jueves, noviembre 20, 2008

La tarea pedagógica

Por Jesús Anaya Rosique

Afirma el autor: “La escuela es una institución compleja, con fines ambiguos e, incluso, contradictorios… le toca transmitir valores y, a la vez, preparar para la vida… es una institución social de reclutamiento forzoso, que ha de educar en la libertad… un crisol de participación y de convivencia, un imprescindible taller de democracia”.

Los textos reunidos en este libro giran en torno a la difícil tarea de educar en la sociedad actual. Su autor ha sido profesor en todos los niveles escolares y es doctor en ciencias de la educación y catedrático en la Universidad de Málaga. Define la educación como una tarea paradójica, donde el educador trabaja con “materiales” muy delicados: emociones, sentimientos, ideas, actitudes, valores. Existe además una infinita diversidad entre los destinatarios del proceso: “cada alumno es diferente, único, irremplazable, tiene su propio ritmo de aprendizaje, motivación, capacidad, contexto”.

“Estamos inmersos en una cultura neoliberal que impone competitividad, individualismo, obsesión por la eficacia. La educación crítica, por el contrario, descansa en la solidaridad y el respeto… se preocupa por los procesos, el esfuerzo, la dimensión cualitativa de la acción… intenta convertir las dificultades en retos y estímulos… y construir una institución que vaya contra la corriente”. La tarea del profesor “no es domesticar sino hacer libres a sus alumnos”. Savater dice que el maestro es un “suicida” porque tiene que ser progresivamente prescindible para sus alumnos… “Cuando un alumno no aprende, el profesor tiene que cuestionar cómo ha enseñado”.

La metáfora de la educación como fabricación es una constante en la pedagogía: “como proyecto de dominio del educando y de control total de su destino acaba en la destrucción y el fracaso, porque la educación ha de conducir a la autonomía”. Hace falta una ”revolución copernicana en la pedagogía… La instrucción es obligatoria pero el docente no tiene poder sobre la decisión de aprender del alumno”.

El principal encanto del magisterio consiste en “ayudar a pensar, a disfrutar con el conocimiento y hacer posible que los alumnos aprendan cómo y donde lo pueden adquirir”. Diez rasgos que caracterizan a los mejores profesores: “generan expectativas, parten de lo cotidiano, dominan su materia, esperan más, son abiertos, aman la docencia, son autocríticos, crean entornos para el aprendizaje, evitan la arbitrariedad, forman comunidad”. Están surgiendo en el mundo experiencias de escuelas al margen del sistema obligatorio de enseñanza, que encierran una crítica a la escuela tradicional y constituyen un intento de repensar el proceso de socialización y educación del ser humano. Lo que se aprende hoy en la escuela tiene valor de uso (interés, utilidad, importancia) y valor de cambio (se canjea por una calificación, sea cual sea su valor). “Aprobar resulta más importante que aprender”. Las pruebas de evaluación escolar (PISA, etc.) sólo miden resultados cuantitativos, no los procesos de aprendizaje ni la adquisición de valores y actitudes solidarias. Se requieren evaluaciones que propicien comprender y mejorar lo que hacen los maestros.

Esta obra es una suma de ideas paradójicas y estimulantes, recomendada para todos los actores del proceso educativo: maestros, padres de familia, funcionarios… y alumnos.

anaya.jess@gmail.com

*Miguel Ángel Santos Guerra, La pedagogía contra Frankestein y otros textos contra el desaliento educativo, Graó, Barcelona 2008, $227, 192 pp. ISBN 978-84-7827-533-5

El interregno

John Saxe-Fernández
http://jsaxef.blogspot.com


Mientras el 4 de noviembre se realizaban los comicios en Estados Unidos, el New York Times advirtió al electorado sobre los graves riesgos que entrañan los 77 días que faltan para el comienzo del nuevo gobierno, en manos de Bush, Cheney y compañía. La admonición, vertida en un insólito editorial institucional –“Tan poco tiempo, tanto daño” (p. A/34)– denuncia medidas que, como “bola de demolición”, son lanzadas en lo que resta a ese lamentable régimen que padece el mundo, en particular las familias de más de 1.2 millones de muertos iraquíes, una ocupación y carnicería que Bush desea prolongar tres años más. La camarilla de los grandes monopolios en la Casa Blanca busca ropajes jurídico-temporales para tapar sus crímenes de guerra e intenta cerrar espacios y colocar candados.

La letanía de desgracias que Bush intenta legar a su sucesor mencionadas por el NYT, en modo alguno exhaustiva, incluye cambios en reglas y otras medidas que se agregan a un cúmulo de leyes, violaciones constitucionales y de derecho penal internacional como la Ley Patriota; la abrogación de la ley Posse Comitatus de 1878, que prohíbe al Ejecutivo el uso de las fuerzas armadas en territorio nacional; la nueva Ley Marcial, que otorga poderes al Ejecutivo, como el uso de la Guardia Nacional sin autorización de gobernadores y legislaturas estatales; la suspensión del habeas corpus, todo ello –y mucho más– gestado bajo el arrastre del 11/9, aprovechado, además, para justificar la agresión y ocupación petromilitar de Irak y Afganistán.

Como en la Alemania nazi, también en Estados Unidos el funcionamiento del orden jurídico, a nivel nacional e internacional, se sustenta en el estado de excepción, confundiendo la excepción con la regla: “todavía no conocemos todas las formas en que el gobierno ha violado los derechos ciudadanos con la excusa de luchar contra el terrorismo”, dice el NYT al revelar que el fiscal Michael Mukasey lanzó nuevas reglas para permitir que agentes de la FBI utilicen temerarias técnicas violatorias de la privacidad para obtener información, “aun si no hay evidencia de fechoría”. Se avala el uso de espías “para infiltrar a grupos legales, dedicarse a la vigilancia física prolongada y mentir acerca de su identidad al realizar interrogatorios a los vecinos, familiares o compañeros de trabajo” de algún inocente “sospechoso”, así como el uso de éstas y otras técnicas de vigilancia en grupos identificados por su raza, etnia o religión.

En giro reciente, Bush se retractó y decidió no cerrar Guantánamo y además insiste en arrebatarle a los venezolanos soberanía y petróleo mediante un golpe contra Chávez, luego de las elecciones regionales que se realizarán en Venezuela el 23 de noviembre. El periodista José Rangel informa de las actividades de oficiales de Estados Unidos para entrenar “a personas de la oposición en tácticas subversivas”. Los operativos en Guantánamo y Venezuela son expresión del tumulto de “desechos innobles” que deja Bush a Obama en las cloacas de la burocracia de seguridad. Otro objetivo suyo: debilitar normas para limpiar aire, agua y proteger especies en riesgo de extinción, todo a favor de monopolios petroleros, mineros, del carbón y químico-farmacéuticos.

En septiembre se tomaron “pasos perturbadores” para restaurar la condonación de impuestos a bancos que incurrieron en grandes pérdidas por otorgar préstamos chatarra. Dice el NYT que JP Morgan Chase y otras firmas “planean usar el rescate para realizar fusiones y compras, transacciones muy beneficiadas por el nuevo subsidio impositivo”. El alcahueteo de los talibanes de las finanzas fue llevado al G-20 bajo el principio bushiano de, como dice Elmar Altvater, “sacar buenos dineros de la mierda chorreante”, un sueño de alquimistas medievales que trataron de convertir “materiales innobles en reluciente oro”.

En el interregno Bush, Paulson y Bernanke se esfuerzan por convertir el colapso económico en un desastre peor que la Gran Depresión.