante cuadro de “la hermandad de GL”; y el devastador retrato de un presidente…

Relata la autora que en la transición de Fox a Calderón, “el director de la AFI, Genaro García Luna, apareció en una lista negra elaborada por altos mandos militares… advertían de su sombrío historial”. A pesar de eso y gracias a Mouriño, Calderón lo designó secretario de Seguridad Pública: “él y su equipo más cercano han sido durante los últimos 8 años blanco de señalamientos por abusos de poder, simulación, corrupción y mentira… muchos de sus colaboradores tienen fundadas acusaciones por extorsión y protección a secuestradores y narcotraficantes. La sombra de la duda poco a poco se ha convertido en una certeza. Y lo que parecían hechos aislados se han transformado en modus operandi…” Esta prolija investigación periodística fundamenta las respuestas a múltiples interrogantes: “ante la gravedad de los hechos fui más meticulosa, crucé datos, hablé con protagonistas de esta historia, rescaté documentos oficiales, expedientes enterrados, grabaciones desconocidas…”

Al cerrar el libro, nos preguntamos: ¿qué sigue? La autora (igual que muchos periodistas) ha hecho su trabajo a conciencia, ahora toca a los órganos de justicia, a la sociedad y a los políticos honestos hacer su tarea. Este libro no tiene conclusión: de los 3 responsables señalados, uno ya tuvo un final trágico, otro debería renunciar a su cargo y en todo caso defenderse de las graves acusaciones que recaen sobre él o ser procesado; el tercero, el que ha favorecido y encubierto a los dos anteriores debería abandonar la presidencia por complicidad e incompetencia… Recordemos que por mucho menos Nixon tuvo que dimitir en 1974, igual que el brasileño Fernando Color de Mello en 1992. Anabel Hernández afirma: “Quiero contribuir con mi trabajo a que México sea un país libre de impunidad y la corrupción no sea más una conducta institucionalizada del Estado; ambas sólo se pueden romper con la denuncia y el reclamo social”.

Nota: 80 lectores solicitaron la obra que reseñé la semana pasada, así que a los 50 ejemplares ofrecidos pude sumar 30 más. Agradezco su interés y les pido paciencia para la entrega.

anaya.jess@gmail.com

Anabel Hernández, Los cómplices del presidente, Grijalbo, México 2008, $195, 424 pp. ISBN 978-607-429-067-7