martes, octubre 07, 2008

Autoritarismo y maiceo, fórmula para acallar a la oposición

J. Enrique Olivera Arce

En una postura de absoluto desprecio a la opinión, justificada o no, de un buen número de profesores y estudiantes normalistas, Josefina Vázquez Mota, titular de la SEP, aseveró que el gobierno federal no dará marcha atrás en el objetivo de mejorar la calidad de la educación, haciéndole segunda a Elba Esther Gordillo. Actuando como caja de resonancia, connotados lectores de noticias en los medios electrónicos califican a las movilizaciones de profesores y estudiantes en diversas entidades federativas y en el Distrito Federal, como manifestaciones de revoltosos; llegando al extremo del oportunismo de colgarles la etiqueta de “secuestradores” de los derechos de los niños, con la clara intención de crear el vacío social a quienes se oponen a la cuestionada alianza por la calidad educativa que promueve el SNTE.

Así, lo que se inició como una cortina de humo para cubrir las ineficiencias del sistema educativo nacional, señaladas y calificadas internacionalmente, propiciando en paralelo la privatización de la educación pública, hoy para la SEC y la camarilla de Elba Esther en el SNTE toma visos de bola de nieve, que crece conforme pasan los días. Conformándose uno más de los escenarios de confrontación con la sociedad civil en los esfuerzos fallidos del ejecutivo federal de establecer un mínimo de legitimidad, que permita afianzar la deteriorada gobernabilidad del país.

No faltando las lecturas de analistas políticos y comentaristas de los medios nacionales, que interpretan la postura autoritaria de Vázquez Mota como un anticipo a la que asumirá el gobierno calderonista en pleno en el momento en que el PRI, PAN y la mitad de los legisladores federales del PRD, bajo la conducción de Jesús Ortega, aprueben las iniciativas de reforma a la industria petrolera nacional. Las que por cierto, en Nueva York, Calderón Hinojosa calificara la semana anterior como urgentes para hacer frente a la crisis económico-financiera de nuestros vecinos del norte que ya afecta a México.

Si esto es así, como se supone, el gobierno federal daría por concluido el debate nacional en torno al petróleo y cualquier manifestación, contraria a las iniciativas aprobadas, sería criminalizada y sujeta al escarnio público por parte de los medios, en especial los electrónicos. Bajo el también supuesto que ya maneja la reacción de que el PRD y el gobierno del Distrito Federal, adecuadamente maiceados, ya han desplazado al hombre de Nacajuca en la conducción del movimiento social y que AMLO, derrotado y ya sin base social de apoyo, se prepara para tomarse un obligado descanso, abandonando a su suerte a sus pocos seguidores.

Criminalizada la protesta social, poco podría esperarse de una oposición de izquierda, dispersa, frustrada, en su mayoría apartidista, frente a una mayoría ciudadana manipulada por los medios. Las condiciones de “paz social” y “legitimidad de las instituciones”, estarían dadas para un proceso electoral terso, pacífico y “democrático” en el 2009.

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El colapso capitalista y las nuevas realidades

Homar Garcés

La más reciente crisis del mundo capitalista -con Estados Unidos a la cabeza- augura un panorama mundial sombrío en el cual serán rasgos constantes los aumentos de inflación, las salidas de capital, la caída del crecimiento y la elevación del índice de desempleo en muchas de las naciones afectadas por dicha crisis.

Algunos estudiosos se animan a afirmar que el capitalismo financiero, tal como fuera conocido desde los años 70 del siglo pasado, ha culminado estrepitosamente, a pesar de los recursos que desea inyectarle el gobierno de Bush en su pretensión de hacer menos traumática la situación creada por la ambición y la irresponsabilidad de entidades bancarias que no midieron el desenlace de sus acciones.

En el caso estadounidense, las repercusiones de tamaña crisis tocan los cimientos de una sociedad que se sintió segura, producto de la explotación y la dependencia de los países del Tercer Mundo, pero que -ahora- es víctima de la incertidumbre. Sus ciudadanos saben que esta crisis capitalista no se limita nada más al mercado hipotecario sino que se extiende también a todas las formas de crédito al consumo, las tarjetas de crédito, los créditos a las empresas, el mercado de acciones y su financiamiento y, en un nivel superior, la financiación de la compra, liquidación y reestructuración de muchas corporaciones. Esto los hace mostrarse renuentes a aceptar el plan de rescate o de salvataje presentado por la administración Bush, ya que la consideran una privatización de las ganancias y la socialización de las pérdidas derivadas de esa crisis, o lo que es lo mismo, un rescate de los banqueros ricos y no de los deudores pobres. En esencia, algunos economistas estadounidenses se oponen al concepto del rescate bancario porque el plan es un subsidio a los inversionistas al costo de los contribuyentes.

De todo esto, se concluye en que el neoliberalismo económico ha quedado al descubierto, resultando ser una gran falacia para el progreso. Al mismo tiempo, las secuelas negativas del libre mercado echan por tierra la presunta eficacia de las recetas del llamado Consenso de Washington, diseñado y puesto en marcha a principios de los años 90 del siglo pasado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Con esta iniciativa neoliberal se pretendía alcanzar el crecimiento de los países en desarrollo, recomendándoles, entre otras cosas, la flexibilización laboral y la privatización de las empresas del Estado y de los servicios públicos, incluida la educación y la salud. Ahora el Presidente Bush y sus asesores económicos piden intervenir el mercado, contrariamente a las recomendaciones hechas a los países víctimas de la debacle de sus economías dependientes, lo cual confirma la tesis esgrimida por algunos gobernantes de tendencias izquierdistas y progresistas de controlar el aparato económico y sus fluctuaciones.

Asimismo, está demostrado que el viejo Estado burgués sólo responde a intereses de la clase capitalista, por lo que será necesario sustituirlo por completo por uno que sí responda a la gran mayoría de los ciudadanos. Tal como lo indica Jorge Altamira en uno de sus análisis, “bancos, mercados de capitales y sistemas monetarios han servido para separar hasta proporciones o niveles desconocidos, el valor de cambio de las mercancías producidas (y de toda actividad social en general) de su valor de uso social; al capital del trabajo; a la producción de la acumulación, para darle en definitiva esta dimensión colosal a la crisis. El Estado no es la solución del problema sino parte de él, y es por eso que el derrumbe actual es, ya mismo, potencialmente revolucionario”. Esto último pudiera promover conflictos a escala interna y, posiblemente, mundial porque sería preciso tratar de represar la alta conflictividad social que impondría el surgimiento de nuevas realidades, entre las de mayor peso, el derrumbe del capitalismo, cuestión que -a pesar de lucir remota- cambiaría radicalmente la sociedad que conocemos.

Modificación de la Orientación del Presupuesto

Celso C. Hernández Rojas*

En noviembre del año pasado, luego de una maratónica sesión de la Cámara de Diputados , se aprobó el presupuesto con la votación unánime de todas las fracciones parlamentarias, obteniendo 446 votos a favor, 6 votos en contra y 3 abstenciones, el presupuesto del año pasado fue de 2 billones 569 mil millones de pesos, 8% mayor que el de 2007. Esto se logro porque los partidos de la oposición lograron, una ampliación del presupuesto, al incrementar el precio de referencia del petróleo y así tener más recursos y en conjunto se reasignaron 70 mil millones de pesos.

La discusión del presupuesto del año pasado estuvo marcada por los problemas del sector agropecuario, ya que al operar en plenitud el libre comercio, en granos y pollo, los productores nacionales quedaban en gran desventaja, y todos los recursos que se orientaron a tratar de minimizar el efecto de la entrada libre de importaciones fueron magros al no poder detener los efectos de la invasión de productos comestibles extranjeros.

Los recursos presupuestados para 2009 son del orden de 2 billones 820 mil millones de pesos, 5% mayor que el presupuesto de 2008. La orientación del presupuesto, en la propuesta de Hacienda , se sitúa en dos direcciones: gasto en seguridad y gasto social , que en realidad es orientar recursos a las elecciones intermedias del 2009 para favorecer al partido en el poder y continuar con la guerra al narco. Y bien vistas las cosas, parte de los recursos que se reorientan son los que el año pasado habían sido asignados al campo y que ahora se reorientan, lo mismo que en comunicaciones ; al parecer al menos en un tema relevante el gobierno ha perdido la discusión y tiene que ver con la reactivación económica, tema que se excluye intencionalmente del gasto público .

En estos días, posteriormente a la quiebra de Fanny Mac y Fredy Mac , las dos más grandes hipotecarias norteamericanas, de la insolvencia de Lehmans Brothers , el cuarto banco más importante de Estados Unidos ; y de la intervención de la aseguradora AIG ; previniendo una crisis financiera de repercusiones impredecibles, el todavía presidente George Bush junto con el Secretario del Tesoro , ha presentado una iniciativa de rescate bancario, por la no menos impresionante cantidad de 700 mil millones de dólares, el mismo caso que el FOBAPROA de 2004 en nuestro país; mientras tanto en México, el Secretario de Hacienda Agustín Cartens primeramente salió a decir que a la economía mexicana no le iba a pasar nada y al otro día corrige señalando que los efectos serían atenuados, cuando el FMI y Banco Mundial, señalan que se esta viviendo una crisis sin precedentes en la economía Norteamericana.

Esto se debe señalar porque, en lo general, el desempeño económico del gobierno federal ha sido muy malo para los mexicanos, pese a tantos ingresos extraordinarios del petróleo; estos, más que en el sexenio pasado, se siguen utilizando discrecionalmente para pivotear problemas, en una especie de apaga fuegos sin fin, o cuando no van al gasto corriente y a manos de la corrupción gubernamental.

De igual manera, se debe señalar que el pronostico económico fijado en las metas macroeconómicas en el año que transcurre, se fueron a la baja; comenzamos con un 3.7% del PIB y se esta pronosticando el cierre del año en 2.4%, que para un año de crisis global, se hablaría de un desempeño adecuado, pero siendo este una acumulación de año tras año, se habla de un desempeño gris, ya que es más tiempo perdido sin crecimiento económico y lleno de padecimientos para la población. En ese mismo sentido se encuentra la inflación: teniendo una meta del 3.8% al cierre del año, se presentará, de continuar esto así, en el 5.6%, lo cual contrasta con lo que en las revisiones salariales lograron los sindicatos, ya que tan sólo alcanzaron el 3.8% en el año, esto es perdida neta del poder de compra de los trabajadores, que evidentemente el gobierno federal no resarcirá.

El gasto en seguridad , e incluso el gasto social , son gastos improductivos, por tanto no tendrán repercusiones en el empleo permanente o en la creación de demanda productiva; si acaso creara empleo temporal o en el consumo final, pero su magnitud es tan limitada que no va a impactar en la demanda, de manera tal que esto sea el detonante de una reactivación económica importante, por ello se habla de que continuará el estancamiento económico en el año siguiente.

Entonces ¿que elementos importantes podemos extraer de esta discusión?, lo importante es el papel que pueda tener en el Congreso la oposición, si es que realmente puede articular un presupuesto con otras prioridades, lo cual en este sentido se ve bastante difícil, luego del efecto mediático de los actos terroristas en Morelia, más bien la derecha los puede utilizar incluso para pedir poderes especiales y que pueda operar el poder judicial y el propio ejercito con las consecuentes perdidas de derechos humanos y del propio marco de derecho, pero no abundemos en este sentido, sino más bien,. Como ha sido en el largo plazo el comportamiento de las sociedades luego de esas turbulencias de la derecha; la situación se juzga por sus resultados económicos, y aquí estos están ausentes.

Señalábamos la capacidad de los grupos parlamentarios para ejercer un real papel de oposición y no lo que se realizo en el pasado, en el que se dieron por satisfechos con la reasignación de 70 mil millones de pesos, cuestión sumamente limitada, ya que la orientación del presupuesto en el año pasado quedo intacta, y ahora este sería el mismo panorama, puesto que, si bien, se pueden reorientar un conjunto de recursos del presupuesto, estos son insuficientes, lo que se requiere son medidas de mayor profundidad, como el de generar dos o tres rubros más en los que se privilegie el presupuesto y a partir de ello reorientar las políticas públicas.

Se requiere que las políticas públicas se reorienten a la inversión productiva y social y no se continué con ese asistencialismo electoral en el que ahora se debate el llamado gasto social, porque como se ha demostrado, esto sólo persigue fines electorales para el partido en el Poder. La sociedad mexicana, espera que las cosas cambien aunque sea un poco, porque la continuidad de las políticas neoliberales acaba con la paciencia y la esperanza, y una de sus expresiones más latentes es la emigración,

*Miembro del Taller de economía Social y Políticas Públicas de la facultad de Economía de la UNAM.

Destacan independencia de Latinoamérica ante crisis económica

Caracas, 7 oct (PL) Los países de América Latina son en estos momentos más independientes y toman sus propias decisiones ante situaciones complejas como la actual crisis económica mundial, resaltó hoy el diputado venezolano Saúl Ortega.

En conferencia de prensa a propósito del seminario La integración energética y su impacto en la geopolítica mundial, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional indicó que el continente tiene modelos propios para enfrentar el problema sin esperar órdenes de las grandes potencias.

Un simple estornudo en la economía de Estados Unidos ya no es una gripe para las naciones latinoamericanas como alegan muchos especialistas, recalcó el parlamentario quien añadió que ahora el país norteamericano tiene neumonía y fiebre.

Ortega enfatizó que América Latina marcha con sus propias dinámicas, y en ese sentido resaltó el surgimiento del Banco del Sur y el desarrollo de mecanismos de integración como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).

Puntualizó que esas estructuras resultan correctas para solucionar muchos problemas frente a una crisis, “la cual es compleja y nadie puede predecir sus consecuencias”.

Cada vez más impulsamos medidas para favorecer a nuestros pueblos, subrayó al criticar la decisión del gobierno estadounidense de proteger la fortuna de unos pocos ricos en detrimento de la vida de los ciudadanos.

Nunca, aseveró, someteríamos de hambre y miseria al pueblo para favorecer a una minoría.

Al mencionado seminario, a celebrarse en esta capital entre el 9 y 11 de octubre, confirmaron su presencia representantes de los países miembros del MERCOSUR y Venezuela.

Defendamos el Derecho a la Vivienda

Taller de Economía Social y Políticas Públicas*

La industria de la construcción, afirman los Economistas, se ha convertido en una especie de indicador, dado que es una de las ramas productivas más sensibles a los cambios en el ciclo económico, ya sea por la proporción tan alta de la participación de la mano de obra, o por que cualquier signo de desaceleración de la economía tiende a detenerla en forma abrupta. En el curso de la actual crisis o desaceleración económica en Estados Unidos, pero que puede ser seguida también por nuestro país, y que se manifiesta con las hipotecas desde de 2007, ha paralizado buena parte de la construcción de viviendas; y es que frente a un futuro incierto, cuando lo urgente es cubrir las necesidades básicas, lo menos que se tiene para hacer, es un patrimonio.

En ese mismo sentido hay que entender que en la industria de la construcción, las grandes inversiones y por ende las grandes ganancias, se encuentran en la construcción de obra pública, aplicando este principio a grandes constructoras mexicanas como ICA (Ingenieros Civiles Asociados), entre otras; en el conjunto de América Latina participan con gran eficacia en los contratos gubernamentales de obras públicas. Efectivamente están completamente diferenciados estos dos sectores, construcción de viviendas y la construcción de puentes, carreteras, edificios y complejos públicos y privados, de grandes construcciones y de obra pública.

Ahora bien, dos aspectos que ahora despiertan mucho el interés es que mientras existe un rezago para atender el déficit de viviendas para la población, por otro lado, sectores de las ciudades se van volviendo viejos o incluso su deterioró es tal que necesitan ser regeneradas áreas completas, de manera tal que ambas partes, nuevas y viejas o las áreas intervenidas o regeneradas, influyen en su modelo urbano.

Atendiendo a ello y viendo las cosas comparativamente, En la República Bolivariana de Venezuela se están tomando acciones para abatir el déficit de viviendas, se estima que en aquel país de unos 28 millones de personas hacen falta 1.8 millones de viviendas, un déficit de 6.4%. En México el déficit de viviendas es de 11.4%, unas 12.1 millones de viviendas que hacen falta construir, sin contar las más de 1.2 millones de casas que se tienen que rehabilitar, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI). Esto nos muestra un primer dato de la magnitud del problema, pero veamos otro aspecto.

En Venezuela la Ley del Régimen Prestacional de Vivienda y Hábitat establece que las cuotas mensuales para el pago de los préstamos hipotecarios, podrán variar entre 5% y 20%, según el ingreso familiar. En México, no existe una regulación de esta forma, de hecho la ley del Infonavit permitía tasas del 6% y el FOVISSSTE del 8%, mientras que Fonhapo tenía tasas del 4%, pero toda esta regulación desapareció para dejar todo en manos del mercado y establecer, como ahora, tasas flotantes; o como en el caso de FOVISSSTE de 1,5% encima de la tasa de CETES (que ahora se encuentra en 8.25%, es decir una tasa de 9.75%, que se ajusta anualmente); y que decir de los bancos, donde se encuentran los prestamos hipotecarios entre el 11% y 12%.Con el 10% del salario de un trabajador ¿a dónde se puede ir para conseguir vivienda?

La Constitución de México establece en el Artículo 4º que: …”Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”…; y añade, …”la ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”…. Este derecho básico y universal de la población, en su forma, fue pervertido y desnaturalizado en radicalmente en el período de Vicente Fox, que no dudó de entregarlo a la voracidad de los bancos. El instrumento a que recurre el ilegitimo Felipe Calderón no es nuevo, ya que son los desarrolladores de vivienda y los apoyos financieros de la banca comercial, es decir, las hipotecas que cobran más del 10% de interés cuando el salario se incrementa anualmente a menos del 5 por ciento.

Incluso en el Programa Nacional de Vivienda calderonista abiertamente se escribe que se busca propiciar las inversiones de la Bolsa de Valores y de la banca privada extranjera, para ampliar el financiamiento de la vivienda. Los montos de inversión de 2003-2006 son cercanos a los 700 mil millones ¿de qué magnitud serán las ganancias? A cambio, lo que se ha generado es una inmensa masa de población que ve atados sus ingresos, por más de 20 años, para pagar sus créditos a la banca.

Desde luego que las economías de Venezuela y de México no son comparables. En México, el modelo neoliberal de mercados abiertos, hace que dependamos en una alta proporción de las mercancías del extranjero, entre ellas, casi todos nuestros alimentos, para ello generamos dependencia de los inversionistas internacionales; en Venezuela mantienen un saldo positivo con el exterior. Algunos periodistas señalan que en Venezuela la inflación es de 20% cuando en México es de 5%, por lo cual dicen que los mexicanos debemos tener una situación económica más favorable. En realidad nuestro bienestar no depende de la inflación, sino del crecimiento de nuestro ingreso, esto es, del crecimiento de la actividad económica. En Venezuela el crecimiento de la economía, en la última década, ha sido entre dos y cuatro veces más acelerado comparado con México, a excepción de 2003-2004 cuando Venezuela enfrentó una situación de crisis.

Lo ocurrido a Cemex en Venezuela, que fue nacionalizada, sólo es una parte de la historia. Los empresarios mexicanos son muy dados a considerarse victimas en el extranjero, cuando en realidad su comportamiento en el exterior y en particular hacia otros a países de América Latina es atroz, incluso más agresivo y depredador que el de los norteamericanos, lo importante es comparar cómo está evolucionado el nivel de vida de la población en aquel país y, en esa medida, darnos cuenta que estamos envueltos por una banca extranjera que está despojándonos de los pocos ingresos que podemos lograr en esta débil y estancada economía; y también denunciar que las acciones de Gobierno Federal fortalecen a unas pocas empresas para que, bajo su amparo, lucren con la población trabajadora.

Y finalmente tengamos ciudades, que en su modelo urbano no tengan ya una identidad propia, por que las intervenciones dejan una muestra ecléctica de estilos diversos y formas que no permiten su conceptualización, pero vistas las cosas desde otro ángulo, las ciudades se han vuelto cada vez más excluyentes de los trabajadores de bajos ingresos, de las corrientes migratorias internas y del trabajo simple, o por que sencillamente son el receptáculo de los negocios, que quiere decir que son sitios para los que tienen con que pagar.

*Taller de Economía Social y Políticas Públicas, Facultad de Economía de la UNAM.

Publicidad: arma de censura

Álvaro Cepeda Neri

Las administraciones de los poderes ejecutivos, en los tres niveles de gobierno, sin importar de qué partido sean, le sacan la vuelta –con 1 mil y una marrullerías– al derecho a la información. Han hecho de las partidas presupuestales para la publicidad oficial una de sus armas más poderosas para censurar a los medios de comunicación, sobre todo escritos, que a la veracidad de su información suman el análisis, la crítica y ponen a disposición de la opinión pública cuantos elementos encuentran para exhibir actos y omisiones, tanto de esos poderes ejecutivos, como de los legislativos y judiciales del estado federal.

Los caciques-gobernadores controlan a los medios de comunicación a través de la publicidad, llevando una lista negra de los que informan –lo que esos gobiernos quieren ocultar– y mantienen la libertad de expresión para cuestionar los abusos y complicidades de los funcionarios. No se diga el gobierno federal, como hace hoy el calderonismo, con su presidencialismo televisivo y radiofónico, mientras desprecia y combate a la prensa escrita que no cede a las pretensiones ordenadas por Juan Camilo Mouriño y Maximiliano Cortázar.

Usan la partida para publicidad –que es dinero del pueblo– como soborno con los medios impresos que hacen caso omiso del presidencialismo calderonista, pasando por alto los actos que merecen la crítica del inquilino de Los Pinos o del grupo compacto: Mouriño, Nava (el nuevo teórico del hilo negro de la separación de poderes), Germán Martínez y otros connotados amigos del “señor presidente”.

Empero, es urgente que diputados y senadores legislen sobre el destino de esos cientos de millones de pesos que distribuyen a su antojo para favorecer a las televisoras y sus radiodifusoras, discriminando al resto de los medios de comunicación según el criterio de Gobernación.

Al negar publicidad a la prensa crítica, que realiza periodismo de investigación por medio de sus reporteros y lo que se puede obtener de las peticiones a través del derecho a la información, el calderonismo establece la previa censura con una inquisición administrativa, violando la libertad de escribir y publicar, y pisoteando los artículos 6 y 7 constitucionales.

Mientras, dar a unos medios de comunicación –por favoritismo o por necesidad, como es el caso de las televisoras, para la difusión de lo que quieren informar a la población y por miedo al aumento del golpismo del duopolio mediático– es una manipulación.

Hay casos de la prensa escrita a la que Mouriño y Cortázar niegan publicidad oficial, con base en que informan sin cortapisas y critican a los servidores públicos. Como no pueden cambiar el criterio independiente de esos informativos les niegan publicidad para hacer que se rindan, o al quebrar económicamente tengan que cerrar sus modestas empresas.

Las democracias republicanas necesitan una prensa escrita con plenas libertades constitucionales y para ello las partidas de publicidad han de distribuirse conforme a la presencia de su circulación. Para esto se requiere, como imperativo legal, la legislación sobre difusión de las obras y hechos de los poderes públicos, a través de un órgano con autonomía y colegiado, que vigile esa distribución de la publicidad. De lo contrario, continuará la censura previa gubernamental contra la prensa que lleva hasta sus últimas consecuencias su tarea como contrapoder.

Fuente: Contralínea

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

Mario Di Costanzo Armenta

No cabe duda que en estos momentos sólo un mentiroso o un insensato ignoraría las graves repercusiones que en materia de crecimiento, empleo, salarios, inflación, etcétera, tendrá para nuestra economía la situación por la que atraviesa Estados Unidos, ya que con o sin la aprobación del gringoproa pasarán muchos, muchos meses antes de que la situación vuelva a ser normal.

Sin embargo, casi nadie ha advertido que, además del adverso contexto económico, lo que sucede en Estados Unidos debe obligar a los legisladores y a las “autoridades financieras” de México a llevar a cabo una profunda revisión del marco regulatorio y de supervisión del sistema bancario y financiero que se ejerce en el país.

Más aún cuando si algo ha demostrado la crisis financiera estadunidense es que su marco regulatorio y de transparencia simplemente ha fallado, es decir, no sirvió y esto nos obliga a pensar en algo nuevo y diferente.

Hay que recordar que hace menos de dos años estrenamos una “nueva” Ley del Mercado de Valores que fue una copia íntegra de la ley del mercado de valores estadunidense (Sarbanes-Oxley).

Vale decir que la legislación sobre temas relativos a la transparencia de la información contable y financiera de las instituciones, la rendición de cuentas, la supervisión y regulación por parte de las autoridades, el seguro de depósito para los ahorradores, las normas para la venta (bursatilización) de la carteras de crédito, ha sido y continúa siendo inspirada en el modelo estadunidense.

Y lo señalo ya que de acuerdo con datos de los propios bancos que operan en nuestro país, se muestra que la situación financiera por la que atraviesan empieza a ser ya preocupante.

De esta manera, se observa que algunas instituciones bancarias como Banamex, BBVA, HSBC y Banorte reportaron para el segundo trimestre del año menores resultados de operación. Incluso, en el caso de Banamex y HSBC, se registraron resultados de operación negativos (pérdidas) y prácticamente en todas se ha generado un importante crecimiento de la cartera vencida, originado principalmente por la imposibilidad de pago de las tarjetas de crédito.

Así, por ejemplo, mientras durante el segundo trimestre de 2008 el resultado de operación de Banamex fue negativo en 596 millones de pesos, hace un año reportó un saldo positivo de 6 mil 233 millones de pesos.

En este mismo sentido se encuentra HSBC, que para el segundo trimestre de 2008 reportó un resultado de operación negativo de 203 millones de pesos, mientras que durante el segundo trimestre del año pasado había reportado un resultado de operación favorable en 799 millones de pesos.

Cabe señalar que si bien el grupo financiero BBVA-Bancomer reportó un resultado de operación positivo de 5 mil 465 millones de pesos, éste fue casi 32 por ciento inferior a lo reportado durante el segundo trimestre de 2007.

Por otro lado, la cartera vencida que acumularon estas cuatro instituciones se ubicó durante el segundo trimestre del presente año en 34 mil 330 millones de pesos, cifra que fue 35.3 por ciento mayor a la registrada durante el segundo trimestre de 2007.

Conviene destacar que en todas estas instituciones bancarias, durante el segundo trimestre del presente año la cartera vencida superó por mucho al resultado de operación obtenido por estos bancos, que representan en conjunto más de 70 por ciento del mercado bancario en el país.

No hay que olvidar que la Asociación de Bancos de México (ABM) ya advirtió que en los próximos meses la situación de la cartera vencida de las tarjetas de crédito se agravará, debido a que en lo que resta del año se incrementará en por lo menos 12 por ciento y a la fecha, tan sólo en estos cuatro bancos, asciende a 24 mil 66 millones de pesos.

Es decir, que la crisis financiera de Estados Unidos en el fondo no debe entenderse como la quiebra de Morgan Stanley, o de AIG, o de Lehman Brothers, o como un problema de deudores. Más bien, lo que sucede en el país vecino del norte es la falla absoluta del sistema y sus reglas de operación, supervisión y transparencia; es la crisis de un modelo basado en la especulación financiera, en la acumulación de capital y en el consumismo. Ese modelo que siempre quiso creer firmemente en “la mano invisible” llamada mercado y sus reglas del juego.

Por ello, la solución de fondo no podrá surgir de las herramientas concebidas por el mercado ni tampoco lo será el gringoproa: las circunstancias nos deben de hacer reflexionar, ya que tenemos que trabajar en nuevas reglas del juego, con nuevos objetivos, con límites y castigos a la especulación y a la acumulación indiscriminada de riqueza, con mejores esquemas de supervisión y rendición de cuentas, con mayor información, con una verdadera rectoría del Estado, que es sin duda quien debe ser el garante del interés público y del bien común. En suma, la solución debe llevarnos a una nueva arquitectura financiera mundial.

Sin embargo, en tanto eso se da, “autoridades” y legisladores deben empezar a atender los focos amarillos que ya se observan en nuestro sistema bancario y financiero, más aún cuando los mexicanos cargamos sobre nuestros bolsillos el costo de un rescate bancario, y lo peor es que muchos de los ingresos que han recibido estas instituciones ahora sirven para apuntalar a sus “matrices” que están teniendo problemas en Estados Unidos. Por eso sostengo que ahora que ya han visto las barbas de su vecino cortar, deben poner las suyas a remojar.