viernes, febrero 29, 2008

INCONTENIBLE EL CRECIMIENTO EN LOS PRECIOS DE LA CANASTA BASICA:


LA INFLACION DADA A CONOCER POR EL BANCO DE MEXICO YA NO REFLEJA EL INCREMENTO EN EL COSTO DE LA VIDA

Mario Di Costanzo
Secretario de la Hacienda Pública
Gobierno Legítimo

De acuerdo con datos obtenidos por la Secretaria de la Hacienda Pública del Gobierno Legitimo de Andrés Manuel López Obrador, se observa que la evolución de los precios de 42 productos que componen la canasta básica revela que el crecimiento de los precios durante lo que va del año ha sido de 3.16% lo que significa que entre diciembre del año pasado y febrero de 2008, se incremento en casi 35 pesos, lo que definitivamente ha aniquilado el poder adquisitivo del salario mínimo y ha provocado que una persona que percibe un salario mínimo tenga que destinas 22 días de trabajo para adquirir una canasta básica, mientras que en enero de 2006, la misma persona destinaba solamente 15 días en jornadas laborales de 8 horas.

Es importante señalar que entre enero de 2006 y febrero de 2008, el costo de la vida, medido por esta canasta básica representativa, se ha incrementado en 53.76 por ciento y siendo el los alimentos que integran esta canasta, los que han registrado los mayores incrementos, ya que su costo ha pasado de 485.44 pesos en enero de 2006 a 730.53 en diciembre de 2007 a 765.12 pesos para febrero de 2008.

Cabe destacar que desde hace varios años, no se observaba un incremento de tal magnitud en los precios de los productos que integran la canasta básica, de hecho, entre enero y diciembre de 2006, el crecimiento de los precios de estos 42 productos fue 10.53% al pasar de $740.44 a 818.44%

Sin embargo si revisamos lo ocurrido durante el 2007, nos damos cuenta de que entre diciembre de 2006 y diciembre de 2007, el costo de esta canasta de 42 productos pasó $818.44 a $1,103.63, lo que significó un incremento de 34.85%, más aún si consideramos el incremento en los precios de èsta canasta entre enero de 2006 y febrero de 2008, observamos que su costo se ha incrementado en 53.76%

Así, con base en el salario mínimo mensual, el costo de los alimentos representa el 74% de un salario mínimo de un trabajador.

Es importante destacar que en el caso de los alimentos, prácticamente todos los productos que integran la canasta básica han registrado incrementos muy superiores al incremento del salario mínimo, así con respecto al mes de enero del 2006, tenemos que el crecimiento de los precios de los siguientes productos ha sido: fríjol (70.94%), lenteja (100%) salchicha (102%), leche condensada (64.4%), leche en polvo (64.1%), mantequilla (67.91%), el arroz (49.38%) y huevo (95.48%).

Esto quiere decir que mientras que en enero de 2006, un obrero requería de 15.24 días de trabajo (jornada laboral de 8 horas) percibiendo un salario mínimo, para adquirir 42 productos de la canasta básica, para la primera quincena del mes de febrero del presente año requiere de 22 días de trabajo, para adquirir la misma canasta de productos.

Lo anterior significa que en la actualidad un obrero que percibe el salario mínimo tiene que destinar casi 22 días de trabajo para poder obtener una canasta de 42 productos básicos, por lo que con lo que le resta (8 días de trabajo) tiene que hacer frente a los costos de transporte, vestido y vivienda, lo cual resulta prácticamente imposible, ya que el incremento del salario mínimo en 2007 fue de sólo 3.9%.

Así por ejemplo, un obrero que percibe el salario mínimo requería en enero de 2006 de 9.55 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, de 6.59 horas de trabajo para adquirir un kilo de carne molida, de 0.82 horas de trabajo para adquirir un kilo de tortilla o de 2.47 horas de trabajo para adquirir 2 kg de azúcar.

Sin embargo para la primera quincena de febrero de 2008, el mismo obrero percibiendo un salario mínimo requiere de 11.26 horas de trabajo para adquirir un kilo de bistec, 10.96 horas de trabajo para adquirir un kilo de carne molida, 1:29 horas de trabajo para adquirir un kilo de tortillas, 3.96 horas de trabajo para adquirir un pollo, 9.74 horas de trabajo para adquirir un kilogramo de jamón y 3.21 horas de trabajo para adquirir un pan bimbo.

Lo anterior quiere decir que el poder adquisitivo del salario mínimo se ha deteriorado en aproximadamente 30% si consideramos el numero de horas trabajadas que se requieren para obtener esta canasta básica.



martes, febrero 26, 2008

La verdad son los hechos y no su explicación

Mario Di Costanzo *

No cabe duda de que si algo ha sobrado a Felipe Calderón y a su equipo son las explicaciones y justificaciones de la situación por la que atraviesa el país, así como los anuncios de grandes proyectos que llevarán a México al tan anhelado crecimiento económico.

Y señalo lo anterior en virtud de que durante la semana que termina el autodenominado “presidente de la estabilidad y el empleo” anunció con bombo y platillo la asociación de Petróleos Mexicanos (Pemex) con la empresa Industrias Derivadas de Etileno (Idesa) para la construcción de una planta petroquímica que producirá etileno.

A decir de Felipe Calderón, el proyecto requerirá una inversión de mil millones de dólares y generará aproximadamente 6 mil quinientos empleos; sin embargo, omitió señalar que el anuncio no es más que la redición del malogrado Proyecto Fénix, el cual fue cancelado durante la administración de Vicente Fox.

Hay que recordar que el 13 de noviembre de 1996 se reformó la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, quedando especificados aquellos productos considerados como petroquímicos básicos, los cuales sólo podían ser producidos por la nación, y los secundarios, que podían ser producidos por particulares.

El etileno es un petroquímico que quedó definido como secundario, por lo que desde ese entonces está permitida su elaboración por parte de particulares.

Así fue como a Vicente Fox se le ocurrió que, dado que la ley permitía la elaboración privada de este petroquímico, fuese Pemex en asociación con particulares los que elaboraran dicho compuesto, el cual vale decir es el principal insumo para la elaboración de plásticos y otros petroquímicos.

Por ello, en mayo de 2003 Pemex Petroquímica inició la promoción del Proyecto Fénix, durante la cual identificó a 20 empresas potencialmente interesadas en ese proceso, y la culminó el 21 de octubre de 2004 con la selección de tres socios estratégicos en ese momento: Grupo Idesa, Indelpro y Nova Chemicals Corporation.

El proyecto no se concretó, entre otras cosas, porque Idesa e Indelpro nunca se pudieron poner de acuerdo sobre la ubicación del futuro complejo, ya que el primero pretendía desarrollarlo en Coatzacoalcos, Veracruz, mientras el segundo (filial de ALFA) proponía Altamira, Tamaulipas.

Sin embargo, gracias a esas discusiones trascendió que el principal obstáculo fue que entonces la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se negó a subsidiar el precio del gas que sería vendido al Proyecto Fénix para producir el etileno, porque se trataba de un subsidio de casi 300 millones de dólares anuales que recaería finalmente sobre los contribuyentes.

Por eso resulta lógico preguntarse por qué razón, si desde 1993 está permitida la elaboración de etileno para los particulares, ninguna empresa privada ha entrado a producirlo. Más aún, en la actualidad Petróleos Mexicanos es el único productor de etileno, controla el 100 por ciento del mercado y, a pesar de ello, Pemex Petroquímica cerró desde 2006 dos plantas productoras de etileno, una en Pajaritos y otra en Poza Rica.

Esto suena por demás absurdo, no sólo para muchos mexicanos, sino también para muchos ingenieros de Pemex que se preguntan las razones que llevan a una empresa a cerrar dos plantas productoras de un petroquímico que es insumo para fabricar plástico y del que son los únicos productores en el país.

¿Será que la verdadera razón de la asociación anunciada por Felipe Calderón entre Pemex e Idesa no es la creación de empleos o el desarrollo de infraestructura, sino más bien el interés de la empresa privada por obtener la materia prima (gas natural) para la producción de etileno a precios subsidiados, robarle el mercado a Petróleo Mexicanos y con ello continuar acabando con el potencial de ingresos en materia de petroquímica en el país?

En otras palabras, la asociación de Pemex con Idesa garantizará a ésta última la obtención gratuita del gas natural; o mejor dicho, la paraestatal pone el gas natural e Idesa se lleva las utilidades de la venta del etileno.

Peor aún si consideramos que Pemex cuenta con recursos suficientes para invertirlos en una nueva planta productora de etileno y que si acaso no los tuviera puede obtenerlos a través de financiamientos, ya que el mercado de su producto está garantizado, además de que no existen barreras de tecnología como se aduce en el caso de la perforación profunda.

Así, el proyecto anunciado por Felipe Calderón es en sí mismo el ejemplo más actual de lo que ha venido sucediendo en los últimos años en el sector energético del país: la materialización de una asociación delictuosa entre empresas privadas y gobierno contra el patrimonio de la nación. Es, en pocas palabras, la transferencia de la renta petrolera a los particulares, con el argumento de que se hace en beneficio de los mexicanos, olvidando que la verdad son los hechos y no las explicaciones.

Por ello debemos preguntarnos quién será el mayor beneficiario de esa asociación: ¿Pemex y los mexicanos o Idesa y sus accionistas?

* Secretario de la hacienda pública del gobierno legítimo

jueves, febrero 14, 2008

EL BALANCE SOBRE EL SECTOR PETROLERO QUE CALDERON LE ENCARGO A LOS DIPUTADOS DE ACCION NACIONAL ES UNA “CORTINA DE HUMO”:

LAS REFORMAS A LA CONSTITUCIÒN SE ACORDARON DESDE NOVIEMBRE DE 2006

Mario Di Costanzo
Secretario de la Hacienda Pública
Gobierno Legitimo

El análisis sobre el sector petrolero que Felipe Calderón le encargo a los diputados de Acción Nacional, es una “Cortina de Humo” pues las modificaciones a diversos ordenamientos jurídicos incluyendo a la propia Constitución Política que formarían parte de la propuesta de Reforma al Sector Energético que el Poder Ejecutivo enviará a la Cámara de Diputados, fueron presentadas y acordadas desde el mes de Noviembre de 2006.

Lo anterior se desprende del documento denominado “Pemex: Situación Actual y Perspectivas”, en donde todavía la administración saliente de Vicente Fox, presentó tanto a su Director Actual como al equipo de Calderón las propuestas para modificar el régimen jurídico de PEMEX.

El documento que fue presentado en 53 diapositivas consta de 5 capítulos donde se muestra desde su estructura organizacional y situación actual, hasta los resultados esperados de la estrategia,
Del análisis del documento se observa que los propios directivos de PEMEX reconocen que la paraestatal es 9ª compañía a nivel mundial de crudo y gas, con ventas superiores al billón de pesos y con exportaciones que superan los 390 mil millones de dólares.



Sin embargo también se observa que a pesar de sus ventas y su importante contribución a los ingresos públicos, la inversión pública directa gubernamental durante los últimos 7 años, apenas fue 15 mil millones de dólares, lo que significó una inversión promedio de sólo 2.5 mil millones de dólares por año.

En el diagnóstico resulta dramático que por ejemplo en el año 2005 Pemex a pesar de haber registrado ventas por 928 mil millones de pesos, registró una utilidad neta negativa por 76 mil millones de pesos, mientras tanto por ejemplo, CEMEX, TELMEX y América Móvil, quienes registraron ventas por 162 mil millones de pesos, obtuvieron utilidades de 28 mil, 23 mil y 31 mil millones de pesos respectivamente.



Desde luego esta situación se explica por la elevada carga fiscal que Pemex enfrenta ya que es la empresa petrolera con la mayor carga fiscal en el mundo.



Lo anterior significa que las propias autoridades de PEMEX reconocen que a pesar de que la paraestatal es una empresa de probada rentabilidad, la poca o nula atención presupuestaria, sobre todo en materia de inversión y la elevada carga fiscal que enfrenta, son la principal causa de sus problemas.

Más aún, del documento citado se observa que son las propias autoridades de Petróleos Mexicanos, las que reconocen que para darle viabilidad a la empresa es necesario contar con inversiones que en promedio tendrían que ascender a 190 mil millones de pesos anuales.



En este punto es conveniente recordar, que de acuerdo con la propuesta realizada por Andrés Manuel López Obrador sería absolutamente factible alcanzar este monto de inversión pública, mediante la utilización de los excedentes petroleros, complementados por un programa de austeridad en el gasto corriente y de operación del gobierno, así como con la utilización de una parte de las reservas internacionales, para liquidar los pasivos de la empresa incluyendo los PIDIREGAS.



Sin embargo la administración Calderonista pretende optar por el “camino fácil” y el “pago de facturas” y en vez de mantener el control del sector energético y con ello el control para el Estado de la Renta Petrolera, describe en el documento citado al principio de esta nota, la estrategia de modificaciones al marco jurídico, para reformar el sector energético.

Dicha estrategia acordada desde el mes de noviembre de 2006, si contempla cambios a los Artículos 27 y 28 Constitucionales, así como Reformas a otros ordenamientos como la Ley de Derechos, la Ley Reglamentaria de los Artículos 27 y 28 Constitucionales, así como a la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y la Ley Orgánica de la Administración Pública, así como la Ley de Obras Públicas y de Adquisiciones, todas estas modificaciones encaminadas a permitir la participación de empresas privadas nacionales y extranjeras, en la apertura del transporte, almacenamiento, distribución, de petróleo, petrolíferos y petroquímicos básicos.

Más aún de en la estrategia de reformas, se observa la creación de una “autoridad que ejercería los derechos sobre los hidrocarburos”, otorgando permisos, asignaciones, permisos y concesiones para poder usufructuar los yacimientos petrolíferos del país, para la propuesta reformaría los Artículos 27 y 28 Constitucionales.





Finalmente hay que recordar que la renta petrolera es la que hasta ahora se ha utilizado como una de las principales fuentes de ingreso de las finanzas públicas y no como una de las principales fuentes de ingreso para la expansión del sector energético o, en todo caso, del sector petrolero nacional.

A lo anterior hay que agregar que en virtud de que el petróleo es un recurso natural no renovable, en la medida en que no se invierta esa misma renta petrolera en el sector energético le seguiremos robando a las futuras generaciones de mexicanos esa riqueza.

Por ello del documento presentado por PEMEX desde noviembre de 2006 y, a pesar de que tanto Felipe Calderón como los legisladores del PRI y del PAN han señalado que la “reforma energética” que se presentará no buscará la privatización de Petróleos Mexicanos, el simple hecho de permitir la inversión privada en los procesos de refinación, exploración, distribución y comercialización del petróleo implicaría la “transferencia o cesión” de buena parte de la renta petrolera, que es de todos los mexicanos, a compañías privadas nacionales o extranjeras.

Es obvio que la elevada carga fiscal que tiene PEMEX, no se mantendría para las empresas privadas que pudieran entrar al negocio del petróleo, en virtud de que ninguna compañía del mundo aceptaría o sería rentable con esa carga fiscal.

De hecho, la inversión o empresas del sector privado que pudieran entrar al “nuevo negocio” no aceptarían hacerlo ante tal carga fiscal, por lo que necesariamente a ellos se les aplicaría una tasa fiscal diferente y más reducida que la que actualmente enfrenta PEMEX, lo que les permitiría adueñarse de la renta petrolera.
Cabe señalar que por lo menos sin la apertura se está garantizando que dicha renta petrolera tenga como destino “las arcas nacionales”, pero con la apertura a la inversión privada —aunque esto no implique de fondo una privatización total— se estaría cediendo una buena parte de esa renta petrolera a empresas privadas, que la utilizarían para construir más infraestructura petrolera, lo que les permitiría cada vez más adueñarse de una porción mayor de la renta petrolera nacional.

Por ello, si bien es cierto que aun y cuando en el discurso de Calderón y de los legisladores del PRI y del PAN se niega que la “reforma energética” busque la “privatización del petróleo”, la poca o nula inversión gubernamental en PEMEX combinada con una apertura al capital privado permitiría que los nuevos inversionistas se adueñaran paulatinamente de la renta petrolera de la Nación, que es equivalente a privatizar a la industria del petróleo.

De hecho, esto es lo que ha venido sucediendo, sólo que esta inversión privada se ha dado a través del esquema conocido como PIDIREGAS, lo que ha evitado —al menos parcialmente— que la renta petrolera nacional se haya privatizado, ya que si revisamos qué ha sucedido durante los últimos 25 años nos damos cuenta de que la inversión pública en PEMEX pasó de casi 18 mil millones de dólares en 1981 a sólo 1.6 mil millones de dólares en 2007, mientras la inversión privada a través de Pidiregas pasó de 2 mil millones de dólares en 1998 a 11 mil 440 millones en 2007, lo que significó un crecimiento de 484%.

Por ello, el verdadero fondo de la discusión es y deber ser quién o quiénes van a controlar la renta petrolera del país. Y en este sentido, para que la Nación pueda conservar la renta petrolera como un patrimonio de los mexicanos, tiene que y debe de realizar las inversiones de manera directa

Más aún si el principal argumento que se ha dado por parte de los grupos que quieren abrir el sector consiste en señalar que el país no cuenta con recursos para financiar la expansión de la industria.

lunes, febrero 11, 2008

La misma gata, pero revolcada: abrir o privatizar Pemex

Mario Di Costanzo
Secretario de la Hacienda Pública
Gobierno Legítimo de México

La renta petrolera se define como la diferencia que existe entre el precio de venta del petróleo y su costo de extracción: si en promedio extraer un barril de petróleo en nuestro país tiene un costo de cuatro a ocho dólares y en los mercados internacionales se vende en aproximadamente 80 dólares, la renta petrolera equivale a 72 dólares por barril.

Luego entonces, esta renta petrolera es la que hasta ahora se ha utilizado como una de las principales fuentes de ingreso de las finanzas públicas y no como una de las principales fuentes de ingreso para la expansión del sector energético o, en todo caso, del sector petrolero nacional.

A lo anterior hay que agregar que en virtud de que el petróleo es un recurso natural no renovable, en la medida en que no se invierta esa misma renta petrolera en el sector energético le seguiremos robando a las futuras generaciones de mexicanos esa riqueza.

Por ello, a pesar de que tanto Felipe Calderón como los legisladores del PRI y del PAN han señalado que la “reforma energética” que se presentará no buscará la privatización de Petróleos Mexicanos, el simple hecho de permitir la inversión privada en los procesos de refinación, exploración, distribución y comercialización del petróleo implicaría la “transferencia o cesión” de buena parte de la renta petrolera, que es de todos los mexicanos, a compañías privadas nacionales o extranjeras.

Más aún si el principal argumento que se ha dado por parte de los grupos que quieren abrir el sector consiste en señalar que el país no cuenta con recursos para financiar la expansión de la industria.

Y para corroborar lo anterior, sólo basta señalar lo siguiente:

De acuerdo con el último informe financiero de Pemex, al 30 de septiembre de 2007 la paraestatal reportó ventas totales por 808 mil 128 millones de pesos (73 mil 927 millones de dólares) y un costo de ventas más gastos generales de 375 mil 339 millones de pesos (34 mil 336 millones de dólares); es decir, que la renta petrolera fue de 432 mil 789 millones de pesos.

Sin embargo, el mismo informe señala que al 30 de septiembre la paraestatal entregó o pagó al fisco (entre impuestos, derechos y aprovechamientos) 457 mil 341 millones de pesos; es decir, tuvo que entregar “la totalidad de la renta petrolera” más 25 mil millones de pesos aproximadamente.

Es obvio que esta situación muestra, entre otras cosas, la elevada carga fiscal que tiene Pemex y que sin lugar a dudas no se mantendría para las empresas privadas que pudieran entrar al negocio del petróleo, en virtud de que ninguna compañía del mundo aceptaría o sería rentable con esa carga fiscal.

De hecho, la inversión o empresas del sector privado que pudieran entrar al “nuevo negocio” no aceptarían hacerlo ante tal carga fiscal, por lo que necesariamente a ellos se les aplicaría una tasa fiscal diferente y más reducida que la que actualmente enfrenta Pemex, lo que les permitiría adueñarse de la renta petrolera.

Cabe señalar que por lo menos sin la apertura se está garantizando que dicha renta petrolera tenga como destino “las arcas nacionales”, pero con la apertura a la inversión privada –aunque esto no implique de fondo una privatización total– se estaría cediendo una buena parte de esa renta petrolera a empresas privadas, que la utilizarían para construir más infraestructura petrolera, lo que les permitiría cada vez más adueñarse de una porción mayor de la renta petrolera nacional.

Por ello, si bien es cierto que aun cuando en el discurso de Calderón y de los legisladores del PRI y del PAN se niega que la “reforma energética” busque la “privatización del petróleo”, la poca o nula inversión gubernamental en Pemex combinada con una apertura al capital privado permitiría que los nuevos inversionistas se adueñaran paulatinamente de la renta petrolera de la nación, que es equivalente a privatizar a la industria del petróleo.

De hecho, esto es lo que ha venido sucediendo, sólo que esta inversión privada se ha dado a través del esquema conocido como Pidiregas, lo que ha evitado –al menos parcialmente– que la renta petrolera nacional se haya privatizado, ya que si revisamos qué ha sucedido durante los últimos 25 años nos damos cuenta de que la inversión pública en Pemex pasó de casi 18 mil millones de dólares en 1981 a sólo 1.6 mil millones de dólares en 2007, mientras la inversión privada a través de Pidiregas pasó de 2 mil millones de dólares en 1998 a 11 mil 440 millones en 2007, lo que significó un crecimiento de 484 por ciento.

Por ello, el verdadero fondo de la discusión es y deber ser quién o quiénes van a controlar la renta petrolera del país. Y en este sentido, para que la nación pueda conservar la renta petrolera como un patrimonio de los mexicanos, tiene que y debe de realizar las inversiones de manera directa, ya que en el contexto actual, privatizar o abrir resultaría ser la misma gata, pero revolcada.

domingo, febrero 03, 2008

NO EXISTE UN PLAN CONTRA LA CRISIS ESTADOUNIDENSE

Mario Di Costanzo

Resulta totalmente absurdo, que la SHCP de Agustín Carstens haya modificado a la baja las expectativas de crecimiento económico para 2008 de 3.5% a 2.7% sin haber modificado sustancialmente los demás indicadores macroeconómicos del país, así por ejemplo el menor crecimiento esperado, ya no es consistente con la inflación esperada, la cual permaneció sin modificación aún y a pesar de que el crecimiento en los EUA será menor y la inflación en ese país será mayor debido al efecto de los precios internacionales del petróleo.

Así vemos que los Programas de Inversión e Infraestructura recientemente anunciados por Felipe Calderón no son “nuevos” ya que prácticamente la totalidad de ellos, ya estaban contemplados en el Presupuesto para 2008, que fue aprobado en el mes de noviembre del año pasado por los diputados.

Por ello, el impacto de los Programas Anunciados, sobre el empleo y el crecimiento económico será prácticamente nulo, y los 600 mil empleo que se proyecta generar para 2008, serán imposibles de alcanzar.

Hay que recordar que los Criterios de Política Económica, también llamados Marco Macroeconómico, constituyen las proyecciones de los principales indicadores macroeconómicos sobre los cuales se hacen las estimaciones de ingresos y gastos públicos, por ello de la consistencia y veracidad que tengan las proyecciones macroeconómicas dependerá el comportamiento de las finanzas públicas y de la economía en general.

Más aún y cuando parece que con excepción de los altos niveles en el precio del petróleo, la mayoría de las condiciones económicas que enfrento la economía norteamericana a principios del sexenio anterior se están repitiendo, pero estas son aún peores que durante el primer trienio de Vicente Fox.

Así podemos darnos cuenta que entre 2001 y 2003, mientras que el crecimiento promedio de la economía estadounidense fue de apenas 2.0%, la economía mexicana registró un crecimiento de apenas el 1%, y la generación de empleo fue negativa, ya que si comparamos los asegurados en el IMSS entre 2001 y 2003 se observa que estos disminuyeron en 39 mil 413 personas.

Lo anterior a pesar de que entre 2001 y 2003, la economía mexicana tuvo ingresos excedentes por concepto de petróleo por aproximadamente 80 mil millones de pesos y el gobierno realizó una inversión pública en esos tres años por casi 400 mil millones de pesos.

Es un hecho que desde que Calderón anuncio la incorporación de Agustín Carstens, como el encargado de su Programa Económico, se generaron diversas reacciones y opiniones en prácticamente todos los sectores económicos y políticos del país y si bien es cierto que en los círculos financieros del poder, la designación del ex Subdirector Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), causó buenos comentarios, también planteo fuertes críticas por parte de analistas y académicos, que manifestaron duramente su inconformidad al señalar que, Felipe Calderón se supedito nuevamente a las instrucciones del FMI y de Roberto Hernández.

Lo cierto es, que desde que Carstens tomó el control de las finanzas del país se ha dedicado a aplicar la misma estrategia que su antecesor su antecesor Francisco Gil Díaz, por ello la economía mexicana sigue enfrentando el principal problema del sexenio foxista, es decir, falta de crecimiento y de empleo.

De esta manera Carstens al aplicar las mismas medidas económicas que se vienen aplicando desde principios de la administración foxista , no ha podido ni podrá obtener resultados diferentes a los que hasta ahora se han obtenido.

Es pertinente recordar, que también durante la gestión de Agustín Carstens como Subsecretario de Hacienda del gobierno foxista (2001-2003), se logró la aprobación por parte del Congreso de la llamada Reforma Financiera y buena parte de la Reforma Fiscal, pero también, sin lugar a dudas fue durante la primera mitad del sexenio, cuando se obtuvo un menor crecimiento económico.

De esta manera se observa que la situación se repite, ya que Carstens, aparentemente ha logrado obtener “un parche fiscal” con la mal llamada “Reforma Fiscal de Calderonista” , sin embargo hasta ahora, nada muestra que la economía mexicana pueda retornar al camino del crecimiento y del empleo.

Lejos de eso se observa que durante el 2007 la economía mexicana de acuerdo con los datos reportados en los Criterios de Política Económica apenas registró un crecimiento de 3.3%, cifra que se compara desfavorablemente con el 4.7% registrado en el 2006.

Cabe destacar que para 2007 los empleos generados disminuyeron en más 139 mil personas con respecto de los empleos generados durante el 2006 y de acuerdo a los cifras dadas a conocer por Agustín Carstens la generación de empleos será aún más precaria para el 2008, al ser inferior en más de 239 mil puestos de trabajo con relación a 2006.


Más aún la crisis inmobiliaria en los Estados Unidos y las consecuencias que esta ha tenido sobre los mercados financieros y económicos estadounidense hacen prever que resultara prácticamente imposible que los norteamericanos se salven de una recesión en el 2008, lo que sin duda alguna traerá consecuencias desastrosas para nuestro país.


Por ello el propio Fondo Monetario Internacional ha advertido que se espera un menor crecimiento mundial y a revisado a la baja tanto el crecimiento de los EUA como de la economía mundial en general.


A esto se añade que si bien es cierto que un precio elevado del petróleo es conveniente para nuestras finanzas públicas, también lo es, que en la medida en que estos máximos históricos en los precios de este energético se mantengan, el costo de muchas materias primas que no son producidas en nuestro país, se empezaran a incrementar y con ello empezaremos a “importar inflación” que acelerará aún mas el crecimiento de los precios y que se combinará con los altos precios de los alimentos.

Finalmente es importante señalar que el único camino para mitigar los efectos de la recesión estadounidense, nuestra economía debe modificar sus condiciones estructurales, y para ello se debe de ejercer un combate frontal contra los monopolios, aplicar un programa de austeridad en el gobierno que libere recursos que permitan establecer un programa de incentivos fiscales para empresas, así como un programa emergente de subsidios a los productores agropecuarios y de nueva inversión en sectores como el de la energía y la infraestructura.